¿Qué hacemos con Torneo?

El anuncio de inversión municipal en la avenida plantea la cuestión de si un arreglo material bastará para consolidar un espacio que, 25 años después, no tiene un uso definido

30 ene 2016 / 20:44 h - Actualizado: 30 ene 2016 / 23:08 h.
"Urbanismo","Isla de la Cartuja","Río Guadalquivir","Expo 92","Antonio Muñoz"
  • Pasear por la avenida de Torneo se convierte a menudo en una prueba de obstáculos como consecuencia del horroroso estado del enlosado, una de las principales quejas de quienes pasan por allí de manera habitual. / Pepo Herrera
    Pasear por la avenida de Torneo se convierte a menudo en una prueba de obstáculos como consecuencia del horroroso estado del enlosado, una de las principales quejas de quienes pasan por allí de manera habitual. / Pepo Herrera
  • La antigua Torneo, con el muro como frontera. / El Correo
    La antigua Torneo, con el muro como frontera. / El Correo

Pasan cosas raras en la avenida de Torneo. Hija de la Exposición Universal del 92, nació para conducir a la ciudad a la promesa de un futuro que asomaba al otro lado del río, al que la ciudad se asomaba por fin con su nueva avenida. Hoy, casi 25 años después, su mal estado es incuestionable y es noticia el mero hecho de que el Ayuntamiento haya anunciado que ha reservado una parte de una partida presupuestaria de 350.000 euros para acometer las obras de Torneo. La partida no está desagregada, explican en el Consistorio, que añade que «el proyecto y las obras» se harán «en función de las necesidades que requiera» la avenida.

Es un clásico en la prensa sevillana, y hasta un recurso cuando la actualidad flojea, dar un paseo por Torneo y constatar que las losetas que permanecen en su sitio son abrumadora minoría y que la limpieza es, también, mejorable. De manera que las asociaciones de vecinos de la zona han acogido este anuncio de arreglo futuro con satisfacción. Pero igualar losetas no significa construir una ciudad. Lo apunta Manuel del Valle, alcalde de Sevilla entre 1983 y 1991, los años en los que se transformó la ciudad.

La asignatura pendiente

Lo explica Del Valle en pocas palabras: «Para mí el problema no es arreglar materialmente la calle Torneo y las bancadas. El problema está en encontrarle un uso a esa zona de la ciudad. Esa es la asignatura pendiente». El exalcalde apunta que el camino a seguir puede rastrearse ya en la propia Sevilla. «En la parte del Muelle de Nueva York parece que están encontrando una utilidad», explica y se refiere al Acuario. «Y sin embargo, la parte más importante, la de Torneo, la más extensa y más amplia, pues lleva casi 25 años sin que se le encuentre un destino. Y aquello francamente es penoso, que la fachada de la ciudad al río esté abandonada». La solución, entonces, pasa por «darle una actividad, pero reglada. Que la gente pueda ir a hacer cosas» más allá de pasear.

Coincide con Del Valle el presidente de la asociación Legado Expo, Alberto Martín. «Efectivamente, el legado del 92 va más allá de la Cartuja. La ciudad se transformó». En el plano urbanístico, «uno de los principales legados, si no el principal, fue recuperar el río. La ciudad vivía de espaldas al Guadalquivir y recuperar la calle Torneo y quedar aquel paseo fue algo magnífico».

Martín hace memoria y comenta que «es verdad que la calle Torneo se diseñó aprisa y corriendo y no se ejecutó correctamente, y a eso se le suma que hace 25 años de la obra y no se ha invertido. Torneo es una avenida fundamental y está en un eje clave de la ciudad. Es necesario recuperarla porque el acerado está muy mal, hay focos de gente allí viviendo... Es muy positivo que ahora parezca que sí ha llegado el momento».

Apunta el presidente de Legado Expo otra cuestión interesante: la inversión ha sido mínima durante décadas y, a pesar de eso, es una zona muy transitada, sobre todo el Paseo Juan Carlos I, el que se sitúa al nivel del río. «Es una zona que la ciudad usa, muy vivida. Porque además tiene unas vistas espectaculares y muchos turistas. Y es una pena andar por allí». Y de nuevo coincide con Del Valle: «A mí me gustaría que se fuera más allá del tema de pavimentar y se mejorara el diseño actual. Es una zona muy disfrutada pero la parte superior tiene espacios muy marginales y el entorno está hecho un desastre. Debería ir encaminado a mejorar lo que se hizo en el 92». Martín también encuentra un modelo en Sevilla: «Debería ser una intervención similar a la del paseo de ribera de San Jerónimo. Se hizo aprisa en el 92 y allí no iba nadie. Luego se derribaron los muros y se hizo que fuera visible desde arriba».

Resume de nuevo Del Valle su visión al opinar que lo que se plantea con los usos para el paseo de Torneo es «la asignatura pendiente de la ciudad con el río. Hubo un primer capítulo que se pasó, que fue abrir la ciudad al río. El segundo capítulo es definir qué uso se le da a esa apertura».

El futuro de la otra orilla

La orilla opuesta, la de la isla de la Cartuja, tiene proyectos en marcha, como el paseo fluvial cuyas obras comenzaron la semana pasada, e infraestructuras que pueden dotarla de usos: el pabellón de la Navegación, el jardín Americano, el Caixa Fórum, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y la Fundación Tres Culturas. Es una evidencia que la ribera de la isla de la Cartuja tiene una ocupación mucho menor que la de Torneo, entre otras cuestiones porque buena parte de la población continúa mirando a la Cartuja como una zona en la que hay gente que trabaja, y poco más. Pero es cierto igualmente que en aquel lado del río existen ahora perspectivas de futuras maneras de utilizar el espacio.

En Torneo y la parte del Paseo Juan Carlos I que discurre por debajo, la situación es otra. Son muchos los sevillanos que pasean o hacen deporte allí. Muchos llevan a sus niños al parque infantil aledaño a la biblioteca Felipe González, otra de las escasas infraestructuras de la zona. Radiópolis ocupa la torre de control ferroviario y, a un paso, está la efigie del general San Martín, única estatua de todo un paseo que hace un par de años largos se planteó convertir en Paseo del arte. Algunos clubes de remo completan los usos de los bajos del paseo. Son cositas, hitos aislados rodeados de asfalto en mal estado que apenas dejan adivinar qué sentido puede dársele a la zona. Quizá es buen momento para pararse a pensarlo.


LA CAÍDA DE UN MURO QUE AMPLIÓ LA CIUDAD

El 26 de mayo de 1990 Sevilla vivió su particular caída del muro. En aquella fecha comenzó el derribo simbólico de una parte del muro que significó la apertura de la actual avenida de Torneo y unir una gran línea recta desde La Palmera hasta San Jerónimo. La ciudad se abrió al río y perdió de vista una tapia que ocultaba también las vías del tren y que aparecía más o menos suavizada con dibujos de escolares sevillanos. Fue la gran obra del PGOU de 1987, contaba años después Del Valle, también porque supuso completar el eje norte-sur de la ciudad.


Una denuncia de años de dejadez en la avenida

El presidente de la asociación de vecinos Barqueta-Renfe, Bernabé García, lo tiene claro: «El primer problema que tiene la zona es el levantamiento de asfalto y la poda. Hay una dejadez de hace cuatro años enorme». «El acerado tiene un abandono enorme. ¿Culpable? No lo sé. Es un abandono de cuatro años en donde en la Macarena no se ha actuado ni para poner un marmolillo». Su homólogo de la asociación Concejal Alberto Jiménez-Becerril, la avenida que continúa Torneo a partir del puente de la Barqueta, coincide en denunciar el mal estado de toda la margen del río. Víctor Manuel Díaz apunta que «es una situación ya insostenible. Por el paseo de Torneo no se puede andar. Está hundido y en unas condiciones horribles», explica, y añade que en ocasiones se «ha consentido» que aparquen allí muchos coches, gracias a que los gorrillas quitan los bolardos. La consecuencia es que el pavimento está en ese estado «horrible». Díaz apunta que también «se debería dar un repaso al pavimento del Paseo Juan Carlos I» y a las normas de convivencia entre peatones y ciclistas.