Sevilla estrena una Fiscalía más ágil y cercana pero con asignaturas pendientes

Sevilla es la primera provincia andaluza que cuenta ya con una nueva Oficina Fiscal que pretende ser más ágil, especializada y cercana al ciudadano, pero que nace con ciertas deficiencias como escasez de funcionarios y la ansiada conexión con los juzgados. «Un nuevo modelo de trabajo más eficaz y un salto cualitativo muy importante», señaló en la presentación la fiscal superior de Andalucía, Ana Tárrago, en un acto en el que estuvo acompañada por la consejera de Justicia, Rosa Aguilar, y la fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra.

Hasta ahora la Fiscalía no contaba con una estructura concreta sino que los fiscales estaban asignados a los distintos juzgados y los funcionarios hacía todas las tareas. «Todos hacían de todo», explicó a los periodistas Segarra, tras ser preguntada qué supone en el día a día de la Fiscalía y para los ciudadanos el cambio presentado este lunes. Ahora, en cambio, se ha creado una organización por áreas que cada una de ellas cuenta con un número de fiscales y funcionarios concretos, de tal forma que «un procedimiento no se pare por el hecho de que no esté una persona determinada», sino que se trata de un equipo. En definitiva, una «nueva forma de trabajo» que contará también con una oficina de información para ganar cercanía con el ciudadano. Así, la nueva estructura contará con tres áreas de trabajo singularizadas: una de Apoyo a la Jefatura, otra de Apoyo Procesal y a la Investigación, y una tercera de Soporte General que centralizará la entrada y la tramitación de la documentación recibida por el Ministerio Público. Los fiscales y funcionarios se repartirán en estos grupos y al frente habrá «un funcionario que gestionará dicha área, algo que no existía hasta ahora», señaló la representante Justicia del CSIF en Sevilla, Águila Fernández.

En este sentido, la fiscal superior de Andalucía destacó que esta nueva organización supondrá «una ordenación de recursos personales y humanos» en la estructura de la Fiscalía, y un cambio en «la cultura del trabajo». Todo ello respondiendo a criterios de «agilidad, eficacia, racionalizar recursos y responsabilidad ante la gestión, con el fin de dar una respuesta mejor a la ciudadanía». Ha valorado que significará «una organización instrumental para dar soporte y apoyo a todo el trabajo del Ministerio Fiscal».

Para la consejera esta reforma es «un hito histórico» y destacó que Sevilla será «el referente» para la implantación de este modelo en el resto de provincias andaluzas, para lo que ya existe un calendario establecido, agradeciendo a su antecesor, Emilio de Llera –allí presente–, su «empeño» en poner en marcha la oficina. También mostró la disposición de la Consejería para colaborar con la Fiscalía General del Estado y el Ministerio de Justicia para el desarrollo en otras comunidades.

No obstante, la nueva oficina nace con retraso y con carencias como falta de personal, pues la plantilla de funcionarios no está adaptada al número de fiscales. En la provincia, según Segarra, hay 94 fiscales que disponen de 67 funcionarios. «Desde que soy fiscal jefe se ha incrementado la plantilla con 12 fiscales más, pero no se ha visto correspondido en el número de funcionarios, pese a que también hay más juzgados. El fiscal no tiene secretaría de apoyo», dijo Segarra.

La otra asignatura pendiente es la digitalización, pues aunque se está trabajando hacia el papel cero, la interconexión con los juzgados es aún una utopía. Sirva de ejemplo, cada caso es registrados dos veces: en el juzgado y en Fiscalía, porque sus sistemas no son compatibles. Para ello habrá que esperar a la implantación de la deseada nueva Oficina Judicial. Por el momento, el desarrollo de la Oficina Judicial solo está previsto en El Ejido (Almería) y Vélez-Málaga, donde «a finales del mes de abril» será una realidad, según anunció Aguilar. Además, la consejera destacó que se está trabajando ya para su aplicación en Córdoba.