Las ayudas públicas para arreglar La Bachillera excluyen a los más pobres

De las 36 subvenciones concedidas para rehabilitar las casas, solo nueve familias han podido acceder a ellas al disponer de ingresos para pagar su parte.

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
28 ene 2018 / 18:30 h - Actualizado: 30 ene 2018 / 18:43 h.
"Barrios","Distrito Norte"
  • Lidia muestra los problemas de luz que tiene su vivienda, pendiente de reformar.
    Lidia muestra los problemas de luz que tiene su vivienda, pendiente de reformar.
  • Las ayudas públicas para arreglar La Bachillera excluyen a los más pobres
  • Los tejados aún son de uralita.
    Los tejados aún son de uralita.

Lidia se sirve de una antorcha de obra para tener luz en el salón de casa. La antigua instalación eléctrica de 125 voltios está totalmente quemada. Tiene que andar «todo el día con alargaderas de un lado para otro», pues solo tiene corriente en la cocina, cuenta que, gracias a que le hicieron un arreglo. También tiene problemas de humedades en las paredes. Ella y sus tres hijos, dos de ellos menores de edad, viven en los 28 metros cuadrados de una de las casas de La Bachillera, en el distrito Norte. La suya lleva años catalogada como «infravivienda» e, incluso, entró en el programa de rehabilitación de viviendas del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía de 2009. La irrupción de la crisis y su particular situación le obligó a renunciar a estas subvenciones y a «malvivir» bajo un techo de uralita: «Si cobro 300 euros nada más y tengo tres niños a mi cargo... ¿cómo hago la rehabilitación? ¿cómo pago ese dinero?», confiesa con absoluta desesperación.

El caso de Lidia se repite en la casa de al lado, en la calle Camino de Almez. Otra familia tuvo que denegar la ayuda al no disponer de ingresos ni de la opción de hipotecarse para asumir el pago de la parte estipulada como inquilina. En su día, la asociación de vecinos Estrella Andaluza de La Bachillera, ya advirtió de esta situación social a los responsables municipales. «Planteamos que se buscara alguna fórmula para facilitar y garantizar el acceso de familias sin recursos o en una situación especial. Pero nada», ha recordado el presidente vecinal, Antonio González, quien lamenta que «sólo quienes tienen dinero» pueden beneficiarse del programa de rehabilitación de vivienda. A ello se suma la histórica demanda de escrituración de buena parte de los inmuebles, que «también dificulta cualquier posible salida, como pedir una hipoteca». Por todo ello, de las 36 ayudas concedidas hace nueve años, solo se han ejecutado nueve, un porcentaje que revela el drama social de este barrio. Lo peor, indican los vecinos, es que «hasta la fecha no hay nada nuevo». «Con el gobierno de Zoido no se avanzó nada; y ahora, con el de Espadas, tampoco vemos movimiento, más allá de promesas y trámites que se eternizan».

La entidad vecinal reclama al Ayuntamiento que «vuelva a invertir dinero en el arreglo de estas infraviviendas», al tiempo que alerta de las condiciones de vida de muchas familias de La Bachillera: «Los tejados son de uralita que contienen amianto, tienen instalaciones eléctricas precarias, muchas humedades, deficiencias en los desagües... ¡Esto no puede seguir así!»