Menú

Macarena-Tres Huertas pide ser declarada zona saturada de ruidos

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
01 may 2017 / 08:28 h - Actualizado: 23 abr 2017 / 21:19 h.
"Barrios","Cerro - Amate"
  • Peleas en las traseras de las discotecas grabadas por los vecinos.
    Peleas en las traseras de las discotecas grabadas por los vecinos.
  • Macarena-Tres Huertas pide ser declarada zona saturada de ruidos
  • Macarena-Tres Huertas pide ser declarada zona saturada de ruidos
  • El párroco Manuel Martínez en el altar mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Salud, de la calle Fedra.
    El párroco Manuel Martínez en el altar mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Salud, de la calle Fedra.

«Se vende por ruido» es el cartel que cuelga en muchas terrazas de Antonio Buero Vallejo, una calle perpendicular a la avenida José Díaz donde a apenas 50 metros de las viviendas se concentran tres discotecas o salas de fiesta –dos de ellas abiertas en los últimos dos años– que generan «miles de voltios hasta las ocho de la mañana» y botellonas en el entorno «de martes a domingo». Cuentan que hasta tres familias se han mudado y han vendido sus pisos en los últimos meses ante el «ruido indescriptible» que impide conciliar el sueño a los casi 4.000 vecinos de la zona Macarena-Tres Huertas.

Cansados de esta situación y ante la «inacción municipal», los vecinos han creado la plataforma Macarena contra el ruido que ha comenzado a realizar las primeras acciones. Así, tras reunirse con algunos representantes políticos, como el portavoz del PP, Alberto Díaz, han elevado su queja al distrito, donde recientemente han mantenido una reunión con la delegada de la que, dicen, se ha avanzado poco: «Muy buenas palabras pero al final no se ataja el problema, pues siguen funcionando las discotecas y no hay una presencia policial que evite los ruidos y la suciedad». El portavoz vecinal, Luis Bartolomé de Paz, explica que la parte trasera de las discotecas, a escasos metros de las viviendas, es el punto más conflictivo: «Lo mismo se reúnen para hacer botellona, que salen para fumar, que orinan en plena calle, consumen drogas o incluso hay peleas con gritos». Por este motivo muchos vecinos han realizado obras en sus pisos para aislarlos de estas noches de insomnio que, como indican, se completan con «los servicios de limpieza cuando cierran las salas, el volumen de las sirenas de las ambulancias que van y vienen al cercano hospital [por el Macarena] y otros centros próximos, como el albergue municipal». Con todo ello han preparado una documentación de fotos y vídeos donde detallan este grave problema de convivencia para, amén de denunciar «este delito contra la salud pública» en el Ayuntamiento, el Defensor del Pueblo y la Junta, solicitar la declaración de la barriada como zona acústicamente saturada (ZAS) de Sevilla. De lograrlo, sería entonces el único foco de este cariz en una zona alejada del Casco Histórico.

Los vecinos creen que han de revisarse las licencias de estas salas de fiesta y buscarles «un emplazamiento más alejado» de los bloques de pisos. «Queremos que se cumplan la normativa, la Ley Antibotellona, y que se garantice el descanso. De lo contrario, nos vamos a volver locos».