Luz sostenible para la Caridad

La iglesia de San Jorge estrenó ayer una iluminación artística que respeta el medio ambiente y cuida las obras de artes que alberga este templo barroco, algunas de Valdés Leal y de Murillo

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
23 dic 2016 / 22:36 h - Actualizado: 23 dic 2016 / 22:41 h.
"Patrimonio","Hospital de la Caridad"
  • La Fundación Sevillana Endesa financia la nueva iluminación de la Caridad dentro de los preparativos del Año de Murillo. / Fotos: El Correo TV
    La Fundación Sevillana Endesa financia la nueva iluminación de la Caridad dentro de los preparativos del Año de Murillo. / Fotos: El Correo TV
  • Las luminarias de tecnología led realzan todos los elementos artísticos.
    Las luminarias de tecnología led realzan todos los elementos artísticos.
  • El presidente de Endesa, Borja Prado –en el centro–, durante la inauguración.
    El presidente de Endesa, Borja Prado –en el centro–, durante la inauguración.

La iglesia del Señor San Jorge del Hospital de la Caridad es una de las edificaciones más representativas del barroco sevillano. Fue construida entre 1645 y 1670 por el arquitecto y maestro mayor del Arzobispado hispelense Pedro Sánchez Falconete, aunque la concluyó Leonardo de Figueroa, autor también de la iglesia del Salvador, La Magdalena o el Palacio de San Telmo. En su interior cuenta con pinturas de Valdés Leal y Murillo, y retablos de Pedro Roldán y Bernardo Simón de Pineda. Desde ahora estas obras maestras lucen aún más gracias a la nueva iluminación artística que la Fundación Sevillana Endesa ha instalado en este templo de la calle Temprado.

La inauguración de las luces se desarrolló dentro de un emotivo acto en el que se recordó la historia que sustenta los pilares de esta iglesia y la función asistencial a personas mayores en situación de necesidad que actualmente presta la hermandad de la Santa Caridad que tiene aquí su sede desde que la fundara el venerable Miguel Mañara. Con el templo totalmente a oscuras, el hermano mayor, José Luis Olivares, dio la bienvenida a los asistentes que llenaban todos los bancos. «Gracias a todos porque vamos a poder mostrar en el siglo XXI esta joya del XVII». Mientras las voces blancas del colegio Entreolivos interpretaban la composición Going home, comenzó a hacerse la luz: primero en el Sagrario de plata, y luego en el sobrecogedor retablo del entierro de Cristo en alusión a la obra de misericordia –dar sepultura a los muertos– que históricamente practican los hermanos de la Caridad.

En cuestión de segundos, la oscuridad fue dando paso al color y la monumentalidad, expandiéndose por la cúpula, las paredes donde cuelgan obras maestras como el San Juan de Dios de Murillo, hasta llegar al trascoro y poner en valor el cuadro Finis gloriae mundi e In Ictu Oculi de Valdés Leal.

A continuación, el presidente de Endesa, Borja Prado, tomó la palabra para explicar esta «modernización» de la iluminación de la iglesia y de la sala de cabildo, una actuación que se enmarca dentro de los preparativos del Año Murillo que la ciudad celebrará en 2017 con motivo del IV centenario del nacimiento del pintor. «Hemos querido ayudar a apreciar el valor de las obras de arte de este templo, una obra de arte en sí mismo y uno de los más bellos templos del barroco español».

Se han instalado 74 proyectores led repartidos en 15 encendidos diferentes que persiguen «tanto el cuidado de las obras de arte y del monumento arquitectónico en sí, como la eficiencia y respeto hacia el medio ambiente». Estas luminarias de tecnología led demandan una potencia de 5,5 kilovatios, alcanzando así un ahorro de 6 kilovatios, lo que supone un 52% con respecto al uso de las convencionales.

Tras escuchar de nuevo un tema interpretado por los niños de Entreolivos –Noche de paz–, se descubrió una placa conmemorativa en el trascoro de la iglesia y se pasó a visitar la otra estancia felizmente ilumninada. Allí, en la sala del cabildo, el cambio era igualmente abismal: «¡Qué color!», exclamaban quienes iban accediendo al interior. Algo que también resaltó el profesor Enrique Valdivieso, afirmando que ha pasado de ser «un lugar oscuro y recogido» a «una sala luminosa y llena de color».

A petición de la hermandad, Valdivieso hizo de cicerone y explicó el uso de estas estancias construidas aprovechando las naves de las Atarazanas. «Eran para pequeños cabildos sobre el gobierno de la hermandad y hoy en día es un pequeño museo», donde se exhiben cuadros como La visión de Constantino de Herrera El Viejo, el retrato de Isabel II, una Inmaculada de un discípulo de Alonso Cano, un crucificado de Zurbarán o el retrato del cardenal Spínola. Una estancia que rezuma arte y que desde ayer muestra su mejor cara gracias a este proyecto de la Fundación Sevillana Endesa, que ha contado con una inversión de más de 36.000 euros