Nula conciencia al volante con las drogas y el alcohol

La Policía Local y la DGT quieren poner fin a una sangría de delitos en las carreteras de la capital. En un total de 39 pruebas, cinco conductores dieron positivo en alcohol

10 dic 2016 / 12:58 h - Actualizado: 11 dic 2016 / 13:31 h.
"Sucesos","Consumo de alcohol","Policía Local","Accidentes de tráfico","Drogas"
  • Agentes de la Policía Local de Sevilla realizan la prueba de alcoholemia a un conductor. / Jesús Barrera
    Agentes de la Policía Local de Sevilla realizan la prueba de alcoholemia a un conductor. / Jesús Barrera
  • La Guardia Civil explica en este gráfico cuánto alcohol puede beber una persona antes de conducir. / DGT
    La Guardia Civil explica en este gráfico cuánto alcohol puede beber una persona antes de conducir. / DGT

El pasado 4 de diciembre, sobre las 8.20 horas, un conductor borracho y drogado envistió a Francisco Javier Cabeza mientras montaba en su bicicleta por la avenida Montesierra. No murió en el acto sino poco después en el hospital. Se marchó con 37 años dejando mujer, dos hijos y un sinfín de amistades que todavía no han asimilado lo sucedido.

Este terrible suceso es una historia más de las tantas que podrían contar en Sevilla los agentes de la Policía Local. «Todos nos creemos que nunca nos va a pasar nada, que controlamos el alcohol y que podemos conducir sin poner en peligro nuestras vidas o la de otras personas, pero lo cierto es que no», explica un agente. Este cuerpo de seguridad dependiente del Ayuntamiento de Sevilla, patrulla día y noche las calles de la capital hispalense para evitar estas situaciones, pero siempre se topa con un conductor borracho o drogado al volante y que cree ser el «amo de la carretera». Por suerte, «cuando paramos a alguno, sabemos que hemos quitado un conductor potencialmente peligroso de la vía pública y pensamos que ese día no ocasionará daño alguno a otras personas», comenta un policía local durante un control nocturno de este viernes en la Plaza de Cuba.

Son las 00.30 horas y los agentes de seguridad ya ha montado un control de alcoholemia y drogas en la mencionada plaza. La fecha es propicia para beber, principios de diciembre: es Navidad y se celebran las comidas y cenas de empresa. Aun así, «no hay excusa para consumir alcohol o drogas al volante», le explica un agente a un conductor que por suerte no ha dado positivo en la prueba de alcoholemia. «Buenas noches, prosiga su marcha por favor».

Pasan los minutos y los coches se van amontonando en el control. Un dispositivo que cuenta con ocho agentes, tres coches patrulla (uno, el coche fuga, colocado estratégicamente para evitar lo que su propio nombre indica, las fugas) y un furgón cedido por la Dirección General de Tráfico (DGT) al Ayuntamiento hispalense para realizar en el acto las pruebas de droga. Un nuevo dispositivo con el que se pretende reforzar los controles y concienciar a los conductores de que al volante cero alcohol y drogas porque merman las capacidades para circular y esto pone en riesgo a terceras personas.

La noche promete. «Estos tres vienen cargaditos», afirma un agente que ha parado un coche en el que su conductor no tiene el permiso de circulación y los otros dos vienen consumiendo drogas –dos porros de hachís–. Además, durante el registro del vehículo los agentes localizan un machete con una hoja de aproximadamente 60 centímetros, un cuchillo de unos 30 centímetros y una bolsa de alrededor de 15 gramos de marihuana.

Haciendo su labor, los agentes les preguntan por el machete... «Es para cortar naranjas», le contesta entre risas uno de los jóvenes que iba en el coche. Nula conciencia del peligro, pero esta noche no se libran. Los agentes rellenan un acta y no es un pequeño delito. «El conductor está cometiendo una infracción penal por conducir el coche sin carnet y uno de sus acompañantes –el dueño de las armas y la droga– un delito contra la salud pública y tenencia de armas prohibidas», explican los agentes del control.

En total, durante toda la noche del viernes se han realizaron 39 pruebas en tres puntos distintos: Plaza de Cuba (17), María Auxiliadora (14) y Eduardo Dato (8). De ellas cinco fueron positivas (superaron 0.25 mg/l. de alcohol) aunque no todas llegaron al límite penal, solo dos lo superaron (0.60 mg/l.). No por esto es una noche tranquila, «simplemente es diferente», explica un agente, que a su vez afirma que «siempre sale algo que pone en peligro a los policías y a los ciudadanos. Hay días en los que se localizan armas de fuego o hay una persecución porque el infractor se intenta dar a la fuga para esconder algo».

Por esta razón, este cuerpo de seguridad hace mucho hincapié en concienciar a los conductores. Su labor, por y para el ciudadano, es intentar poner freno a estos malos resultados y evitar que se conduzca bajo los efectos de las drogas o el alcohol. Ya hay muchos ciudadanos concienciados, pero otros siguen haciendo caso omiso a las leyes. Da igual que sea Navidad o cualquier otra fecha del año, para algunos conductores no hace falta celebrar nada para beber o drogarse y después conducir.

EXCUSAS QUE CUESTAN VIDAS

«Todos dicen lo mismo. Solo me he tomado una cerveza o una copa, pero todos terminan dando positivo. El que dice que se ha tomado una cerveza es que se ha tomado tres o cuatro», manifiesta uno de los agentes encargados de realizar las pruebas de drogas y alcohol. «Es un hecho que cada vez los conductores beben menos al volante», explica este policía al que le refrendan los datos de la DGT: 6.910 pruebas de alcoholemia en Sevilla de las cuales solo el 3,6 por ciento han sido positivas. Por contra, hay que decir que los positivos por droga han aumentado considerablemente según argumentan los agentes: «Entre semana hay varios positivos por droga y alcohol, pero los fines de semana el consumo de estupefacientes se dispara».

El peligro sigue estando ahí. Sigue habiendo conductores infractores que no respetan las leyes y que juegan con la vida de terceras personas. Algo que los agentes de la Policía Local están dispuestos a paliar y para ello trabajan codo con codo con la Dirección General de Tráfico. La intención es ponerle freno a la sangría de infractores que salen todas las noches a beber y a drogarse y al final terminan con la vida de terceras personas.