Dos encierros de trabajadores en el ayuntamiento de Sevilla en una semana y ambos con un final violento. La protesta este miércoles de una veintena de trabajadores de la bolsa de Lipasam, que se concentraron en las dependencias municipales de Participa Sevilla, con el apoyo también de Izquierda Unida, acabó con el desalojo ordenado, al parecer, por el concejal de Seguridad, Juan Carlos Cabrera, de los empleados y de los concejales de ambas fuerzas.

Mientras las redes sociales ardían por el desalojo, que acabó con trabajadoresm concejales y colaboradores de ambos grupos por el suelo, según señalaba Daviel Gonzñalez Rojas, portavoz de IU en el Ayuntamiento, en su cuenta de Twitter, el grupo pedía al alcalde, Juan Espadas el cese de Cabrera, toda vez que se suma a los hechos similares que se produjeron a finales de mayo tras el encierro en la sede del grupo municipal de IU de una veintena de interinos de los conservatorios.

Asimismo, presentaron un escrito remitido a Juan Espadas solicitando «las grabaciones de las cámaras de seguridad de la casa consistorial, de la escalera central, el recibidor y la puerta de entrada (...) para que quede claro el abuso policial», que en varias imágenes se difundió masivamente por las redes sociales. «Intolerable actuación. Ni Zoido hacía estas cosas», publicó González Rojas.

Los trabajadores de Lipasam encerrados forman parte de los 60 que han planteado un conflicto a la empresa municipal de limpieza y a su comité de empresa por lo que consideran su «exclusión» de la solución alcanzada con el resto de trabajadores eventuales de Lipasam –otras 330 personas–, para los que en el acuerdo alcanzado el pasado mes de agosto de 2016 eran reconocidos como indefinidos no fijos por tiempo discontinuo.

Sin acuerdo en el Sercla

Al mismo tiempo que se producía todo este conflicto a las puertas del Ayuntamiento, en el Sercla, trabajadores, empresa y comité de empresa no alcanzaban un acuerdo. «El comité ha reiterado lo que votó en el pleno, que han decidido no sumarse a nuestra reivindicación, y la empresa ha dejado la pelota en el tejado del comité», señalaba el portavoz de los trabajadores tras la reunión.

El siguiente paso será «seguir con la reivindicaciones a las puertas del ayuntamiento y pensar medidas más contundentes por cómo nos han tratado, con trabajadores que han acabado magullados y por los suelos. Nosotros no insultamos a nadie, solo pedimos un acuerdo, y han entrado a saco con los trabajadores y los representantes políticos que nos han apoyado», señaló.

La concentración en el Ayuntamiento iba encaminada a la búsqueda de un acuerdo antes de llegar a la reunión de mediación ante el Sercla prevista para las 13.00 horas, tras haberse suspendido el 22 de mayo. Juan, portavoz de los trabajadores afectados, señalaba que la idea es «alcanzar un acuerdo satisfactorio de todas las partes».

El encierro comenzó a las 9.45 horas. Su objetivo, explicó el portavoz, es que equiparen a estos trabajadores con los 330 que han entrado como indefinidos no fijos por tiempo discontinuo, tras el último convenio colectivo. «Ellos son más antiguos y es lógico que entren antes, pero queremos estar en las mismas condiciones que ellos», señala.

Asimismo, el portavoz destacó que «nosotros somos lo más limpio que ha entrado en la empresa pues lo hicimos tras una selección del Servicio Andaluz de Empleo (SAE). Ninguno tenemos familia dentro de la empresa. Quizás por eso se nos discrimina».