«Los comercios de la Macarena nos jugamos la vida con la inseguridad»

No quiere dar el nombre por miedo a represalias. María, nombre ficticio, es propietaria de uno de los comercios de la Macarena. Recientemente sufrió una agresión al reprender la actitud incívica y violenta de un indigente. Denunció los hechos a la Policía y hasta obtuvo una orden de alejamiento. Sin embargo, se siente atemorizada. «No se ha cumplido y, lo peor de todo, es que nos tachan de insolidarios por denunciar esta situación, cuando no es así. Aquí hay muchos vecinos voluntarios que echan una mano en los centros sociales de la zona. Los comercios nos jugamos cada día la vida con la inseguridad que ha aumentado en las calles».

Su testimonio refleja la preocupación vecinal que reina en esta zona de la Macarena conformada por las calles Don Fadrique, Juan de Astorga, Esperanza y Basílica. El problema no es nuevo aunque sí se ha visto agravado desde que hace unos meses se activara un dispositivo policial en el Pumarejo. La presencia permanente de agentes en la plaza ha conseguido el efecto disuasorio en este enclave pero ha provocado un desplazamiento del conflicto al otro lado de la Resolana, una zona que concentra en un radio muy pequeño hasta seis centros de atención social: el Centro de Acogida Municipal (CAM) de Perafán de Rivera, el Centro de Noche de Alta Tolerancia del Hogar Virgen de los Reyes, el Centro de Noche de Baja Exigencia de Doctor Fedriani, el Centro de Orientación e Intervención Social (COIS) de Perafán de Rivera, el Centro de Noche de Puertas Abiertas (CNPA) junto al puente de la Barqueta, y el centro de acogida Miguel de Mañara de la calle Maimónides. Ello, aseguran, ha acrecentado el problema hasta el extremo de que, según relato vecinal, a diario más de 400 personas deambulan por las calles del barrio.

Desde entonces, vecinos y comerciantes constituidos en la plataforma Vecinos Afectados Albergues Macarena, alertan de que la situación ha pasado a ser «insostenible». Se remiten a los hechos y, sobre todo, a las fotografías que han ido tomando y colgando en los últimos días en su perfil de Twitter (@MacarenaVecinos): «Peleas callejeras, intento de agresión a un menor, consumo de alcohol en la vía pública, sangre en la calle, asaltos en las paradas de autobuses, robos a personas mayores al salir del banco, orines en los portales...» La plataforma asegura además que ha denunciado a dos establecimientos de la zona que «venden estupefacientes».

Sin embargo, los afectados lamentan que no haya habido aún «una actuación firme» pese a los escritos de denuncia presentados al distrito, al Defensor del Pueblo Andaluz, a la Policía Local y a la Nacional. «La Policía Local viene después de mucho llamar y no se baja ni del coche», advierten enfadados vecinos y comerciantes, que en la tarde de ayer mantuvieron un encuentro con el alcalde Juan Espadas en el Hogar Virgen de los Reyes.

Al alcalde le exigieron «el cumplimiento de las ordenanzas municipales» en cuanto al consumo de alcohol en la vía pública, la venta de droga y los ruidos y la suciedad generados; así como «una solución global» a toda esta situación de «inseguridad e insalubridad» que, insisten, está pasando factura al barrio con una consiguiente «devaluación de los pisos» y «caída del número de alquileres». Espadas, por su parte, escuchó a los vecinos y les trasladó las medidas llevadas a cabo –como reforzar el dispositivo de vigilancia en la zona–, y otras que pondrán en marcha las próximas semanas.