Sevilla, hacia la capitalidad verde europea

La Red ciudadana Sevilla por el Clima presenta una batería de propuestas para lograr que la capital andaluza logre convertirse en la capital verde europea en 2020. En España sólo Vitoria ha obtenido este reconocimiento de la Unión Europea.

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
19 nov 2016 / 23:28 h - Actualizado: 19 nov 2016 / 21:29 h.
"Ecoperiodismo","Juan Espadas"
  • Aumentar las zonas verdes y reducir las emisiones de C02 son los objetivos. / Antonio Acedo
    Aumentar las zonas verdes y reducir las emisiones de C02 son los objetivos. / Antonio Acedo

En el año 2010, Estocolmo fue proclamada como la primera capital verde europea, después de que se creara este premio al que se han sumado después Hamburgo (2011), Vitoria (2013 y Nantes). El objetivo de esta iniciativa promovida por la Unión Europea consiste en reconocer y recompensar los esfuerzos locales en la mejora del entorno, la economía verde y la calidad de vida ciudadana.

Ahora la Red Sevilla por el Clima, de la que forman parte ciudadanos con un alto grado de compromiso ambiental, considera que las exigencias de esta candidatura «suponen una oportunidad y un marco de actuación idóneo para reducir la emergencia climática que sufre la ciudad». Esta Red ciudadana ha puesto la mirada en los «logros bioclimáticos de la Expo 92» y consideran que debe usarse esa experiencia para poner en marcha una batería de actuaciones que reduzcan el cambio climático.

Un cuarto de siglo después de que Sevilla se convirtiese en la sede por segunda vez de una exposición universal, los expertos en lucha contra el cambio climático que están en la Red Sevilla por el Clima recalcan que se trató de «una de las más exitosas y reconocidas experiencias urbanas de mitigación del efecto isla de calor». Los datos que presentaron en rueda de prensa así lo indican: Sevilla consiguió bajar alrededor de 10 grados centígrados la temperatura de aquel enorme recinto.

Ahora dicen expertos como Curro Oñate, que Sevilla vive una «situación de emergencia climática», y para demostrarlo se basan en múltiples estudios científicos. Esta situación de alerta climaica junto a la oportunidad que supone la capitalidad verde europea, ha movido a este grupo de ciudadanos y profesionales a organizarse para proponer soluciones de mitigación y adaptación frente a este fenómeno.

La batería de actuaciones que la Red presenta gira en torno a cuatro ejes fundamentales:

1. Incrementar la vegetación del casco urbano utilizando los espacios infrautilizados y disponibles existentes: azoteas, fachadas, solares vacíos...

2. Impulsar el ahorro y la eficiencia energética aumentando la eficacia de la envolvente de los edificios y aprovechando sus azoteas y cubiertas.

3. Reducir las emisiones de CO2 disminuyendo la movilidad motorizada, calmando el tráfico, con rediseño urbano e impulsando el ahorro energético, las fuentes renovables de energía y la generación distribuida.

4. Educar por el clima, con el objetivo de implicar a la ciudadanía en su conjunto en la búsqueda de una ciudad sostenible, abundante en sus recursos y autosuficiente.

Según los expertos, estos objetivos tienen una meta inmediata que son: elevar de 14 a 20 metros cuadrados la zona verde por habitante, aumentar un 30 por ciento la producción en Sevilla de energías renovables, disminuir las emisiones de CO2 en un 40 por ciento e implicar a toda la comunidad educativa a través de sus 400 centros escolares en la lucha contra la emergencia climática.

«Estamos seguros de que, pasar Sevilla de ser la capital europea del calor a Capital Verde Europea, traerá innumerables beneficios de toda índole a nuestra ciudad, por lo que hacemos un llamamiento a la ciudadanía y a las instituciones para iniciar juntos y de forma participativa el camino de la ejemplaridad», recalcan en su puesta de largo para lograr esa capital verde.

Esta propuesta, que trajo por primera vez a su programa el extinto Partido Andalucista en el 2011, ponía entonces sus miras en Tablada, como un gran parque periurbano de la ciudad, «el verdadero corazón verde de Sevilla», decían los andalucistas, que sería el epicentro de todo un sistema estructurado de parques y corredores arbolados logrando que un 95 por ciento de los habitantes de Sevilla tuviesen a menos de 300 metros de su residencia una zona verde. La movilidad, reduciendo el uso del automóvil a la mitad; la cohesión social; los huertos urbanos y la conversión de los barrios en «ecobarrios» contemplando a escala muy cercana la gestión de los residuos, el ahorro y la eficiencia en recursos básicos como agua, energía, eran otros de los puntales de un proyecto que nunca alcanzó a llevarse a cabo.

Ahora, la iniciativa no tiene que pasar por las urnas para ratificarse pero sí necesitará, como indican algunos de sus responsables, del compromiso real y efectivo del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que ya ha dado muchos pasos en la dirección de conseguir el objetivo de la capitalidad verde, como la próxima puesta en marcha de la red de huertos urbanos.