En el año 1820, el entonces Ayuntamiento de Sevilla, cursó una petición al rey Fernando VII para que prohibiera las corridas de los toros y de novillos de muerte en toda España, y se restableciese la Real Cédula de Carlos IV, de 10 de febrero de 1805, que los prohibía en todo el territorio. Casi dos siglos después, la Sevilla actual no sólo presume de su plaza de toros y de sus corridas taurinas, sino que se vanagloria de ser la catedral del toreo de España.
Haciendo una mirada a un pasado antitaurino, pero sumando referencias al presente y a posiciones políticas del mismo Partido Socialista que gobierna en el Consistorio hispalense, la Abogacía Andaluza por la Defensa Animal con la participación y apoyo de la Plataforma Animalista Andaluza, han presentado como pregunta en el Pleno municipal al alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, si estaría dispuesto “a realizar una consulta ciudadana para que los ciudadanos y ciudadanas de Sevilla se pronuncien sobre estas dos cuestiones: ¿Quiere que la ciudad de Sevilla sea declarada ciudad antitaurina y libre de maltrato animal? ¿Quiere que el Ayuntamiento de Sevilla se comprometa a no subvencionar, ni financiar, ni promover ni colaborar en corridas de toros ni espectáculos que impliquen maltrato en esta Ciudad?”.
En el argumentario que sustenta esta consulta popular, las agrupaciones en defensa de los animales recuerdan que “son muchas las ciudades españolas que debido a la creciente sensibilidad de los ciudadanos en materia de protección y bienestar animal, han aprobado en el Pleno de sus correspondientes Ayuntamientos, el nombramiento de las ciudades como libres de maltrato animal y antitaurinas”.
Señalan que “hace unas semanas, LaFoundation Franz Weber(FFW) y la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA) han lanzado una campaña llamada ‘Y las vacas vuelan’para responder científicamente pero con humor al ya famoso mantra taurino “el toro no sufre”.
”Dicen que los toros no sufren”, señala la satírica web creada por la citada asociación de veterinarios y añade: “Que cada vez que salen al ruedo, lo hacen voluntariamente y con ganas, felices por los 90 minutos de diversión que van a regalar a su público; que cada estocada es un pinchacito de placer; que cada oreja arrancada es una contribución a la causa; que la sangre simboliza su amor por la tradición; y que aceptan sin rechistar el que sus hijos se dediquen al negocio familiar”. Y termina la presentación con el lema de la campaña: “Ya, y las vacas vuelan”.
Donde tienen claro que el toro es sometido a un sufrimiento cruel e inenarrable es en Olvera (Cádiz), donde el año 2014 se voto favorablemente la declaración de municipio 'libre de corridas de toros'. También en el Ayuntamiento de Ayamonte (Huelva), cuyos representantes municipales decidieron en 2015 por unanimidad declarar el municipio libre de maltrato animal.Más cerca en el tiempo, en el mes de julio de este año, en el Ayuntamiento de Badajoz, los grupos municipales del PSOE y de PODEMOS instaron al Ayuntamiento a suspender la subvención del espectáculo de Acoso y Derribo debido al “sufrimiento físico y psíquico que se le causa a los animales” y que se comprometiese a no subvencionar ni financiar “de ninguna manera, espectáculos que impliquen maltrato animal como el Concurso de Acoso y Derribo”. En ese mismo año, el Ayuntamiento de Córdoba aprobó, con el voto a favor de PSOE, IU y Ganemos, una moción presentada por éste último grupo sobre la prohibición de espectáculos en los que haya maltrato animal, concretamente circos y atracciones de feria, que también cierra la puerta a las subvenciones a los toros.
En 2016, una encuesta realizada por la organizaciónWorld Animal Protectionaseguró que el 84 por ciento de los jóvenes españoles se siente “avergonzado” de vivir en un país donde se celebren corridas de toros. “Los tiempos y las sensibilidades cambian”, reconoció la pasada semana en el Debate sobre políticas animalistas la representante del PSOE y ex consejera andaluza de Medio Ambiente, María Jesús Serrano. Un cambio de sensibilidad al que apelan en Sevilla los colectivos animalistas y que esperan que haya alcanzado al socialista Juan espadas, al menos para dar vía libre a una consulta popular sobre el tema.
En todo caso, si el regidor hispalense no recibe con buen talante la propuesta de los animalistas, el escrito de la Abogacía Andaluza por la Defensa Animal le recuerda que tiene que “desarrollar reglamentariamente tal y como exige el artículo 48.6 de la Ley de Participación Ciudadana de Andalucía, de 27 de diciembre de 2017, el Procedimiento para recogida de firmas, plazos, presentación, identificación, recuento, validación y demás aspectos relativos a esta materia, de acuerdo con la citada ley, para que la consulta se pudiera llevar a cabo mediante iniciativa ciudadana”.