Sevilla, exportadora de modelos

Los jóvenes que sueñan con desfilar o diseñar se enfrentan a un sector dinámico

27 nov 2016 / 08:57 h - Actualizado: 01 dic 2016 / 08:42 h.
"Empresas","Industria","Moda","La moda de Sevilla"
  • Una alumna posa en un pase fotográfico en la escuela MM Expression de Sevilla. / El Correo
    Una alumna posa en un pase fotográfico en la escuela MM Expression de Sevilla. / El Correo
  • Alumnos del actual ciclo de formación de la escuela sevillana Doble Erre. / El Correo
    Alumnos del actual ciclo de formación de la escuela sevillana Doble Erre. / El Correo
  • Alumnas de la escuela de diseño Sevilla de Moda en la capital hispalense. / El Correo
    Alumnas de la escuela de diseño Sevilla de Moda en la capital hispalense. / El Correo

Sevilla es una ciudad exportadora de modelos. Los jóvenes que sueñan con desfilar sobre una pasarela, con diseñar moda o con ser escaparatistas o estilistas lo tienen fácil en Sevilla porque hay un amplio abanico de escuelas de modelos y de diseño que ofrecen formación sobre maquillaje, peluquería, estética, pose fotográfica, moda y modos, orientación laboral, teatro y hasta educación nutricional. Quizás la carencia esté en la formación empresarial. Pero, ¿cómo está el mercado laboral? ¿Hay salida profesional?

La Escuela Sevilla de Moda, que nació tras la adaptación de la academia Tecnipract de Concha de Alba en 2004, ha formado a cientos de diseñadores y emprendedores de todas las áreas relacionadas con la moda: diseñadores, patronistas, estilistas, personal shoppers, modelos, escaparatistas, profesionales de la comunicación, sombrereros y un sinfín de nuevos perfiles profesionales que han ido surgiendo estos años. Según Francisco Valderrama, presidente de Sevilla de Moda, el porcentaje de inserción laboral es «muy alto» y un significativo 75 por ciento de alumnos decide crear su propia empresa de moda. Algo que achacan al concepto eminentemente práctico de sus programas formativos, a su coworking de moda –el primero de estas características que existe en España– y al amplio programa de prácticas profesionales. Además, Sevilla de Moda abrirá en breve un segundo coworking y un servicio de orientación profesional personalizado.

Pero, ¿qué necesita Sevilla para potenciar aún más el sector de la moda? Según Valderrama, «hay que devolver al empresariado el control de las estrategias, mientras que el modelo de colaboración público privado que está imperando en todas las administraciones es el camino adecuado».

Cristina Marín, subdirectora del Centro de Formación Doble Erre, que nació en Sevilla para la Expo’92 y que está dirigido por la empresaria y modelo Raquel Revuelta, asegura que «parte del alumnado consigue trabajar con asiduidad en la agencia sevillana y en otros centros de Andalucía, Madrid, Barcelona, París o Milán». De sus aulas han salido rostros tan conocidos como el de las top Laura Sánchez, Teresa Baca, Noelia López, Paula Hidalgo, Jessica Bueno, Desiree Cordero, Eva González, María José Suárez e Irene Lora, modelos de reconocimiento nacional e internacional.

Para Marín, hay una mejoría en este sector, se empieza a mover más trabajo de moda, aunque la crisis ha hecho que durante un largo tiempo «se devaluasen las tareas de fotógrafos, estilistas, vestuario o modelos, todos de una manera u otra lo hemos sufrido pero poco a poco vamos volviendo a la normalidad». Importante para este impulso es, en su opinión, la comunicación y el papel hoy en día de las redes sociales.

En cuanto a la cantera, asegura que Sevilla tiene una «maravillosa» porque la nueva savia cada vez es «más sana, alta, guapa y muy preparada».

«Sevilla es una ciudad exportadora de modelos. Hay una materia prima muy buena por los rasgos y por la gracia innata de las chicas de aquí», apunta Manuela Montes, directora de la escuela MM Expression, por la que en apenas tres años de vida han pasado modelos internacionales como Adela Jiménez y Mónica Ramírez y la actriz Adelaida Polo. Para Manuela Montes, un alto porcentaje de alumnos encuentra trabajo, si bien a unos les va mejor que a otros dependiendo de su perfil.

Lo que está claro es que cada vez llegan más jóvenes a las aulas: el perfil del alumno es de entre 15 a 19 años de media, estudian carreras o bachillerato y la mayoría son mujeres.

Y ojo al elegir escuela de modelos, porque por lo general el alumno sólo puede trabajar para la agencia vinculada al centro o para los clientes de éste. La exclusividad –en este caso, por contrato laboral– impera en la moda.