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No hay quien le siga el ritmo

El festivo del miércoles rebaja la presencia de público en el Real. El calor y el cansancio hacen que los sevillanos se reserven para disfrutar al caer la noche

19 abr 2018 / 22:12 h - Actualizado: 20 abr 2018 / 19:36 h.
"Feria de Abril","Feria de Abril 2018"
  • Ambiente en el Real. / Jesús Barrera
    Ambiente en el Real. / Jesús Barrera

«Uy, ayer... Ayer era esto una guerra. Horroroso de gente. Un agobio. Parecía Semana Santa». «Anda que no, iba con el carrito de la niña pisando pies. ¡El albero no lo toqué!», cuentan Rocío y Dani mientras comen en una caseta del Real la «odisea» que fue el miércoles de Feria. «¡Hora y media! Hora y media tardé en llegar a la caseta de una amiga que está aquí al lado», remata Clara. «Nada que ver con hoy, ¿verdad?. Se nota que el calor hace que la gente tarde en atreverse a venir», dice Alba. «Eso y que ayer la gente lo dio todo. Es que a ver quién es el guapo que aguanta tantos días de Feria», replica Manolo.

Quizá sea eso, que las mañanas son para recuperar el desfase de la noche, que los pies empiezan a pesar, las carteras a doler o que era día laborable, pero lo cierto y verdad es que este jueves la Feria estaba a media entrada cuando ya el sol pegaba bien arriba y la sombra era, junto a las jarras de rebujito, lo más codiciado del Real. Pocas mesas ocupadas en las casetas, aceras sin jaleo, escasos corrillos... Por no haber, no había ni muchas pompas de jabón en el aire.

Este modelo de semana de farolillos XXL ha llegado para quedarse, según parece, y como todo es cuestión de acostumbrarse, el sevillano ya ha adaptado el nuevo modelo a las tendencias más clásicas. Es decir, coger el comienzo con muchas ganas e ir dejando el final para la gente de fuera y huir a la playa a tomar el sol –o la lluvia, según los partes meteorológicos de los próximos días–.

«Deseando estoy. Conforme acabe el Betis, cojo el coche y me voy». «¡Pero si va a llover!». «Me es igual, pero ya necesito playa», le dice Javi a Mario bajo la sombr(it)a de un naranjo, que es gloria estos días. «Yo es que hasta ayer no pude venir y traje a los niños. Hoy los hemos dejado con los abuelos. Este año nos toca vivir el final de la Feria», les cuenta Helena. «Lo que hay son pocas flamencas hoy, ¿no?». «Es que con este sol y este calor...». «Claro, y encima está el tema de las gafas de sol». «Es que no hay cosa más hortera». «Bueno, pues la Pantoja las llevaba». «Pues está la mar de feo, lo lleve quién lo lleve», debate un corrillo de amigas junto a un enganche en Pepe Luis Vázquez.

Los que sí que había en el Real eran guiris. Algunos más perdidos que otros en busca de la foto más typical de la semana de farolillos. Belén, una de las guías que el Ayuntamiento contrata esta semana para dar las claves a los turistas que pasan por la ciudad estos días, va reuniendo al grupo junto a la Portada antes de empezar. Ella, una arquitecta con arte y dominio de idiomas, va explicando de sombra en sombra qué es la portada, el alumbrao, los farolillos o las casetas. «Son cosas que para nosotros son básicas pero para ellos son desconocidas», explica. Con una sonrisa de oreja a oreja y un acento que da envidia, sigue explicando qué se come y se bebe, qué son los enganches o cómo se viste una de flamenca. «Muchos me dicen que les parece estar en una película», bromea.

En mitad de la ruta le interrumpe un señor ataviado con un traje de chaqueta blanco nuclear –se ve que acababa de pisar el albero–. «Niña, ¿la caseta de los turistas dónde está?». «Un poco más adelante, arriba pone ‘Turismo’, pero las de distrito están antes y también son de acceso libre». «Sí, si soy de Triana, pero me han dicho que ahí se come baratito».

Allí es precisamente donde Belén deja a su grupo que, satisfecho y sin quitarse las gorras ni las gafas de sol, piden un selfie a la guía, que pone fin al recorrido. «Vienen de todos lados. Sobre todo estadounidenses, holandeses, alemanes y muchos brasileños», asegura.

Ya entrando la tarde, cuando el viento hizo presencia para alivio de muchos –excepto para los alérgicos, que querían morir– los caminos que llevan al Real de Los Remedios se veían llenos de volantes y lunares dispuestos a echar el resto en el Real.

«Lo que sigo sin ver son los farolillos. A este ritmo los van a poner para los fuegos», comenta una pareja al pasar por el homenajeado Club Mercantil, donde se cruzan con un par de amigos que con las bufandas verdiblancas dejaban Los Remedios para disfrutar –Las Palmas mediante– en unas horas en el Villamarín.

Detalles

El cuponero musical

Al son de sevillanas o con lo último de Maluma. El cuponero musical no escatima en originalidad para colocar un décimo a todo aquel que se encuentra en su paseo por el albero feriante. Este jueves hizo su particular agosto a primera hora de la tarde junto a la Portada.

Minions, el regalo estrella

Al igual que hay una canción del verano, hay un regalo estrella en cada semana de farolillos. Este año le ha tocado el turno a los peluches XXL, como la Feria. Los Minions, en mil y una versiones, y los donuts –los de los Simpson o los del último vídeo viral del casting de Factor X– se pueden ver en brazos de los más pequeños por el Real.

Adiós lluvia, hola alergia

Las lluvias de los primeros días han dado paso a un sol y un calor más propios de esta época del año en la capital hispalense. La ventaja, ir por el albero no es una carrera de obstáculos con tanto charco y barro. La desventaja, los alérgicos han empezado a notar los efectos de la primavera gracias al viento y a las pelusas que se desprendían de los árboles.

Flamenca en patinete

Además de en los 300 caballos del transporte público, a pie, en taxi, VTC o en un bonito carruaje, hay otras formas de ir a la Feria. Este jueves podía verse por el puente de Los Remedios una flamenca en patinete a toda velocidad seguida de cerca por otra en Sevici.