Sargas de Bacarisas. El reto de recuperar el esplendor del 29

El IAPH lleva a cabo la intervención por primera vez de las cuatro piezas encargadas por el rey para el Pabellón Real de la Exposición Iberoamericana. Será un proceso que se alargará cuatro años, en el que colaborarán hasta 12 licenciados en Bellas Artes

21 mar 2018 / 22:34 h - Actualizado: 21 mar 2018 / 22:59 h.
"Patrimonio","Los 'milagros' del patrimonio andaluz"
  • Los tres estudiantes de la estancia del IAPH junto a las dos restauradoras-conservadoras del taller de textil, despliegan la sarga ‘Llegada de las naves españolas y desembarco en San Salvador en el Caribe’, que se intervendrá este año. / Manuel Gómez
    Los tres estudiantes de la estancia del IAPH junto a las dos restauradoras-conservadoras del taller de textil, despliegan la sarga ‘Llegada de las naves españolas y desembarco en San Salvador en el Caribe’, que se intervendrá este año. / Manuel Gómez
  • Los profesionales del IAPH y varios licenciados de Bellas Artes restaurarán cada año, durante cuatro años, una sarga de la colección del Alcázar. / Manuel Gómez
    Los profesionales del IAPH y varios licenciados de Bellas Artes restaurarán cada año, durante cuatro años, una sarga de la colección del Alcázar. / Manuel Gómez
  • La restauración de las sargas es un reto para el IAPH pues hasta ahora no se ha intervenido una pieza de las mismas características. / Manuel Gómez
    La restauración de las sargas es un reto para el IAPH pues hasta ahora no se ha intervenido una pieza de las mismas características. / Manuel Gómez
  • En cada pieza se realizarán labores de limpieza, consolidación, fijación y reintegración cromática. / Manuel Gómez
    En cada pieza se realizarán labores de limpieza, consolidación, fijación y reintegración cromática. / Manuel Gómez
  • Una de las sargas en el Pabellón Real. / El Correo
    Una de las sargas en el Pabellón Real. / El Correo

Fibras sintéticas, hilos, telas, tijeras, algodones, bastoncillos, esponjas, alfileres o agujas se mezclan en las grandes mesas impolutas del silencioso taller de textiles del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) donde desde hace unas semanas se trabaja en la intervención de una de las cuatro sargas de Gustavo Bacarisas del Real Alcázar.

El convenio sellado entre ambas instituciones permitirá recuperar estas particulares piezas, a caballo entre la pintura y el tapiz, que fueron un encargo real para la Exposición Iberoamericana de 1929. Su destino original era el Pabellón Real y allí estuvieron en uno de los salones hasta que acabó la muestra, cuando fueron trasladadas al Palacio Gótico del Alcázar, donde han permanecido expuestas al público desde entonces. La confección de estas piezas de impronta barroca fue una decisión de última hora. Por ello, para su ejecución, que debió hacerse efectiva en fechas anteriores a la inauguración de la cita iberoamericana, el pintor de origen gibraltareño y nacionalidad británica, Gustavo Bacarisas, optó por colorear pictóricamente las telas simulando el efecto del tapiz, una técnica que es más costosa y suponía años de ejecución. Un tiempo del que el artista no disponía.

Precisamente esta decisión es lo que plantea el mayor reto al que se enfrentan las conservadoras del IAPH encargadas de devolver el esplendor a estas piezas que acumulan casi 90 años de historia a sus espaldas. Hasta la fecha, esta es la primera gran intervención a la que se someten las sargas, sobre las que se han realizado labores de urgencia en alguna ocasión debido a su «grave» estado de conservación.

«Es la primera vez que tenemos una pieza de estas características», explican Carmen Ángel Gómez y Lourdes Fernández González, las conservadoras-restauradoras del taller. «Se sale de lo que habitualmente hacemos en textil pues es un tejido pintado, no es un tapiz». De esta manera, los tratamientos que plantean para recuperar las zonas perdidas deben investigarse. «Al no ser una pintura al uso, no tener un bastidor ni un grosor suficiente, los tratamientos se adaptarán a los criterios de conservación textil. Tenemos que investigar un poco», confiesan.

Pero en el proceso de restauración no están solas. El convenio que se firmó a finales del año pasado entre el IAPH y el Alcázar, contempla la formación de 12 licenciados en Bellas Artes en los cuatro años que se prolonga el proyecto –tres en cada año–. Así, desde hace dos meses Vicente Andújar, Caterina Fiol y Selma Bargalló trabajan en la recuperación de una de las piezas, la primera que saldrá lista del taller del IAPH, que restaurará una por año. En este proceso no solo aprenderán prácticamente las técnicas sino que su estancia, de nueve meses de duración, se complementa con clases teóricas por el personal del instituto sobre diversas técnicas que deben emplear en el proceso.

El primer paso ha sido la elaboración del proyecto. Ahí se deciden las posibles técnicas a aplicar y qué criterios de restauración seguir. En este caso, al ser una tela pintada al óleo, debían decidir si aplicar criterios textiles o de pintura. «Hemos estado investigando mucho, leyendo, valorando... Hay muy pocos antecedentes de piezas de este formato. La mayoría de piezas de este tipo con el paso del tiempo se han entelado y se han tomado como pinturas, pero este no es el caso», explican. «No existen unos criterios de restauración para las sargas». Una imitación al tapiz «más rápida, más barata y más difícil de restaurar», concluyen.

El proyecto de conservación contempla labores de limpieza, consolidación, fijación, reintegración cromática y tratamiento para una protección superficial.

Antes de cualquier tratamiento es necesario realizar una aspiración general, que debe hacerse con cuidado pues se trata de un algodón muy fino. «Las sargas están muy sucias pues están expuestas en el exterior», apuntan. Además, para la limpieza, se ha desmontado el forro, lo que ha sacado a la luz el reverso gracias a lo que pueden apreciarse las pequeñas intervenciones que se han ido realizando con los años y no estaban a la vista. «Hay parches, intervenciones puntuales... que se han ido haciendo».

Una vez se acabe con la aspiración, llegará el momento de la limpieza en seco pues las telas están pintadas al temple. Se trata de quitar las manchas que se han ido produciendo por la humedad, el paso del tiempo así como los restos de los pájaros que entran en la sala del Alcázar. «Hay varias maneras de afrontarlo. Con aspiradores más pequeños, con tipos de esponjas, disolventes... Tenemos que probar, ver qué reacciona bien con el tipo de tejido, la pintura y el tipo de mancha», afirman.

Luego llegará el momento de la consolidación. Al ser un tejido fino será necesario como mínimo reforzar la parte superior, «que es donde van colgadas las piezas y por lo tanto, la zona más frágil». En el caso de la primera de las sargas que se está interviniendo, «Llegada de las naves españolas y desembarco en San Salvador en el Caribe», solo hay algunas «roturillas, en la parte del centro faltan tramas... es tan grande que son muchas cositas», apuntan las conservadoras. Sin embargo sí que hay una de ellas que «está en muy malas condiciones, con importantes roturas y lagunas cromáticas». Éste será el último paso para el que aplicarán técnicas de restauración textil, con una serie de tejidos que teñirán en el IAPH, «pero hay que buscar el más adecuado... Es formación para los jóvenes de la estancia, pero servirá para la investigación de todos», apuntan.

Será así, gracias al estudio y al trabajo minucioso de estas cinco personas cómo se comenzará la recuperación de parte del legado de la Exposición del 29 que estará completo en 2021.