«Ni Zoido ni Beltrán han tenido la elegancia de pedir perdón»

A pesar de su absolución en el caso Mercasevilla Antonio Rodrigo Torrijos sigue esperando el perdón de quienes le acusaron. «Ellos conviven con la mentira»

28 dic 2017 / 08:00 h - Actualizado: 28 dic 2017 / 09:22 h.
"'Lo Hablamos'","Antonio Rodrigo Torrijos"
  • Programa ‘Lo Hablamos’ de este miércoles, que incluye la entrevista a Antonio Rodrigo Torrijos. / El Correo de Andalucía TV
  • El que fuera primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, en el plató de ‘Lo Hablamos’. / El Correo TV
    El que fuera primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, en el plató de ‘Lo Hablamos’. / El Correo TV

Dejó de fumar hace un año y de ser, por tanto, el hombre de la pipa. «No fumo pero sigo siendo el mismo. Tengo la misma voluntad por mejorar la vida de la gente que me rodea y luchar por una sociedad justa y libre». Tras años alejado de la esfera pública, Antonio Rodrigo Torrijos se presenta como lo que siempre fue: un hombre sincero y directo. Aunque eso, en épocas pasadas, le jugara alguna mala pasada. «Me he visto denigrado por los medios de comunicación y por mucha gente que se ha ido creyendo las mentiras», asegura.

Las más graves, aquellas que lo relacionaban con supuestos casos de corrupción, «una estrategia política para eliminar a un adversario político», y en los que la justicia confirmó la inocencia que él siempre defendió. Fue el 21 de junio cuando quedó absuelto del caso Mercasevilla. «En las cerca de 440 páginas, la sentencia dice que no hay ni indicios de presunta actuación ilegal», recuerda Torrijos. Y eso a pesar de que la instrucción que llevó a cabo la juez Alaya le acusaba de varios delitos que no pudieron demostrarse. «Por fin se hacía justicia», señala. Lo vivió desde un segundo plano, en la cama, aquejado de una enfermedad que le impidió «disfrutar» de su inocencia.

Aún así, y a pesar de considerar todo lo ocurrido como un «acoso político» y una «estrategia contra quien estaba poniendo en solfa los privilegios de una elite de la ciudad», no le guarda rencor a nadie de los que le acusaron. «Son ellos los que tienen que convivir con la mentira por muchos golpes de pecho que se den en misa», advierte. Sí le hubiera gustado que alguno de ellos hubiera presentado sus excusas por todo lo ocurrido. «Ni Zoido ni Beltrán Pérez han tenido la elegancia de pedir perdón. Eso les hubiera engrandecido pero son pequeños». No niega que lo esperaba, porque «las diferencias políticas deben dejarse a un lado», pero asegura que en Zoido «no hay esa grandeza humana para pedir perdón por un error tan brutal como éste».

Aún tiene por delante una última causa pendiente ante la justicia, la llamada Operación Enredadera. «Respeto la justicia y tengo confianza en la misma», insiste. Con este caso, han sido en total cuatro las causas en las que se ha visto involucrado en su etapa política. Aún así tiene claro que «volvería a atrás a pesar del daño» que se le hizo. Y eso que todos estos procesos le han costado «mucho» en «lo personal y lo público». En este sentido, advirtió que «se puso en marcha una operación para dar la imagen de un político falaz, sucio, que no merecía ni el respeto ni el voto de los sevillanos». Admite que fue «derrotado» pero que no se rindió. «Aún hay tiempo para luchar». Eso sí, desde un punto de vista orgánico y no con su vuelta al Ayuntamiento. «Ya ha pasado mi tiempo en esa faceta».

En la entrevista que concedió este miércoles al programa Lo Hablamos de El Correo TV, Torrijos habló también de la gestión de Zoido como alcalde de Sevilla. Así, definió los cuatro años de su gobierno en el Ayuntamiento como «un coitus interruptus, una gran operación mediática con la que obtuvo 20 concejales para no hacer nada en la ciudad». Incluso calificó la etapa como «anodina». Entre las medidas que llevó a cabo el gobierno del PP fue crítico con la eliminación del Plan Centro, que limitaba el acceso del vehículo privado a las calles del Casco Antiguo. «La decisión fue un guiño a su electorado más ultra, a lo que siempre he llamado la caverna».

El que fuera primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Sevilla también tuvo palabras para la herencia que la coalición PSOE-IU dejó en la ciudad. «Hay cambios y no todos positivos. Me entristece ver cómo la maravillosa red de carriles bici se ha deteriorado mucho», señala. En el lado más positivo, Torrijos asegura que «merece la pena ver a tantas personas pasear por la Avenida» y, también, por algunas calles como Asunción o San Jacinto. «Ahora el PP está planteando peatonalizar más allá de Asunción pero aún recuerdo cómo gritaban desaforadamente que aquello era una locura y que iba a acabar con el comercio». Al final, insiste, «la vida pone a cada uno en su sitio». De eso Torrijos sabe bastante. ~