Tras una semana de silencio, el Ayuntamiento de Sevilla mostró ayer por fin su interés por la casa natal de Velázquez, que acaba de salir a la venta por 1.420.000 euros. El concejal delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, expresó su voluntad de actuar de forma que dicho inmueble céntrico, sito en la calle Padre Luis María Llop, cercano a la Plaza del Cristo de Burgos y que desde 1985 fue taller de los modistos Victorio & Lucchino, se preserve para usos culturales en vez de acabar –como acabó, por ejemplo, el lugar donde nació Gustavo Adolfo Bécquer, en la calle Conde de Barajas, junto a San Lorenzo– convertido en un bloque de apartamentos o en una vivienda. Un tanto perplejo aún por la noticia «inesperada», y en pleno proceso de adquisición de la casa de Luis Cernuda en la calle Acetres, que tiene condicionados los recursos económicos de la municipalidad en materia de adquisiciones de patrimonio, Muñoz se limitó a decir: «Estamos viendo a ver cómo podría hacerse». Sin descartar la participación privada.

De momento, es un simple posicionamiento para dejar claro que el interés del gobierno local existe, pero también de que los procedimientos presupuestarios de la Plaza Nueva tienen sus tiempos y sus formas. «Yo estoy ahora mismo centrado en la casa de Cernuda», explicó el delegado municipal. Una operación que todavía no se ha materializado, a pesar de disponer del crédito de las arcas municipales el año pasado mediante una modificación de 400.000 euros en el pleno que apoyaron todos los grupos, pero al final circunstancias de los propietarios ajenas al Ayuntamiento –por lo que explicó el concejal– han hecho que la compra se demore, aunque la idea es hacerlo «pronto». «A partir de ahí, yo tengo la mira puesta tanto en Velázquez, que ha sido una sorpresa, como en la Venta de los Gatos que tiene también un valor más simbólico que arquitectónico. A mí me gustaría que no se nos escapara».

A diferencia de la casa natal de Cernuda, que está prácticamente intacta y tal cual era en tiempos del poeta, y que podría dedicarse a sede de la Casa de los Poetas y las Letras, la de Velázquez conserva apenas el elemento sentimental. De momento, no existe la certeza absoluta de que efectivamente fuese allí donde nació el pintor, aunque la tradición lo da por bueno con la complacencia de los expertos. Aquello fue corral de vecinos durante años, con once familias metidas, y a punto estuvo hace medio siglo de que lo echaran todo abajo si no llega a ser por el Centro de Arte M-11 y la reforma del arquitecto José Ramón Sierra en 1973.

Los problemas económicos de la empresa de moda que estuvo usando este inmueble desde mediados de los ochenta acabaron con la presentación de un concurso voluntario de acreedores en el año 2013, y la aprobación por parte del juez en febrero de 2017 de la dación en pago, consecuencia de la cual salió a la venta esta remozada construcción del siglo XVI. Por cierto, uno de los pocos ejemplos que siguen en pie de la arquitectura popular sevillana de aquel tiempo.

Lo curioso es que este edificio no está catalogado como bien de interés cultural (BIC), lo que impide que las autoridades del ramo ejerzan un control mayor sobre el mismo. Sí goza de cierto nivel de protección, en concreto el grado 1 letra C, que permite las obras de conservación, reforma menor y ampliación, pero prohíbe su demolición.