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Una persona realiza una donación en el Centro de Transfusión Sanguínea de Sevilla. / Jesús Barrera
La donación de sangre, a pesar de ser un acto más rutinario y nada pernicioso ni peligroso, también requiere de un esfuerzo generoso y solidario. Y los sevillanos, en general, demuestran serlo y mucho.
Los datos hablan a las claras: el pasado año se realizaron en la provincia un total de 63.875 donaciones, lo que implica un aumento del 6,8 por ciento con respecto a 2014. De ellas, 61.745 fueron de sangre entera y 2.130 por aféresis, es decir, donaciones selectivas de plasma y plaquetas.
El número de donantes distintos fue 42.632, de manera que cada persona donó una media de casi 1,5 veces al año en la provincia de Sevilla. 8.263 de esos donantes, es decir, el 19,4 por ciento, acudieron a donar por primera vez el año pasado. En cifras absolutas, el 59 por ciento de los donantes habituales son varones y el 41 por ciento mujeres, si bien por vez primera ganaron las féminas entre los nuevos donantes (50,4 frente a 49,6 por ciento).
El 74 por ciento de las donaciones procedió de las 1.007 colectas realizadas en toda la provincia y el 26 por ciento restante de los dos puntos fijos de Sevilla capital, ubicados en la sede del Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Sevilla y Huelva, en la avenida Manuel Siurot; y en el hospital Virgen Macarena.
Y si las cifras de 2015 resultaron espectaculares, las que viene arrojando el presente ejercicio hablan asimismo de una tendencia alcista. Si en los primeros nueve meses de 2015 el número de donaciones de sangre entera ascendió a 46.002 unidades, en el mismo periodo de 2016 iban ya por 47.245.
En cambio, el número de donaciones de plasma ha sufrido este año un decremento: de 1.519 a 30 de septiembre de 2015 se ha pasado a 1.237 en la misma fecha de 2016. Un descenso que aún se deberá corregir en el tramo final del año. Al menos eso piensa Manuel Marín, responsable de promoción y donación del CRTS de Sevilla, quien hace un llamamiento a la población sevillana: «Necesitamos que la gente acuda a donar plasma. La aféresis es una modalidad que tiene muchas ventajas, ya que un proceso de centrifugación permite separar los componentes de la sangre, de modo que la industria se ve beneficiada y luego nos lo devuelve en medicamentos como la albúmina o la eritropoyetina, lo que se traduce en un ahorro importante».
Pero si hay un dato positivo este año es el que concierne al registro de altas de donantes de médula ósea, que gracias a una intensa campaña en redes sociales ha pasado de 1.069 personas en los primeros nueve meses de 2015 a 2.245 en el mismo periodo de 2016, es decir, un crecimiento del 110 por ciento en sólo un año.
Muy rápido y sencillo
El acto de donar sangre es muy rápido, ya que dura apenas un cuarto de hora –cuando es aféresis entre 30 y 45 minutos–, con varios pasos muy sencillos: en primer lugar, el potencial donante debe rellenar un cuestionario de autoexclusión (para descartar a personas que realizan prácticas de riesgo). Luego, el médico le hace un reconocimiento previo por si detectara alguna alteración que pudiera causar riesgo al donante o al transfundido.
En tercer lugar, antes de la donación se realiza un análisis de sangre para descartar una posible anemia. Tras la donación, se realizan los reglamentarios análisis de sangre en los laboratorios del CRTS antes de la separación de los componentes de la sangre (hematíes, plasma y plaquetas), siempre bajo la supervisión de personal especializado en Hematología y Hemoterapia, así como del departamento de control de calidad.