«Para qué van a llamar a la Policía si saben que no vienen, o lo hacen cinco horas después». En esta circunstancia relatada por el portavoz de la plataforma Torreblanca Unida, Sergio Serrato, se encuentran un día sí y otro también los vecinos de la barriada que, por segunda vez en este mes de enero, se manifestaron este viernes para pedir más presencia de efectivos de la Policía Nacional, de la Local, y una policía de barrio, o de proximidad, que al menos haga que los cacos –o los vándalos– se lo piensen antes de volver a robar o causar destrozos en el mobiliario urbano.
Unas 1.500 personas se concentraron en la tarde-noche de este viernes por las calles de Torreblanca, «éxito de asistencia y cero problemas, con todo el barrio movilizado», explicaba Serrato cuando aún se escuchaban de fondo las voces reivindicativas.
La primera de las concentraciones, llevada a cabo el día 13, lo hacía en repulsa por una oleada de atracos con violencia –en concreto, cinco– durante las fiestas navideñas. La de ayer coincide, precisamente, con el arresto por parte de la Policía Nacional de un hombre de 38 años identificado como J.F.D., por su relación con ocho robos perpetrados en farmacias y otros comercios de Torreblanca y Sevilla Este durante diciembre, tratándose de una persona que un año antes había salido de prisión tras una condena por hechos similares.
La plataforma Torreblanca Unida, en ese sentido, ha felicitado a las autoridades por el mencionado arresto, pero expuso que «toca seguir trabajando para asegurar una normal convivencia en la zona, poniendo freno al vandalismo y al incumplimiento sistemático de las ordenanzas municipales en materia de convivencia vecinal».
Entonces fueron 500 y ayer la cifra de vecinos se triplicó. «Está todo el mundo aquí, aunque sea a título personal, desde asociaciones de comerciantes, de vecinos, clubes deportivos...», reseña. Todos a una con unas reivindicaciones claras: «Pedimos la presencia de la Policía, no solo la de barrio, que tenía en su programa electoral el alcalde, Juan Espadas», destacaba Serrato.
Y es que, el alcalde señalaba que la seguridad ciudadana como tal es «competencia» de la Policía Nacional, mientras que las competencias «fundamentales» de la Policía Local son los servicios de «proximidad», como por ejemplo la movilidad o la vigilancia del cumplimiento de las ordenanzas municipales.
A este respecto, Serrato incidía en que «nos da igual de donde vengan los medios, del Ministerio o del Ayuntamiento». Por el momento lo que sí tienen es una agenda de reuniones: «Vamos a pedir una con el delegado de Seguridad Ciudadana y a fin de mes nos reunimos con el Distrito».
En esta nueva manifestación reclamaban una inversión en «infraestructuras y planes de seguridad que puedan reafirmar la convivencia en la barriada». En este sentido Espadas ha respondido señalando que «la Policía Local está en proceso de reorganización interna y sus efectivos, en el marco de sus competencias, van a tener más presencia en el barrio de Torreblanca».
Hacerse oír
Sobre si van a llevar a cabo nuevas manifestaciones en caso de no alcanzar lo que piden, el portavoz de Torreblanca Unida insistió en que «nuestra idea es hacernos oír y si hace falta otra movilización se hará».
Una de sus ventajas, explica, «es que no estamos politizados, tenemos libertad en ese sentido, no tenemos lazos ni con el partido del Ayuntamiento ni con la oposición».
No hay que llamarse a engaño sobre la histórica situación de inseguridad en el barrio, o parte de él, pero los últimos casos han sido la gota que ha colmado el vaso y que les ha llevado a dar un paso más: «Ha habido una oleada de robos, algo puntual, pero aparte, como nunca hay Policía, los incívicos están generalizando el vandalismo contra el mobiliario urbano. Y entran en una casa, y como saben que la Policía no viene pues se sienten a sus anchas. Por eso creemos que si estuvieran aquí sería más fácil y rápido» las detenciones, o incluso se frenarían muchos de estos actos vandálicos. «Para qué voy a llamar a la Policía que si vienen es cinco horas después, y es porque no están aquí. La gente ya ni siquiera llama», reitera.