Los termómetros se desploman y quedan por debajo de 30 grados

Alégrense quienes no puedan dormir con la almohada encharcada de sudor; esos mismos paisanos que durante este fin de semana no han podido pegar ojo con el enervante calor nocturno gozarán muy pronto de un respiro (literalmente). Esos mismos termómetros que tan insolentes se han puesto estas noches atrás, haciendo añicos la legendaria barrera del sueño con los 24 grados de mínima, empezarán a relajarse en cuestión de muy pocos días. Eso sí, que nadie dé todavía la batalla por ganada porque esto solo son previsiones y porque todavía quedan un par de jornadas de sufrimiento para quienes carezcan de equipos de refrigeración en sus hogares, aunque el día llegue mañana nublado. Eso sí, las cosas duran lo que duran y, pese al cambio climático y a la pulverización de registros que se está viendo de unos años a esta parte, el verano se acerca a su fin y el mercurio tenderá a la baja.

Meteorológicamente, es la buena noticia del día: que el próximo jueves, si los cálculos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no fallan, las máximas no llegarán no ya a los 40 grados: ni siquiera a los 30. Es más: el viernes solo alcanzarán los 28 grados. Para satisfacción de quienes arrastran como una cruz las peculiaridades climatológicas del Valle del Guadalquivir, para esos últimos días laborables de la semana se esperan mínimas de entre 17 y 18 grados, por lo que se recomienda tomar aire por si viniera más adelante otra ola de calor.

No obstante, en Aemet insisten en que las cosas no son en absoluto dramáticas. Tal y como comentó a este periódico días atrás su delegado territorial, Luis Fernando López-Cotín, la sensación extendida entre los sevillanos de que este verano está siendo muy cálido (en particular, por las olas de calor de julio) puede guardar relación con el hecho de que el de 2014 fue menos caluroso que lo normal, en especial en la zona occidental de Andalucía, ya que agosto –según dijo– está siendo un mes con temperaturas «hasta tres grados inferiores» a la media normal en esta época.

Está por ver si la memoria térmica de los sevillanos llega a tanto como para que su calor de este año sea o no fruto de una comparativa, pero lo cierto es que para el lunes dan 32 de máxima; para el martes, 34 (una remontada para asustar); el miércoles, de nuevo 32 y las mínimas bajando ya de los 20 grados. Y para el jueves, tiempo casi de Semana Santa. O eso anuncian.