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El último zafarrancho de limpieza realizado por el Ayuntamiento, de una semana de duración, fue en el mes de abril. / El Correo -
Esta zona de Padre Pío se convertirá en un huerto urbano. / El Correo
Los casi 65.000 metros cuadrados del antiguo vertedero y asentamiento chabolista de Padre Pío se convertirán en un huerto urbano. Al menos esta es la intención del Ayuntamiento de Sevilla que acaba de adjudicar un estudio de viabilidad para su puesta en funcionamiento.
La idea del gobierno local es contar con unos estudios previos que permitan la futura redacción de un posible proyecto de obra en los terrenos así como los datos necesarios para comprobar la disponibilidad física y jurídica de esos terrenos, un plan de viabilidad y un plan de actuación «para poner en funcionamiento como experiencia piloto un huerto urbano productivo».
En concreto, el terreno en el que plantea el Consistorio poner en marcha este nuevo espacio verde se ubica en el antiguo vertedero y asentamiento chabolista de Padre Pío. Se trata de una zona que se encuentra entre los términos municipales de Sevilla y Alcalá de Guadaíra. Los terrenos, con una superficie de aproximadamente 64.834 metros cuadrados, se localizan entre la SE-30, la carretera de Mairena, las vías del tren y el parque Guadaíra. La finca, denominada Rana Chica, «se encuentra actualmente libre a excepción de una pequeña construcción que alberga animales», reza el documento de adjudicación del contrato.
El estudio, que se ha adjudicado a la empresa Navier Ingeniería S.A. por valor de 15.488 euros, incluirá un plan para reconvertir esta zona en un espacio de huertos productivos con el objetivo de potenciar la economía urbana y favorecer el desarrollo social del barrio de Padre Pío. El Ayuntamiento se plantea que con la puesta en marcha de este proyecto la producción y sus derivados «podrán comercializarse en los mercados de la ciudad y en las zonas habilitadas para ello en la propia explotación». Las parcelas podrán ser visitadas por los usuarios y conocer de primera mano el tratamiento de cultivo de los alimentos que van a consumir. Con ello el gobierno local busca un múltiple objetivo: «se educa en valores ambientales y nutricionales de forma lúdica, se disminuye la huella ecológica, se reverdecen terrenos baldíos, se fomenta el empleo y la integración social de colectivos desfavorecidos».
Así, la empresa adjudicataria tendrá que elaborar un calendario de las tareas y actuaciones a llevar a cabo para implantar el proyecto en un máximo de entre 18 y 24 meses. En el estudio deberán detallar además las fases y los recursos materiales y humanos necesarios para su puesta en funcionamiento.
Adiós a las cuadras
El pasado mes de abril, tuvo lugar el último zafarrancho en la escombrera de Padre Pío, uno de los símbolos de la degradación del barrio tras años de porfías entre Sevilla y Alcalá de Guadaíra sobre qué término municipal está. El Ayuntamiento de Sevilla, en coordinación con el de Alcalá de Guadaíra, la Junta de Andalucía y el Gobierno central realizó una importante labor de limpieza y adecuación en estas parcelas localizadas al pie de la SE-30 y que, según venían denunciando los vecinos, suponía desde hace años «un grave riesgo» para la seguridad, la salubridad del barrio y el medio ambiente.
El dispositivo, que desarrolló las labores de mejora durante una semana completa gracias a un acuerdo con Alcalá –a quien corresponde la titularidad de una parte de los terrenos–, se centró en «la eliminación de construcciones ilegales y núcleos zoológicos con presencia de animales sin control, de forma irregular y sin las condiciones adecuadas de higiene que suponían un problema de seguridad y salubridad».