Las bacterias son cambiantes y se buscan la vida para hacerse resistentes a su hábitat e incluso a antibióticos que son su principal enemigo. Y, como en el juego del ratón y el gato, la ciencia tiene que captar esas artimañas y contrarrestarlas. Y, a veces, esa réplica se basa en modelos matemáticos, cálculos en los que entran en juego multitud de factores. En esa búsqueda y a través de esas herramientas, se ha embarcado la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Infecciosas y Microbiología del Hospital Universitario Virgen Macarena, que ha sido seleccionada por el organismo comunitario Joint Programme Initiative in Antimicrobial Resistance (destinado a combatir la resistencia antimicrobiana) con otros centros hospitalarios europeos y que cuenta con una inversión global de 5,2 millones. De esos proyectos, dos están basados en el diseño de modelos o patrones matemáticos, mientras que un tercero da el salto a la genética.
Los investigadores principales de estos proyectos a nivel europeo son los especialistas Jesús Rodríguez Baño, que lidera el proyecto Modern; junto con Luis Eduardo López-Cortés y Álvaro Pascual, investigadores participantes de EMerGE-NeT y ST131TS, respectivamente.
El proyecto Modern, con dos millones de euros, consiste en estudiar la epidemiología y la transmisión de las betalactamasas de espectro extendido entre distintos ámbitos epidemiológicos a través técnicas genómicas avanzadas y el diseño de modelos matemáticos. «Cuando una persona sufra una infección, se estudiará su familia, su lugar de residencia -si es una residencia de ancianos-, las aguas residuales -las bacterias las expulsamos con material fecal- y los alimentos», recalca Jesús Rodríguez Baño, que indica que con esa información «se realizarán estudios microbiológicos muy avanzados, que permitirán hacer modelos matemáticos que expliquen la importancia de la transmisión en las diferentes áreas y saber qué intervención puede ser la más eficaz». El hospital Macarena aportará a este estudio una población de 500 sevillanos, que se unirán a la evaluación que harán en un grupo similar de personas las universidades de Tubingen (Alemania), Ginebra (Suiza), Besançon (Francia), Imperial College de Londres (Reino Unido) y Universidad de Utrecht (Holanda). En ese sentido, se han buscado países con incidencia alta de escherichia coli (Francia y España), baja (Holanda y Suiza) e intermedia (Alemania).
El proyecto EMerGE-NeT, dotado con 1,2 millones, tiene como objetivo desarrollar una plataforma de diseño de redes que combine la transmisión intra e intra-hospitalaria de enterobacterias multirresistentes. En resumidas cuentas, otro modelo matemáticos que aplique certezas sobre la diseminación de las bacterias. Así, se analizará el tráfico de pacientes en diversos sistemas sanitarios y proporcionará el marco para estudiar la dinámica de transmisión de enterobacterias multirresistentes y la eficacia de las estrategias de control de la infección para contener su propagación. Además del hospital sevillano, participan las universidades de Berlín (Alemania), Bydgoszcz y Warsaw (Polonia), Utrecht (Holanda) y el hospital israelí de Beilinson.
El último proyecto europeo con participación del hospital Macarena es acerca del tipo ST131TS, que causa en torno al «15-20 por ciento de los escherichia coli». En Sevilla, por ejemplo, se detectaron por primera vez en 2004. En este proyecto, con dos millones de euros de financiación y en colaboración con centros de Canadá, Suiza, Francia, Reino Unido y España, trabaja el responsable del departamento de Microbiología, Álvaro Pascual. El trabajo consistirá en estudiar las bases del éxito en la transmisión mundial de esta bacteria multirresistente. Se analizarán las bases genéticas de la resistencia, las causas que determinan su rápida diseminación mundial, los factores de virulencia que lo determina y los que hacen que sea resistente a diferentes familias de antimicrobianos. El centro sevillano evaluará en concreto las bases genéticas de la co-resistencia a betalactámicos y quinolonas.