Nueva vida para el Palacio Buenavista de Sevilla

El histórico inmueble del barrio de Santa Cruz ha reabierto como complejo turístico tras una completa restauración

21 dic 2018 / 14:00 h - Actualizado: 21 dic 2018 / 14:34 h.
"Patrimonio","Turismo"
  • Una de las renovadas estancias del Palacio Buenavista. Fotos: El Correo.
    Una de las renovadas estancias del Palacio Buenavista. Fotos: El Correo.
  • Una de las renovadas estancias del Palacio Buenavista. Fotos: El Correo.
    Una de las renovadas estancias del Palacio Buenavista. Fotos: El Correo.
  • Nueva vida para el Palacio Buenavista de Sevilla

Forma parte de una casa señorial del siglo XVII, en la que cuentan que una vez pernoctó el rey Fernando III. Ahora el Palacio Buenavista de Sevilla ha sido restaurado para ser adaptado a su nuevo uso turístico.

El inmueble cuenta con doce apartamentos turísticos de lujo en pleno barrio de Santa Cruz. En su adaptación, cuentan sus responsables, que se ha respetado la arquitectura tradicional, un patio andaluz y terrazas panorámicas para que el visitante pueda «relajarse después de visitar los principales monumentos de la capital».

Cada uno de los apartamentos dispone asimismo de unas características concretas: «áticos sobre la Giralda, vistas a los jardines de Murillo, terrazas, patio, techos altos con vigas vistas, piscina, solariums, espacios para la tranquilidad...».

Un edificio con historia

Esta casa señorial del siglo XVII situada en la calle Cano y Cueto, ha sido rehabilitada en 2018 manteniendo las características de este edificio único en Sevilla. La fachada con sus balcones y grandes ventanales, pero sobretodo su patio interior, son «una muestra de la típica arquitectura sevillana». La reforma ha devuelto al edificio todo su esplendor e incluso ha restaurado una cerámica histórica que representa a San Fernando, patrón de la ciudad de Sevilla.
Este azulejo recuerda que Fernando III, según cuenta la leyenda, pernoctó aquí en una posada que había en la época tras la conquista de la ciudad, de ahí el nombre por el que fue conocida, “La casa de una noche”. Como el trato que había tenido había sido tan bueno, les otorgó algo que para la época era impensable para cualquiera que no fuera de la nobleza, tener agua potable en su establecimiento y gratis. El Ayuntamiento de la ciudad extendió dicha gracia real a todos los habitantes del edificio hasta que en él se sitúo el restaurante El Toboso.

Hasta balazos le pegaron al retablo de cerámica que representa a San Fernando y cerca de tres siglos logró aguantar (no demasiado bien) a ataques, inclemencias y desgastes varios, hasta que finalmente vuelve a estar flamante tras una restauración que ha devuelto la salud a esta pequeña pero valiosa reliquia de la historia de la ciudad. Esta obra cerámica puede considerarse como un ejemplar único, según el historiador y conservador de bienes culturales José León Calzado, «pues después de revueltas como La Gloriosa a mitad del siglo XIX y otros edictos aprobados por el Ayuntamiento durante aquella centuria se produjo una eliminación generalizada de las imágenes sagradas y altares públicos que se encontraban en las calles y plazas de Sevilla. Pocas son las obras de este tipo que han logrado conservarse, por lo que el retablo cerámico constituye una creación artística e histórica de primer orden por sus valores y también por sus características técnicas, ya que ha desvelado multitud de aspectos sobre la producción alfarera que se hacía en Triana en los siglos XVII y XVIII».
El historiador resalta que precisamente estas características técnicas y las analogías que presenta el retablo con otras obras conservadas, caso del retablo de San Fernando de San Clemente y el de Cristo caído, hoy en el Museo de Bellas Artes, son «las que han permitido catalogarlo como una obra plenamente barroca datada a mediados del siglo XVIII. Diversas señales han revelado que en un momento dado de su historia fue arrancado de su lugar original y colocado en la fachada donde ha sido conocido a lo largo del siglo XX, lugar al que la leyenda popular concede el sobrenombre de la Casa de una noche, por ser supuestamente donde el rey Fernando III pernoctó durante la víspera de su entrada triunfal en Sevilla».