La fábrica de vidrio La Trinidad, que cesó su actividad en 1999 y desde entonces se halla abandonada a su suerte, puede encontrar una salida a su deterioro progresivo en una propuesta de los vecinos de Retiro Obrero. Este lunes presentan un escrito en el registro municipal a fin de que el Ayuntamiento tenga conocimiento y lidere un proyecto para optar a uno de los tres premios del Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus, que permitiría recuperar este símbolo del patrimonio industrial de la ciudad, ya que el certamen pretende «promover la práctica de una arquitectura y un urbanismo que preserven y den continuidad a las tradiciones locales».
Aunque en el último año y medio ha sido objeto de una mayor protección –ya cuenta con un plan especial de reforma interior (PERI)– y se habló de su inscripción en el Catálogo Nacional del Patrimonio Industrial, lo cierto es que este vasto y valioso recinto fabril de la avenida de Miraflores sigue degradándose. Basilio Moreno, presidente de la Asociación Histórica Retiro Obrero (AHRO), ve en este concurso «una oportunidad magnífica» para sacar a La Trinidad del ostracismo. El proyecto implicaría la rehabilitación de las cuatro naves: la más antigua (1900) se adaptaría al uso como centro cívico; la más grande y moderna (1926) acogería un museo de vidrio artesanal y una escuela taller que serviría para impulsar la economía del barrio, generar empleo y como reclamo turístico; la tercera, de madera, se podría usar como biblioteca, sala de conferencias, cafetería, restaurante...; y la cuarta, la más pequeña, podría ser un lugar de exposiciones, oficinas municipales, espacio para asociaciones...
El concurso puesto en marcha por la entidad del financiero y mecenas de Chicago se antoja como una posible solución dado que «se valorarán aquellos diseños que fomenten el uso de los materiales y técnicas propios del lugar» y «más comprometidos con la conservación del patrimonio cultural español». Eso sí, el primer plazo para entregar la documentación vence el 3 de octubre y es imprescindible que la solicitud vaya firmada por el alcalde del municipio. Un jurado elegirá tres localizaciones y luego se abrirá un concurso de ideas.
La AHRO tiene en mente una segunda idea que podría ser presentada al concurso, y es la reconstrucción de las casas de baño –las primeras piscinas públicas de Sevilla–, así como de la administración del barrio, levantadas en 1928 y derribadas en 2003, para convertirlas en un centro de mayores para la tercera edad. Ubicadas en los números 29 y 31 de la calle Amante Laffón, hoy solares, estas casas fueron diseñadas por José Gómez Millán siguiendo el estilo regionalista.