La sentencia del TSJA por el proceso seguido en la aprobación de los presupuestos de 2016 vuelve a escena y se convierte en la llave para desbloquear las cuentas de este año. Participa Sevilla ha anunciado cuál será su postura este año tras la asamblea celebrada en la tarde de ayer. La formación optará por la abstención algo que provocaría un empate y que permitiría sacar las cuentas de este segundo año de mandato de Juan Espadas al frente de la Alcaldía. Sin embargo, el concejal Julián Moreno quiso dejar claro que su postura no es una «carta blanca» y que tiene «cuatro condiciones» que deberán cumplirse para que finalmente los tres ediles de Participa Sevilla se abstengan en el pleno de aprobación inicial.
Una de ellas es que el equipo de gobierno realice un «gesto público, claro y contundente de asunción de responsabilidades» por la sentencia que anuló la aprobación del presupuestos de 2016, al no ser permitido el debate y votación de las enmiendas de Participa. Moreno no quiso entrar a explicar el tipo de gesto al que se refiere. «Eso queda a decisión del gobierno municipal».
Las restantes condiciones, según detalló, son un compromiso para que se reduzca «a cero» el número de desalojos y desahucios en el parque municipal de viviendas, «garantías» de que antes de que acabe septiembre hayan sido ejecutadas al menos la mitad de las partidas presupuestarias derivadas de las enmiendas de Participa al presupuesto de 2017, y que el plan Decide sea canalizado a través de los consejos de participación ciudadana de los distritos y no mediante las juntas municipales. El edil aseguró que en el día de hoy informará al equipo de gobierno municipal de la decisión de la asamblea y de las condiciones. «Hay buena sintonía y nos sentaremos a negociar». Moreno no consideró que supusiera un nuevo retraso en la aprobación. «Es muy sencillo, si nos dicen que sí se puede seguir sin problemas». El compromiso, explicó, se cerraría «por escrito».
La postura de la abstención salió por el 60 por ciento de los votos en la asamblea de ayer. El 40 por ciento restante respaldó rechazar las cuentas. «Nadie se planteó el sí», dijo Moreno.