Las obras de peatonalización de la Macarena empezarán la próxima semana

Los carteles para limitar el tráfico ya han comenzado a instalarse. Los trabajos se prolongarán seis meses y tienen un coste de 277.687 euros

24 jul 2017 / 12:08 h - Actualizado: 24 jul 2017 / 18:32 h.
"Movilidad","Antonio Muñoz","Juan Carlos Cabrera"
  • Los operarios colocan ya la cartelería para limitar el tráfico y el aparcamiento delante de la Basílica de la Macarena. / El Correo
    Los operarios colocan ya la cartelería para limitar el tráfico y el aparcamiento delante de la Basílica de la Macarena. / El Correo

Las obras de peatonalización del entorno del Arco de la Macarena comenzarán la semana próxima. Así lo aseguraron el delegado de Hábitat Urbano, Turismo y Cultura, Antonio Muñoz, y el delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, en la presentación de los trabajos que tendrán una duración de seis meses y un coste de 277.687 euros.

La ejecución del proyecto que permitirá hacer una plaza pública frente a la Basílica, no empezará hasta el lunes. Si bien, esta mañana se comenzará con la señalización para limitar el acceso a los coches a la zona. Con la obra los accesos al centro por San Luis se verán ligeramente modificados. A partir de ahora, la calle Macarena se convertirá en la clave. Si se va por Resolana, se podrá acceder por el arco frente al hotel Macarena y desde ahí seguir por Macarena hasta San Luis. Además, los residentes tendrán la opción de llegar al centro por la calle, Bécquer, Muros, Escoberos y Feria o bien seguir hasta el arco frente al hotel Macarena o incluso acceder por San Hermenegildo.

El proyecto incluye también el acceso y salida de los coches del taller mecánico que hay en la calle Bécquer y el traslado de la parada de taxis al lateral de Resolana. Además, la plaza, que tendrá plataforma única incluye la colocación de un pavimento que permita distinguir el trazado de la antigua muralla. Para separar esta nueva plaza del intenso tráfico que registra la calle Resolana, se construirán unas «barreras» visuales y conceptuales: el carril bici, como espacio intermedio entre el tráfico rodado y el espacio peatonal, y una hilera de árboles (naranjos) que, acompañados de bancos, cierran de alguna manera el espacio, sin impedir en ningún momento la vista de la Basílica de la Macarena. Además, en la zona aledaña a la rampa de salida del arco y en el extremo de la paradas de taxis, se proponen parterres con arbustos de poco crecimiento. Con esto se propone evitar que los peatones crucen por zonas indebidas, y que sigan los recorridos peatonales propuestos.

El plazo de ejecución de las obras es de seis meses, por lo que no afectará a la Semana Santa, pero sí a los actos que la hermandad de la Macarena organiza en diciembre con motivo de la festividad de la Esperanza así como a las bodas que se realicen durante las obras. Situaciones en las que Urbanismo trabaja con la hermandad para tratar de «minimizar» los efectos que pudiera ocasionar. Si bien, su hermano mayor, Manuel García, asumió la necesidad de tener esos «inconvenientes para lograr un bien mayor». «Algo que venimos esperando desde hace años», recuerda. «El primer proyecto data de la época del alcalde Manuel del Valle pero quedó dormido en un cajón».

Muñoz y Cabrera, por su parte, insistieron en que se trata de dar «un cambio radical en la imagen actual» tanto del Arco de la Macarena –un Bien de Interés Cultural que forma parte de los pocos restos que se conservan de las murallas de la ciudad– como de la Basílica. «Se creará un entorno mucho más amable y noble, que realce ambos elementos».