«Quedan lejos y nos olvidan las mil maravillas de nuestra ciudad. Pocos conocen las caras de estos seis barrios que buscan brillar». Es el arranque del himno que vecinos y alumnos del colegio Manuel Altolaguirre han elaborado para reivindicar la prometida comisaría del Polígono Sur. Ha sido la música de fondo que ha acompañado un acto simbólico en el que se ha alzado un muro de cajas de cartón con lemas, recortes de prensa y frases alusivas a este proyecto ante el solar de la calle Padre José Sebastián Bandarán, donde estaba proyectado el edificio. Un acto con el que quieren hacer ver al Gobierno que no están de acuerdo con el último cambio de ubicación, fuera del barrio.

«Tenemos derecho como cualquier otro barrio a tener una comisaría. Y si no nos la hacen pues la construimos nosotros», explica uno de los maestros del Altolaguirre a un grupo de escolares. «No, no es para presos. Es para darnos seguridad y poder hacer cosas como sacar el DNI», aclara el profesor ante el despiste de uno de sus alumnos. Un centro escolar que ha participado en esta actividad dentro de un proyecto global en el que «buscamos soluciones a los actos vandálicos que vive el barrio». Mientras ellos conversan, a sus espaldas sigue creciendo un muro hecho de cajas de cartón pero también de palabras como: apoyo, seguridad, ley, igualdad, escuchar, lealtad, justicia, olvido y cumplir las promesas.

Vecinos, entidades sociales y alumnos de los centros de Primaria y Secundaria han puesto su grano de arena para levantar este muro que, debido al viento se ha derrumbado varias veces. Pero el Polígono Sur no desiste, y le plantó cara al viento para volver a ponerlo en pie, como tampoco ceja en su reclamación de «una reclamación histórica y vinculada al desarrollo del Plan Integral del Polígono Sur», como recuerda una de las vecinas que ha leído el manifiesto que recoge los argumentos por los que la comisaría debe quedarse en el barrio. «La comisaría es un símbolo de seguridad objetiva y subjetiva», añade otra, «es un elemento de normalización».

«Ha sido un encuentro simbólico, festivo en el que cada uno aportaba su ladrillo para que la comisaría sea una realidad. El barrio le está diciendo con la fuerza de la razón al Gobierno que reconsidere la decisión y traiga la comisaría al barrio que es donde debe estar», señala la comisionada para el Polígono Sur, María del Mar González, quien asegura que quiere creer que el hecho de que no se haya consignado presupuesto para este proyecto para 2017 sea «una invitación para el diálogo, pero la realidad es que todavía no hemos conseguido vernos con el ministro».

Para González el argumento de las cuestiones técnicas expuestas por el propio ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, no tiene sentido puesto que es «una parcela de Fomento, del Estado. La adaptación técnica sería sencilla porque las administraciones están dispuestas a ello y así lo plantearon en 2014 ya. Quiero creer que Juan Ignacio Zoido que fue alcalde de Sevilla y sabe de la importancia de este proyecto tenga la sensibilidad suficiente para rectificar esta decisión», señala.

El presidente de la asociación familias de La Oliva, José María Algora Jiménez, asegura que los vecinos no entienden «cómo por el que era alcalde promete la ubicación de la comisaría aquí para dar mayor seguridad a los recursos públicos que se están desarrollando aquí, para que sean más efectivos y, ahora, cuando es ministro dice totalmente lo contrario».

El representante vecinal afirma que «lo que hace falta es más política para solucionar los problemas de degradación que tiene el Polígono Sur. Hace falta políticas sociales para mejorar la situación del barrio y para que esto tenga efectividad tiene que haber seguridad y un apoyo hacia los vecinos y los profesionales». Además, lamenta que la impunidad siga existiendo en el barrio «desde el punto de vista de urbanismo, de la seguridad ciudadana, y de la droga, porque aquí ahora mismo tenemos uno de los puntos de distribución de droga más importantes del sur de Europa».