Sevilla, capital del ‘susanismo’

La corriente de apoyo a Díaz congrega a decenas de alcaldes y miembros de todas las agrupaciones. Su reto es contagiar del ‘subidón’ de Ifema al militante

27 mar 2017 / 22:31 h - Actualizado: 27 mar 2017 / 22:39 h.
"Susana Díaz, a por todas","Susana Díaz"
  • Rodríguez Hans lanza su mensaje rodeado de dirigentes socialistas en la sede de Luis Montoto. / El Correo
    Rodríguez Hans lanza su mensaje rodeado de dirigentes socialistas en la sede de Luis Montoto. / El Correo

No estaba Susana Díaz, pero se dio otro baño de masas. No tan masificado como el de Madrid, pero que en la práctica extiende el efecto de subidón –término acuñado por más de un sevillano asistente–. Su patria chica volvió a sacar músculo en su centro de operaciones de Luis Montoto, sede del PSOE de Sevilla, que se quedó pequeña para tantos alcaldes, secretarios locales, dirigentes de la Junta y militantes del partido y Juventudes. Una corriente oficialista que, bajo el lema de Sevilla con Susana, congrega, según los organizadores, a representantes de las 115 agrupaciones sevillanas –incluidas las 11 de la capital y hasta, dicen, Dos Hermanas–, en una jornada donde también se activó la maquinaria, con otros grupos de apoyo en provincias como Málaga, Córdoba o Granada.

El pleno al 115 no es garantía de triunfo avasallador, incluso en una plaza tan leal al susanismo como la sevillana. Siempre pervive la cuota de militantes díscolos en cada agrupación. Por eso, estaba claro que la convocatoria estaba diseñada no para convencer a una pléyade de alcaldes (de Utrera a San Nicolás, de Constantina a La Algaba, pasando por Mairena del Aljarafe, Gines, Cantillana, Umbrete, Montellano, Guillena y un largo etcétera), que ya habían demostrado sobradamente sus colores un día atrás con su visita relámpago a Madrid. Esta demostración estaba planificada para sacar músculo, también en casa, y, a partir de ahí, predicar el evangelio. Toca, y así lo pregonó el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, trasladar ese discurso de Madrid «militante a militante» en cada casa del pueblo. «Porque ellos son los que tienen la última palabra». Y así, minimizar sorpresas en un proceso que sigue incierto pese al golpe de efecto de Díaz.

Para ello, había que afinar los mensajes. Y la corriente Sevilla con Susana, los espació en cada discurso. Si en el abarrotado Ifema rompió el hielo la joven Estela Goikoetxea, en Sevilla fue otra de Juventudes, Irene Morales, que puso a Díaz como espejo donde reflejarse, para que la mujer «siga rompiendo techos de cristal». «Hay esperanza en la igualdad porque una mujer puede convertirse en presidenta».

Morales cedió el turno en el atril a Rodrigo Rodríguez Hans, alcalde de Cañada Rosal y el más joven de Sevilla. Ambos desmitificaron eso de que los jóvenes son más de Pedro Sánchez. Y este último defendió el municipalismo frente a los recortes del Gobierno central.

La más rebelde fue de la alcaldesa de Alcalá de Guadaíra, Ana Isabel Jiménez. Además de reforzar el ideario de Díaz, lanzó un órdago a Sánchez. «No me representa alguien que le da la espalda a la historia del partido», dijo en una proclama arropada por un espontáneo aplauso. Por último, tomó el testigo Espadas para ensalzar a «una andaluza que se ha echado el partido encima. No hay duda de que lo hace por responsabilidad de partido».