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Algunos establecimientos de la calle San Fernando recibieron ayer la visita de la Policía. / Pepo Herrera
El presidente de la Asociación de Empresarial de Hostelería de Sevilla, Pablo Arenas, ha valorado de manera positiva las inspecciones a bares de la Avenida de la Constitución y la calle San Fernando que han tenido lugar esta mañana. «Han actuado sobre establecimientos que no tenían licencia o que no cumplían con la licencia que tienen. Y yo lo aplaudo: ése es el camino que hay que seguir», explicó.
Lo cierto es que la coincidencia en el tiempo de la más agria polémica que ha existido en la ciudad por la cuestión de los veladores con las inspecciones llama la atención. Sobre todo porque esas revisiones tuvieron lugar en dos de los puntos calientes del problema, que están incluidos entre aquellos para los que el Ayuntamiento anunció la semana pasada una reducción del 80 por ciento de los veladores en el caso de San Fernando y una del 60 por ciento en el caso de la Avenida.
El Ayuntamiento se dio prisa en explicar que estas inspecciones se producen de manera periódica y, lógicamente, sin avisar a los establecimientos implicados.
Fuentes municipales destacaron además lo evidente: sólo se multó a aquellos establecimientos que habían colocado veladores o elementos de mobiliario urbano de manera ilegal. Añadieron también que una inspección del mismo tipo se realizó el pasado fin de semana en Reina Mercedes. Su postura se resume en que el hecho de que la visita de la Policía Local se produzca en medio de la polémica a algunos establecimientos hosteleros se ha producido por casualidad y que, como es habitual, lo que se ha hecho es cumplir con la ordenanza municipal.
Arenas, por su parte, no quiso entrar a valorar si las revisiones de licencias pueden tener algo que ver, o no, con el conflicto de los veladores. Sí aprovechó para reiterar una postura que la patronal de la hostelería sevillana defiende desde hace mucho tiempo: «Hay que actuar con los establecimientos ilegales. Llevamos diciéndolo mucho tiempo: en el momento en el que se ponga a los establecimientos en su sitio, en que se haga cumplir la ordenanza, veremos otro paisaje distinto en la calle». Un paisaje a partir del cual se podría debatir. «Cuando hagamos todo eso podíamos hablar ya de otro asunto. Pero el punto de partida tiene que ser la ordenanza, que es el marco actual por el que nos movemos, y es la seguridad jurídica que tenemos los hosteleros», insistió Pablo Arenas.
El alcalde, Juan Espadas, no se libró ayer de hablar de los veladores. Primero reiteró su compromiso al decir que va «en serio» con esta cuestión, y luego fue contundente: «Lo hacemos pensando en el interés general y la Asociación de Hostelería piensa en el interés de la asociación».
Sin desvelar nada nuevo, Espadas sí fue claro sobre su posición: «Mi responsabilidad como alcalde está en velar por el interés general, que consiste en que efectivamente se genere riqueza, se mantenga la economía, se genere empleo y, por supuesto, se respeten los derechos de otros ciudadanos que en estos momentos y en distintos puntos de la ciudad no se respetan», reiteró.
En todo caso, ambas partes se esfuerzan por demostrar que sus posturas no están tan alejadas. El alcalde apostó por una reducción de veladores y mobiliario urbano realizada «desde el consenso» y comentó que existe una línea de diálogo estable con empresarios y hosteleros. Pablo Arenas, por su parte, explicó que se verá «pronto» con representantes municipales. «Estoy seguro que hay voluntad para arreglar este asunto», ratificó.
Una semana de polémica entre el consistorio y el sector
La polémica saltó el jueves de la semana pasada, día en el que el Ayuntamiento dio a conocer su decisión de eliminar todos los veladores de la Campana y reducir en un 60 por ciento los de la Avenida de la Constitución y en un 80 por ciento los de la calle San Fernando. Horas después, los hosteleros hablaban de «atropello». El miércoles, la Asociación de Empresarial de Hostelería de Sevilla y Provincia exigió «al Ayuntamiento la retirada de la propuesta de eliminación de veladores y el inicio inmediato de una negociación basada en el diálogo, el consenso y el respeto al marco jurídico que ofrecen las ordenanzas municipales».