Hay que vivir a fondo por y para los demás y dejar bien hechos los deberes, antes de que Dios nos llame. Y eso es lo que ha hecho y sigue haciendo Rafael González Serna, Rafa Serna como le conocen todos. Aunque el compositor tiene ya sus alforjas rebosantes de servicios al prójimo, más vale que sobre, que no que falte. Ahí está nuestro rey Baltasar cumpliendo con lo que dijo en su día: «Llevo conmigo un gran mensaje de esperanza y de fe».
A este diario la tecnología le ha jugado una muy mala pasada por la que pide perdón sinceramente a la familia de Rafa y a todos los receptores de El Correo. Rafael Serna no se rinde fácilmente y cuando le llegue la hora –como nos ha de llegar a todos- estamos seguros de que en el Cielo, el Beato Marcelo Spínola, padre fundador de El Correo, le pedirá también perdón por los fallos de los medios modernos, y los dos se reirán de este mundo digital que tantos sofocones da de vez en cuando. ¡Rafa, no te rindas! Te necesitamos aún mucho tiempo con nosotros.