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Locales del entorno de la plaza de abastos en los que los vecinos quieren montar negocios. / Fotos: El Correo TV -
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El mercado está practicamente deshabitado.
San Jerónimo es uno de los barrios donde más se ha notado la sangría laboral con la crisis. Sin embargo algunas familias tratan de superar el bache y quieren abrir un negocio propio para cambiar el rumbo de sus maltrechas economías. En los últimos dos años decenas de vecinos desempleados han solicitado al Ayuntamiento, sin éxito, el uso de los locales del entorno del mercado de San Jerónimo, que están cerrados y sin actividad, en su mayoría desde el año 2004.
Inma Díaz y su pareja quieren montar un taller de reparación de bicicletas. Como otros muchos vecinos han enviado un escrito al distrito explicando su proyecto y pidiendo la autorización de utilizar alguno de los 14 locales que se reparten en la esquina de la calle Boquerón con Sábalo. «Tienen que dar al menos una opción de uso. El edificio se está cayendo a trozos y es una pena. Es un sitio público y la obligación del Ayuntamiento es que tenga uso, con las condiciones que sea. Más aún cuando hay una importante demanda de vecinos que quieren acceder a uno de estos locales, lógicamente pagando el alquiler que se estime oportuno. No pretendemos tampoco que nos lo regalen», explica Inma, quien defiende que este edificio «nace con un fin y no se le está dando». A su juicio, con esta propuesta salen ganado todos: «El edificio, que se rehabilita; la economía del barrio, que mejora; y las familias que están en paro y quieren montar una tienda».
La asociación de vecinos Todos Somos Iguales de San Jerónimo ha tenido la ocasión de constatar estas inquietudes entre los residentes de la zona. Su presidente, Juan José Conde, asegura que ha recibido copia de una docena de escritos dirigidos al distrito para este fin: «Hay demanda de mucha gente. Tenemos escritos solicitando locales desde al menos hace dos años». Uno de ellos es el que firma un vecino de la calle Sábado con fecha de 20 de abril de 2016 y que dirige directamente al alcalde: «...existen muchos padres y madres de familias que no nos importaría abrirlos [por los locales] y poner un negocio». A lo que añade: «Soy profesional de la fontanería en paro, y entre los locales descritos, existen uno pequeño en la calle Sábalo, que en su día hubo una fontanería», por lo que solicita arreglarlo por su cuenta y «pagar el arrendamiento previsto por el Ayuntamiento».
Un año de espera
La asociación de vecinos recuerda que la última respuesta del Ayuntamiento fue hace más de un año. En una pregunta a la Comisión de Ruegos y Preguntas, el delegado de Hacienda, Joaquín Castillo, confirmaba que estos locales dependientes del Servicio de Patrimonio del Ayuntamiento «se encuentran actualmente sin uso y cerrados», pero que «no consta que se estén percibiendo rentas» de las cesiones que en su día pudieron llevarse a cabo. Además, según reza en este escrito con fecha de 1 de febrero de 2016, el Consistorio se compromete a que «una vez se recupere la posesión de los locales [...] tramitar expediente para formalizar las correspondientes concesiones demaniales».
Sin embargo, los vecinos lamentan que pasan los días y no se resuelven las peticiones emprendedoras que han realizado. «No pueden seguir sin decir nada. No tratamos de quitar estos locales a nadie, sino de ponerlos en valor. Se crearon con el fin de albergar una actividad comercial y hoy en día no están cumpliendo», insisten los vecinos, que advierten de ciertos abusos en otros tiempos: «Estos locales fueron cedidos hace décadas. En algunos casos, los descendientes de los primeros comerciantes se han atrevido en alguna ocasión a subalquilarlos, lucrándose de ello».
Por este motivo, desde la asociación se insiste en legalizar la situación de estos espacios. Con ello consideran que se contribuirá además a la recuperación económica de la plaza de abastos, que ha quedado reducida a su mínima expresión: sólo hay dos puestos —una carnicería y una pescadería– y el bar. «Está muriendo poco a poco. Cuando llueve se moja y caen cascotes del falso techo. Necesita una reforma integral», concluye Conde.
La zona clausurada del mercado es «siria»
El mal estado del mercado de San Jerónimo obligó al cierre parcial de las instalaciones hace unos años. Recientemente el Ayuntamiento intervino para evitar la acumulación de aguas fecales y filtraciones en esta zona. Los vecinos insisten en que se recupere este espacio, que actualmente es «un nido de ratas» con un aspecto ruinoso que les preocupa: «Esto parece Siria».