«Se lo explico a mi familia: el futuro lo tiene cada joven en sus manos»
Enrique Aguilar Hernández. Director de la empresa Packhelp en España. Un joven del barrio sevillano de Torreblanca que ha trabajado en Berlín, Helsinki y Varsovia para el desarrollo de negocio de emergentes empresas comerciales de dichas capitales, y ahora impulsa desde Sevilla su sueño de crear riqueza en su ciudad ligada a la innovación.
“El empleo hay que buscarlo. Hay que echarle cara, ponerte en el escaparate y darte a valer. Eso es más difícil si no sales de Sevilla, porque es una ciudad muy bonita que te da muchas cosas y que también te atonta. Cuando salí de Sevilla a Berlín estaba atontado. Ahora estoy en Sevilla y muy despierto. Se lo explico a mi familia: el futuro lo tiene cada joven en sus manos. El futuro no consiste en esperar a lo que haga una empresa, sino en lo que tú hagas en cada empresa, en cada proyecto”. Enrique Aguilar transmite pasión con sus palabras y sus gestos. Desde su oficina, en el Centro de Negocios Cristina, frente a la Torre del Oro. Le motiva descubrir a más jóvenes como él en la capital de la región donde los altos índices de paro son una tradición.
Nacido hace 32 años en Torreblanca, uno de los barrios sevillanos más lastrados por la pobreza, la exclusión social y el lumpen, Enrique Aguilar, que ahora reside junto a las 'Setas' de la Encarnación en compañía de su novia, nacida en Estonia, forma parte de la empresa polaca Packhelp, premiada en los certámenes europeos de 'startups' por su innovador modelo de prestación de servicios en el sector del diseño gráfico, aplicado a la producción de paquetería.
¿Cuáles son sus raíces de familia y barrio?
Mis padres son personas de familias humildes que llegaron a Sevilla tras la guerra civil para buscarse un futuro. Viven en Torreblanca y trabajan en el sector servicios. Él en Lipasam, la empresa municipal de limpieza, encargado de uno de los 'puntos limpios' de recogida de residuos. Mi madre trabaja para una empresa que se dedica en el Puerto de Sevilla al alquiler de maquinaria. Tengo un hermano pequeño, Óscar, de 27 años. Estudié en dos colegios del barrio, primero el Vélez de Guevara y después en el Santa María de los Reyes. El Bachillerato lo hice en el Colegio Portaceli, en Nervión. Y pude entrar en la Universidad, lo que nunca había sido posible en mi familia. Me decanté por la carrera de Derecho porque me gustaba adquirir conocimientos, pero la vocación que fui descubriendo en mí era el mundo empresarial y el desarrollo de negocio.
¿Cuál fue su primera experiencia laboral?
Con 18 años, de acomodador para un espectáculo de Disney en el Palacio de los Deportes de Sevilla. Después, mientra estudiaba la carrera, logré trabajos para campañas puntuales. La primera fue para Citibank con el fin de fidelizar clientes con su tarjeta de crédito. Y después para captar socios a la ONG Ayuda en Acción. De esas experiencias a pie de calle, y con la formación que te daban, aprendí a tener capacidad de persuasión. Con tu voz, con tu forma de relacionarte y expresarte con convicción ante cualquier persona para que se detenga, te atienda y se interese por lo que le ofreces.
¿Y su iniciación fuera de España?
Surgió a partir de estar en Aiesec, asociación internacional de estudiantes, que fomenta en muchos países el espíritu de liderazgo entre los jóvenes mediante experiencias fuera de su ciudad y país. En Aiesec Sevilla conocí a quien es uno de mis mejores amigos: Christian de Serre de Saint Roman. Él consiguió hacer prácticas en una 'startup' de Berlín cuyo fundador, Christian Wolf, habíamos conocido en Sevilla, y semanas después le convenció para que contratara a otra persona con el fin de vertebrar el objetivo de abrir mercados a dicha empresa fuera de Alemania. Era agosto de 2012. Me llamó por teléfono y me dijo: “Hola, ¿qué estás haciendo?”. Le respondí: “Pasando calor en Sevilla”. Y Christian me sorprendió: “Pues haz las maletas porque te vienes a Berlín”.
¿A qué se dedicó?
Ayudar a articular el desarrollo de LoCompramos, marca para España de Wirkaufens, compraventa de dispositivos electrónicos de segunda mano que eran revisados y reparados en una planta de tratamiento, para después venderlos en otro país. Lo que se compraba en España se podía vender en Italia. O lo de Italia en Alemania, etc. Como el teléfono móvil que ya no usabas y tenías en el cajón cogiendo polvo. O una cámara de fotos. Te lo recogían en casa, y, tras revisarlo, en una semana se pagaba el precio que se había acordado a través de la web. Vieron que era atractivo para muchas personas que así lograban dinero con cosas que ya no usaban.
¿Confiaban en usted pese a no tener experiencia en ese negocio?
Sí. Al principio aprendí mucho con Christian sobre organización, desarrollo de negocio, cómo llegar a acuerdos con otras empresas, etc. Cuando él se marchó para emprender otro proyecto, los directivos alemanes se reunieron conmigo y me dijeron: “Enrique, aquí tienes la oportunidad. Queremos que seas nuestro director para España, tú eres el encargado de llevar a cabo nuestros objetivos”. Esa promoción interna, esa confianza en mí, fue un gran salto en mi trayectoria que me ha posibilitado hacer lo que hoy desempeño.
¿Por qué no continúa en esa empresa?
Estuve tres años con ellos, hasta finales de 2015. Quise irme a un país escandinavo por dos razones: desde chaval había deseado vivir en Escandinavia. Y había comenzado mi relación con la que es mi pareja. Ella es de Estonia y residía en Helsinki. Busqué oportunidades en el ambiente de 'startups' de la capital finlandesa para hacer un trabajo similar, y logré entrar en Parkman, consultora informática que estaba triunfando con una aplicación para gestionar los aparcamientos de coches y la búsqueda de plazas libres para aparcar.
Hay muchas, ¿qué aportaba como novedad?
No solo permitía pagar sin tener que perder tiempo sacando ticket o acercándote al parquímetro, sino que ellos impulsaban la creación de una comunidad de usuarios que, con sus acciones, transmitían en tiempo real dónde y cuándo se había quedado libre una plaza de 'parking' a menos de 100 metros de donde estabas con tu coche. En Escandinavia eran los únicos que lo hacían y se expandieron con éxito, incluidas ciudades importantes como Copenhague. Yo me hice cargo de abrirles mercado en España. La primera ciudad con la que logré acordar su implantación fue León.
¿Qué aprendió en sus relaciones con los ayuntamientos?
Que España es un país lento y súper burocratizado. En Finlandia o Dinamarca, la Administración Pública funciona con mentalidad de innovar, realmente se implica, y los procesos de tramitación y contratación son mucho más rápidos, fáciles y flexibles, sin dejar de ser rigurosos.
¿Cómo se produce el fichaje con la empresa polaca Packhelp?
Después de dos años, quería probarme en otro sector y trabajar más desde Sevilla, siempre con una empresa que aportara innovación. Y Packhelp buscaba a alguien de mi perfil. Las entrevistas para seleccionarme las hice con ellos a través de Skype desde Barcelona, donde estábamos de vacaciones. Nos entendimos a la primera. Incluso les di consejos de qué cosas ellos tenían en mente que no eran buenas para buscar negocio en España. Llegamos a un acuerdo y aceptaron que su base en España esté en Sevilla, yendo regularmente a Varsovia para reunirnos. Y con la perspectiva de crear un equipo que trabaje desde Sevilla.
¿Por qué confían tanto en usted?
Soy muy honesto, digo lo que pienso, me involucro al máximo en un proyecto compartido. Es la tercera empresa distinta, de tres países distintos, y en todas hay un denominador común: valoran muchísimo esos factores para basar la relación de confianza en la gestión del negocio. Por ejemplo, en Packhelp, son siete fundadores, siete jóvenes polacos menores de 30 años, que en 2016 se sentían aburridos por lo que hacían en agencias de marketing y querían emprender. En Polonia son un gran caso de éxito como 'startup'. Y Wojciech Sadowski, quien ejerce de director general, me dijo una de las claves para elegirme a mí: durante las entrevistas de selección, fui el único que le dije 'no' a algo que él planteaba como decisión estratégica. Y que le gustó cómo le argumenté mi criterio.
¿Cuál es la ventaja que aporta Packhelp en la paquetería?
Vieron la necesidad que tienen los pequeños comercios o pequeñas empresas para dar un buen servicio con una paquetería de buena calidad y diseño personalizado, pero son muy altos los precios de un pedido con un número pequeño de unidades. Y si encargan gran cantidad es un desembolso excesivo a corto plazo. Porque los fabricantes suelen atender solo pedidos a partir de 500 o 1.000 cajas. Además del coste que supone para una pyme contar con la creatividad de expertos en diseño gráfico. Y los de Packhelp son muy creativos. Descubrieron una oportunidad si, a través de una plataforma online con multitud de recursos gráficos, en la que cualquiera puede decidir fácilmente en 10 minutos cómo quiere que sea el diseño de sus cajas e incluirle su logo, enlazaban esa necesidad comercial con la necesidad que tienen las grandes empresas de impresión para incrementar su número de clientes, organizándoles pedidos numerosos que sean una suma de pedidos pequeños.
¿Qué dimensión tiene ya su nueva empresa?
Ha quintuplicado en año su crecimiento, hay ya 50 personas en la plantilla. Está muy consolidada en Polonia, avanza rápido en Alemania, da servicio a clientes de 29 países de Europa y a todos les garantiza que el pedido realizado a través de la web les llega en 14 días desde Polonia. Ya sea Oporto o Hannover. Es un plazo de tiempo muy competitivo. El crecimiento se basa en dar servicio a un nicho de empresas que estaba desatendido. El pedido mínimo de Packhelp es de 30 cajas.
¿Cuáles son sus cometidos?
Todo lo relacionado con abrir mercado en España. Un sinfín de tareas: búsqueda de clientes, negociaciones con empresas de logística, crear imagen de marca, aprovechar el tirón de la campaña navideña de compras... También somos atractivos para quienes organizan eventos y desean disponer de paquetería personalizada. Y para firmas del segmento 'vips' que desean testar un diseño de paquetería y probar inicialmente con solo 30 o 40 cajas.
¿Qué margen de beneficio logran ustedes?
Un 30% como promedio.
¿Con qué herramientas digitales está en contacto con sus compañeros en Polonia durante su quehacer diario?
Usamos Slack como canal para chatear, y en él tenemos muy bien ordenadas las comunicaciones. Videohablamos a través de Hangouts. Sin olvidarnos de las llamadas desde el móvil. Para trabajar en equipo la distancia geográfica ya no es una barrera.
¿Sus horarios de trabajo son los mismos en España y en Polonia?
Son diferentes. En Polonia, como en casi toda Europa, trabajan de 9 de la mañana a 5 de la tarde y paran media hora para almorzar. Cuando estoy en Varsovia, intento que retrasen su horario de comida para que almorcemos juntos y nos coordinemos mejor, porque así sigo a las doce de la mañana en contacto con posibles clientes en España. A ellos les gusta realizar videoconferencias a las tres de la tarde, y ya les he explicado que para hacerlo con empresas españolas es un horario complicado. Les sorprende que, cuando estoy en Sevilla, muchas de las conversaciones más fructíferas en el ámbito comercial español las he realizado entre las cinco y las ocho de la tarde. En España es así, y conocerlo resulta primordial.
¿Cómo quiere materializar su vocación de crear actividad en Sevilla?
Con el crecimiento que tiene la actividad del comercio electrónico, quiero, a partir de 2019, tener conmigo a dos personas para fortalecer la atención al cliente y las relaciones sobre el terreno en toda España, adaptándonos al máximo a las peculiaridades del mercado español. Y articular que desarrollemos directamente carga de trabajo y área de influencia con empresas cercanas de artes gráficas, de reparto, de diseño, etc. Consolidar un Packhelp España que, dentro de tres años, tuviera un equipo de 20 personas.
Cuando comenta su trayectoria profesional a sus amistades de Sevilla, los que le conocieron en los colegios o en la universidad, ¿qué le dicen?
Lo entienden quienes tienen el mismo interés que yo por integrarse en una dinámica internacional. Quienes no han salido al exterior, o mi familia, no lo comprenden con facilidad. Creen que ese tipo de trabajos no existen en Sevilla, les cuesta entender que haya cambiado de empresa,... Es la diferencia entre quienes han salido de la burbuja de Sevilla y quienes no lo han hecho. Yo mismo he cambiado mi percepción sobre nuestras capacidades, ahora lo veo de forma muy distinta a como lo hacía antes de salir por vez primera de la ciudad para trabajar.
Torreblanca figura en el índice de los barrios de ciudades españolas con menos renta per capita y más desempleo. ¿Qué opina?
Apenas se ve evolución a cómo estaba el barrio hace 30 años. Mis padres siguen viviendo en Torreblanca, y puedo decir que en Sevilla se aprecian cambios en estos seis años, pero en el barrio parece que el tiempo se ha detenido. Y no me refiero a que una calle u otra esté más bonita que antes, sino al problema estructural, al círculo vicioso: la gente carece de oportunidades, y por el hecho de vivir allí tiende a pensar que aún son menos las oportunidades. Así, ni pueden prosperar ni creen que pueden prosperar.
¿Y qué les dice?
Que hay mucho talento en el barrio. Que lo puedes conseguir si quieres y tienes amplitud de miras. Y les expongo mi caso. Yo no tengo ningún padrino. No soy de familia rica, ni de familia que tenga conexiones aquí o allí para abrirme puertas. No he trabajado nunca para el sector público. Lo que he hecho es porque yo quería hacerlo. Fui quien me interesé por aprender inglés hasta tener el nivel que hace falta para los negocios. También me interesé por el alemán y le di caña para intentar valerme por mí mismo,...Tú eres dueño de tu futuro. Da igual lo que te rodee, o la fama que se cree en tu entorno. Así hay que afrontar el problema estructural que existe en Torreblanca y resolverlo en sus dos vertientes: que tenga igualdad de oportunidades, y cambiar la mentalidad de la gente.
¿Qué aconseja para lograr que los chicos y chicas del barrio se empoderen así y sigan su ejemplo?
La idiosincrasia del barrio es condescendiente porque la gente se siente aislada, hay un sentimiento de abandono, de que la ciudad no se acerca por ciertos temas, y te hace sentir una no pertenencia. Eso lleva a pensar que has de remar en la misma dirección que todo el entorno, y si no lo haces te sientes raro. Yo intento inculcar la importancia de dominar muy bien los idiomas. Y no consiste en acumular certificados de academias, sino ser capaz de seguir perfectamente una conversación de cualquier tipo en inglés. Les insisto en que es el primer gran paso, es primordial para abrir muchas puertas, para cambiar tu forma de ver la vida, para relacionarte con más personas, para descubrir oportunidades que desconocías.
¿Cómo socializarse con personas de otros ámbitos en Sevilla?
Por ejemplo, a través de los numerosos grupos de intercambio que existen en Sevilla con extranjeros para que ellos hablen español y tú otras lenguas. Yo coordino uno que se reúne todos los miércoles. En la cita más reciente, nos juntamos 30 personas de 10 nacionalidades. Y mientras te tomas una cerveza, conoces a personas y descubren que tienen inquietudes similares a las tuyas, siendo tú de Sevilla, del barrio de Torreblanca. Y entiendes que, cuando te tomas interés por algo, da igual donde estés. Puedes llegar adonde tú quieres estar.