Sentirse como en casa

Alojamientos. Las viviendas con fines turísticos, los ‘hostel’ y los ‘Bed&Breakfast’ están creciendo con fuerza. Los viajeros buscan cada vez más sentirse como en su propio hogar

06 oct 2016 / 15:09 h - Actualizado: 06 oct 2016 / 15:27 h.
"Turismo","Hoteles","Turismo a la sevillana"
  • Casa Alfarería, uno de los primeros Bed&Breakfast que se abrió en Sevilla con este concepto. / Manuel Gómez
    Casa Alfarería, uno de los primeros Bed&Breakfast que se abrió en Sevilla con este concepto. / Manuel Gómez
  • Habitación de un piso de uso vacacional en Sevilla. / El Correo
    Habitación de un piso de uso vacacional en Sevilla. / El Correo
  • Un huésped del Samay Hostel hace uso de la cocina de este establecimiento. / Manuel Gómez
    Un huésped del Samay Hostel hace uso de la cocina de este establecimiento. / Manuel Gómez
  • Salón de un apartamento del centro de Sevilla. / El Correo
    Salón de un apartamento del centro de Sevilla. / El Correo

Al abrigo del boom turístico que está viviendo Sevilla están surgiendo modelos de alojamientos diferentes a los tradicionales hoteles, hostales y pensiones como son los B&B Bed&Breakfast (cama y desayuno), los hostel y las viviendas con fines turísticos o vacacionales. El auge de estos establecimientos se debe en parte a que los viajeros buscan un lugar en el que encontrar alguna semejanza con su propia casa y en el que tener un trato más cercano y directo con los responsables o propietarios de estos alojamientos. Los precios más asequibles de estos establecimientos también son otro atractivo para el turista.

Bien es cierto que en Andalucía las categorías de B&B y de hostel como tal no existen. En su mayoría se registran como pensiones, aunque los hostel también se pueden inscribir como albergue turístico. En esta segunda situación hay ocho establecimientos cuya característica es que se comparte habitación, según fuentes de la Consejería de Turismo y deporte.

El gerente de la Asociación de Hoteleros de Sevilla, Santiago Padilla, explica que en su asociación hay un B&B registrado con esta calificación, pero aclara que esta figura no está regulada como tal: «Los Bed&Breakfast son propios de Reino Unido y de Irlanda y lo que los diferencia con un hostal de España es que dan desayuno. Ésta es prácticamente la única diferencia».

El propietario de Casa Alfarería, Carlo Mosca, explica que su B&B está registrado como pensión desde sus inicios en el 2008, «aunque nuestro establecimiento es un Bed&Breakfast como los que funcionan en otros países». Es una casa familiar, con cinco habitaciones, todas ellas con baño privado, donde se sirve el desayuno a los clientes. Carlo Mosca asegura que los turistas que se alojan con él y su mujer lo que buscan es tener un ambiente familiar y cercano, «sentirse como en casa y poder compartir sus experiencias». Recalca que aunque su establecimiento está registrado como pensión, no lo es, «se parece más a una casa rural, donde se comparte la vivienda con el propietario de la misma».

Respecto al precio de la habitación, en el que por supuesto se incluye el desayuno, oscila entre los 65 y los 75 euros la habitación doble, aunque estas tarifas se elevan en épocas como Semana Santa y Feria.

Respecto a los hostel, el gerente de los hoteleros de Sevilla recuerda que es una figura que surgió en España hace aproximadamente unos ocho años, cuando se comenzó a poner literas en las habitaciones, para que estas pudiesen ser compartidas por turistas que no tenían relación entre sí. Fueron, señala, unos establecimientos que se expandieron de forma muy rápida, aunque recalca que ahora muchos hostels se han transformado y adecuado a otro tipo de clientes y se han puesto el «apellido de lujo». Son unos establecimientos, afirma, que están muy bien dotados. En este sentido, admite que los visitantes que se alojan en un hostel no quiere decir que sean turistas low coast.

Un ejemplo de hostel de alto standing es The Boutike Hostel, un establecimiento donde todas sus habitaciones son dobles y con baño privado. En él lo único que se comparte es una cocina, en la que los huéspedes pueden hacer su propia comida, según explican los responsables de este negocio. La clientela de este albergue procede tanto de España como del extranjero y principalmente se compone de familias y turistas de mediana edad. Los jóvenes no son tan frecuentes en este hostel, porque el precio, al no tener habitaciones compartidas, es algo más elevado de lo habitual: una media de entre 50 y 55 euros la habitación por noche.

Un hostel que se ajusta al modelo convencional es el Samay Hostel, se abrió hace nueve años y es uno de los pioneros de Sevilla. En él los viajeros, fundamentalmente extranjeros –solo el 15 por ciento son españoles–, pueden optar tanto por habitaciones dobles como compartidas de hasta 10 camas. Eso sí, todas tienen baño en su interior.

Este establecimiento, según sus responsables, es frecuentado fundamentalmente por jóvenes, grupos de amigos e incluso por personas que están de viaje de empresa.

El precio de este hostel, como es obvio, depende mucho de lo que se haya reservado: si la habitación es doble, la tarifa oscila entre los 50 y los 100 euros, mientras que a un viajero que se aloje en una habitación de 10 camas puede pagar por la noche entre 12 y 25 euros.

Otra modalidad de alojamientos que están creciendo con mucha velocidad son las viviendas con fines turísticos o vacacionales. Estos pisos generaron mucha polémica en los últimos años debido a que no estaban regulados en Andalucía. Pero desde que en febrero se aprobó el decreto para legalizar estos apartamentos, ya se han registrado un millar de casas y de ellas unas 300 pertenecen a la Asociación de Viviendas Turísticas y Vacacionales (Aparsur), según informa su presidente, Hilario Echevarría.

Este explica que en las viviendas vacacionales se alojan fundamentalmente grupos de amigos, familias, estudiantes y, en un porcentaje menor, profesionales.

El tiempo medio de estancia es de tres noches y la mayoría de las personas que se hospedan en estos pisos usan la cocina para hacer el desayuno. Dependiendo del país de origen de los visitantes, estos utilizan más o menos esta dependencia: «Los chinos sí suelen hacer uso de ella».

Las zonas preferidas por los turistas que optan por uno de estos alojamientos son el centro de la ciudad y Triana.

El presidente de la asociación remarca que el éxito de estas casas radica en que los grupos de amigos buscan estar todos juntos en un mismo alojamiento y a que actualmente cada vez viajan más familias con niños. Éstas, según Echevarría, no pueden estar todo el día en la calle con los pequeños «y para ellas es más cómodo una casa que una habitación de hotel».

Respecto a la procedencia de las personas que optan por una vivienda vacacional están a partes iguales los españoles que los extranjeros italianos, británicos, franceses, alemanes, estadounidenses, canadienses, argentinos y australianos, según Echevarría. El precio por noche de una de estas casas depende de su ubicación, capacidad y época del año aunque, según Echevarría, la tarifa media está entre los 70 y los 90 euros el día.

Un negocio con futuro

El alquiler de viviendas con fines vacacionales es un negocio con futuro en Sevilla. En 2012 Esther Jaén puso en alquiler un piso que tiene en pleno centro de Sevilla, en la calle Fernández y González, una vía que es paralela a la avenida de la Constitución y muy cercana del Ayuntamiento. Recuerda que como las viviendas con fines turísticos estaban al margen de la ley le llegó una notificación de sanción de 3.000 euros, por eso, cuando se aprobó el decreto para regularizar la situación decidió inscribirse en el registro para funcionar legalmente, como siempre ha querido. De hecho, admite que este negocio le va bien y que incluso se está planteando ampliarlo. Ha pensado adquirir una casa en la zona de El Postigo para alquilarla. Reconoce que se ha animado porque hasta ahora siempre ha tenido mucha suerte con sus huéspedes: «La inmensa mayoría me han dejado bien el piso». Sus inquilinos son fundamentalmente parejas y entre el 85 y el 90 por ciento son extranjeros. Comenta que vienen muchos de Estados Unidos, Francia y Alemania, «y ahora hay muchos turistas de Corea». Manifiesta que suelen estar una media de entre dos o tres días «y la inmensa mayoría busca que se les aconseje sobre la ciudad».

La necesidad obliga

Jesús y María son una pareja con una hija de 20. Llevan viajando con ella por todos lados, pero desde hace unos años se topan con verdaderas dificultades para poder conseguir una habitación de hotel con tres camas, que sea cómoda y a un precio razonable. Por ello, desde que surgieron las páginas web de alquiler de apartamentos se han abonado a ellas. Todas las experiencias que han tenido con estas viviendas han sido muy positivas: «No hemos tenido nunca problemas», asegura Jesús, quien recalca que antes de hacer una reserva se fija en los comentarios que dejan otros huéspedes. Indica también que es muy importante que haya una amplía galería de fotos para ver todos los rincones de la casa que está dispuesto a alquiler y, por supuesto, «hay que tener más que claro el precio de lo que se alquila. No se puede pretender que una vivienda muy barata sea de lujo y esté ubicada en pleno centro de la ciudad». Este tipo de alojamiento también lo han utilizado cuando han viajado con amigos y también les ha ido muy bien. Jesús señala que es una forma muy cómoda de viajar, «porque, aunque no cocinamos, sí tenemos la opción de poder desayunar y de tener algo de comida por si queremos picar algo por la noche».