Toda medida que se tome a favor de la seguridad siempre debe ser bien recibida. El Ayuntamiento de Sevilla ha instalado varias filas de macetones en la avenida de la Constitución para intentar evitar que se pueda cometer un ataque terrorista como el que ha sufrido Barcelona recientemente, y que también ocurrieron en ciudades como Londres o Niza.
Si ya resultaba difícil la convivencia en esta vía entre peatones, ciclistas, veladores y tranvía, la colocación de los macetones para evitar atropellos resta aún más espacio al peatón. Este, por la parte más estrecha de la avenida –la comprendida entre las calles García de Vinuesa y Almirantazgo– apenas le queda espacio a partir de ahora para caminar. Según ha podido comprobar El Correo, la calle tiene en ese tramo 21 metros de ancho –sin contar la zona de las gradas de la Catedral– y el peatón únicamente tiene un pasillo de 2,4 metros de ancho entre los macetones recién colocados y las citadas gradas de la seo, y otro de 5,1 metros al otro lado entre el itinerario ciclista habilitado –no es carril bici– y la línea de edificios. Por lo tanto, son alrededor de 7,4 metros de un total de 21. Es decir, únicamente un 35 por ciento de todo el ancho de la calle en esa zona. A pesar de este bajo porcentaje, los veladores que hay poco antes de llegar a la esquina con Almirantazgo –si el peatón camina sentido Puerta de Jerez– estrechan aún más esta parte y el pasillo que era de 5,1 metros queda en uno de 2,6. Es decir, cinco metros en total entre los dos lados para una de las vías más transitadas, si no es la que más, de toda la ciudad sevillana.
Dispositivo de implantación de medidas de refuerzo de seguridad en zonas de especial afluencia de personas en distintas zonas de #Sevillahoy pic.twitter.com/svuKdgQsuX
— Emergencias Sevilla (@EmergenciasSev) 31 de agosto de 2017
El resto del ancho de la vía pública lo ocupan el tranvía, los dos pasillos de seguridad que hay junto al tranvía y por los que se puede caminar pero se recomienda transitar por fuera de él cuando pasa el metrocentro, y así está delimitado con tachuelas en el suelo a lo largo de todo el recorrido. Los otros espacios lo restan al peatón las filas de farolas que hay en los dos lados de la calle –habría que caminar en zig zag para sortearlas si se camina en esa línea–, y el itinerario ciclista habilitado. Este, aunque la mayoría de los ciudadanos crea lo contrario, no es un carril bici. Y así lo dice en los carteles que están en la cabecera: «Itinerario ciclista con prioridad de paso peatonal». Esto quiere decir que los peatones tienen prioridad.
Por su parte, el tramo que va desde el Ayuntamiento hasta el cruce con Alemanes y García de Vinuesa sí presenta una anchura mayor –21 metros–, y aunque también hay algunos veladores que orillan a los miles de peatones que pasan por allí al día, sí tienen algo más de espacio en el resto del tramo: 2,4 metros en la acera del lateral del Banco de España y 5,1 metros en la otra. En total, siete metros y medio en la gran vía peatonal de la ciudad sevillana.