La inauguración de la nueva biblioteca central de la Universidad de Sevilla (US), que lleva el nombre de Rector Antonio Machado y Núñez, en la avenida de la Guardia Civil, supone un paso importante en el diseño del futuro de la institución. Por varios motivos.
El primero, que la US ofrece desde ya su ingente fondo bibliográfico reunido en un espacio adecuado que, además, permite liberar metros en una Fábrica de Tabacos que debe convertirse en el Campus de Humanidades, de acuerdo con el proyecto que maneja la propia universidad y que implica también la mudanza al inmueble que acoge el Rectorado de la Facultad de Filosofía. El histórico inmueble albergará también nuevos espacios de investigación y la biblioteca de Humanidades, que compartirán las Facultades de Filología y Geografía e Historia.
La Hispalense ha explicado en múltiples ocasiones que la construcción de esta biblioteca es una necesidad académica desde hace años. La que ha funcionado hasta hace escasas fechas se ubica en una Fábrica de Tabacos corta de espacio y contaba con más de 1.600.000 volúmenes, que ahora descansan en su nueva sede. No están solos. A la biblioteca Rector Antonio Machado y Núñez han llegado también la colección del Fondo Antiguo de la universidad, que cuenta entre sus volúmenes con 300 manuscritos anteriores a la invención de la imprenta y uno de los escasos ejemplares de la Biblia de Gutenberg que existen en el mundo, entre otras joyas que la US ha acumulado a lo largo de sus más de 500 años de historia.
El proyecto ha contado con un presupuesto de unos seis millones de euros. Los trabajos comenzaron en abril de 2013, 10 meses después de que el anterior rector y actual consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Rodríguez de Arellano, colocara la primera piedra del complejo. Un nombre fundamental en la historia, porque fue el impulsor del proyecto de biblioteca central y es ahora la cabeza visible de la Consejería que le reclama a la Universidad la devolución de la subvención que le concedió para construir en el Prado de San Sebastián una biblioteca central que, firmada por la arquitecta Zaha Hadid, acabó derrumbada por orden judicial.
La Junta reclama todavía 16,4 millones a la Universidad, que ha recurrido ante la sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) la desestimación del recurso de reposición potestativo promovido por la institución, ante el procedimiento de reintegro tramitado por la Junta de Andalucía. Un fleco, todavía, que puede afectar a la institución. Estudiantes e investigadores, por su parte, sí disponen ya de una biblioteca adecuada.