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Un usuario descarga uno de los libros electrónicos disponibles en el servicio eBiblio. / Txetxu Rubio
En las películas malas americanas, cuando los padres no tienen dinero para hacerle un regalo a su hijo carísimo como Trump manda, se vienen abajo y con suma vergüenza le sacan el carnet de la biblioteca al chiquillo, que lo recibe con la mirada gacha como si le estuvieran dando la manifestación plastificada del fracaso. Visto así, se entiende que luego pasen las cosas que pasan en el 1.600 de la Avenida de Pensilvania. Aquí en España –será por el clima, quizá–, la posesión del carnet de la biblioteca es, muy al contrario que allí, un indicativo del alto standing social, en tanto identifica a los ciudadanos con las aptitudes y actitudes más elevadas, origen y desembocadura de los principios y valores de la civilización, y todas esas cosas.
Consecuentemente con esta función cargada de presente, en las bibliotecas no solo existe el clásico servicio gratuito de préstamo personal que permite llevar a casa el fondo de las bibliotecas de la red municipal de Sevilla y, de paso, de todas las bibliotecas que pertenecen a la Red de Lectura Pública de Andalucía. Además, se pone a disposición de los sevillanos un catálogo de 2.758 libros electrónicos para descargar de manera gratuita. Para ello, como se explica en la web de la red sevillana, solo tiene uno que arrastrar el libro o libros que le apetezca y este o estos se descargaran en su equipo en formato comprimido zip. Huelga decir que no hay pirateo que valga: estaría feo, tratándose de la autoridad. «Todos los títulos ofrecidos observan la legislación vigente», se indica.
Pero no termina aquí el beneficio digital: está eBiblio Andalucía, un servicio de la Red de Bibliotecas Públicas de la comunidad autónoma que permite la lectura de libros electrónicos a través de internet. Como se indica en la citada web, mediante una plataforma tecnológica se puede acceder al catálogo de títulos disponibles «y tomar en préstamo las principales novedades editoriales en formato digital para leerlas en diferentes dispositivos: tabletas, teléfonos inteligentes, ordenadores personales o lectores de libros electrónicos».
El servicio ha sido promovido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con la colaboración de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y es gestionado por esta. Está disponible en la dirección http://andalucia.ebiblio.es, y también se puede acceder a los libros prestados a través de la app eBiblio, disponible para iOS y Android.
Fuera sonrisillas socarronas: lo más nuevo que se ofrece aquí no es El alcalde de Zalamea. Como se indica en la citada fuente, eBiblio Andalucía pone a disposición de la gente una colección de novedades editoriales de todo tipo. De acuerdo con la clasificación que se ha utilizado para la selección y adquisición de las obras, existen libros electrónicos con el siguiente contenido: por un lado, libros de ficción para adultos, donde están incluidas tanto novelas como poemarios, teatro y narrativa de todos los colores. Luego están los títulos de consulta: obras generales sobre ciencia y tecnología, ciencias sociales, arte y humanidades. En un tercer nivel, la autoayuda y sus derivados: títulos sobre salud, ese fenómeno inefable conocido como desarrollo personal, formas y actividades relacionadas con el ocio, viajes, deportes e informática de interés general. Otros contenidos muy importantes: los dirigidos a niños y jóvenes, ya sean o no de ficción: poesía, novelas, cuentos, teatro, arte, música, historia, ciencia y tecnología, ocio, deportes... Por último, audiolibros con versiones íntegras narradas por profesionales y grabadas en formato audio, evidentemente.
Quien necesite tenerlo más claro, puede solicitar más información en la dirección de correo electrónico ebiblio.ccul@juntadeandalucia.es. Básicamente, lo que hay que decir es que puede usarla cualquier ciudadano que tenga tarjeta de socio de una biblioteca pública andaluza. Y si no dispone de ella, con hacérsela tiene bastante: no hay más que ir a la que le coja más cerca y pedirla. Una vez con ella, la biblioteca pública le proporcionará una clave o PIN que utilizará como contraseña para acceder a la plataforma de préstamo de libros electrónicos. Manténgase al alcance de votantes de Donald Trump, que lo último en esta vida es perder la esperanza.