“Están hechos polvo pero están vivos”

El devastador seísmo de Nepal cogió en Katmandú al matrimonio sevillano formado por Nuria Fernández y Miguel Ángel Bracamonte, que tras vivir unos terroríficos días ya se encuentran en Nueva Delhi.

28 abr 2015 / 17:28 h - Actualizado: 28 abr 2015 / 19:23 h.
"Sucesos","Solidaridad","Terremoto en Nepal"
  • La pareja formada por Miguel Ángel Bracamonte y Nuria Fernández ya están en un hotel del Nueva Delhi. / TVE
    La pareja formada por Miguel Ángel Bracamonte y Nuria Fernández ya están en un hotel del Nueva Delhi. / TVE

Poco hacía presagiar hace casi una semana a Nuria Fernández (46 años) y Miguel Ángel Bracamonte (49 años) que su viaje de placer a Nepal les haría ver de primera mano las consecuencias de uno de los terremotos más devastadores de la historia reciente. A esta pareja madrileña que lleva viviendo 28 años en Sevilla, ambos trabajadores de Canal Sur -ella montadora y él cámara de televisión-, les cogió el seísmo en una de las zonas más cercanas al epicentro, en Katmandú, ciudad nepalí a la que llegaron el pasado miércoles en viaje de turismo y en la que pretendían visitar a unos amigos, también andaluces, residentes allí.

Sólo llevaban 48 horas en Nepal cuando la tierra tembló con toda su furia el sábado. A partir de ahí todo fue un caos. Se encontraban en la vivienda de los amigos, en la séptima planta de un bloque de doce en Katmandú, a punto de salir a visitar la zona, cuando el terremoto de 7,9 grados en la escala Richter sacudió la tierra. “El bloque en el que estaban se movía de lado a lado”, comenta Ana Fernández, hermana de Nuria. Ambos se refugiaron bajo el dintel de una de las puertas de la vivienda, mientras que sus amigos lo hicieron debajo de una de las mesas hasta que el golpe fuerte pasó e intentaron salir de allí. No tuvieron tiempo ni para coger ropa, comida o el móvil y, según relata Ana, “lo único que pensaron fue en salvar la vida”. Lograron llegar abajo -lo que antes eran construcciones y que en ese momento ya era un descampado- no sin dificultad ya que mientras bajaban los escalones de las escaleras del bloque, éstos se les iban desmoronando. “Les caían los azulejos y cascotes por todos lados”. Ya en la calle han estado hasta tres días deambulando debido a las fuertes sacudidas que siguieron los minutos, horas y días siguientes. Lograron llegar hasta la sede de una constructora española situada justo al lado del aeropuerto, un edificio hecho de hormigón que valoraron era seguro al no tener ningún edificio alto en las inmediaciones. Sin embargo, la intensidad de las réplicas del mismo sábado -la tierra se movió hasta en 22 ocasiones- y, sobre todo del domingo, de 6,7 grados, les hizo pensar en lo peor y la pareja le lanzó un SOS a Ana: “Sácanos de aquí que morimos”.

La ausencia de un teléfono móvil le impidió a la pareja la comunicación con sus familiares en España en un primer momento, aunque la solidaridad entre los turistas españoles que se encontraban en las calles hizo posible que se comunicaran en las horas siguientes al terremoto. “Tengo multitud de teléfonos guardados de gente que ni conozco”, comenta Ana, quien también matiza la importancia de la colaboración de los ciudadanos nepalíes, quienes “atendían antes a los turistas que a su propia familia”. “Esta gente se merece toda la ayuda que necesiten, que es mucha, ya que todavía hay multitud de personas bajo los escombros”.

Nuria y Miguel Ángel se encuentran ya en un hotel a las afueras de la ciudad hindú de Nueva Delhi después de haber “visto de todo y estar en estado de shock”. A la India han logrado llegar la mañana de este lunes en el avión del ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, que se encontraba de viaje oficial a la India. “Tuvimos suerte de que el ministro Margallo estuviera en India y hablara directamente con el presidente indio y, a la vez, éste presionara al presidente nepalí. Tanta suerte, que los españoles están siendo los primeros turistas evacuados de la zona del desastre”, afirma Ana Fernández. Ahora el matrimonio está a la espera de ser trasladado a España, aunque ya les han avisado “que tengan paciencia”. La hermana de Nuria comenta que sus familiares están ahora tranquilos, a pesar de las macabras escenas presenciadas estos días en Nepal, aunque “en su vida han pasado más miedo”.