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Aitana Sánchez-Gijón (en el centro) asistió a la presentación de la iniciativa ‘El dolor no prescribe’ en la sede de la APS. / Raúl Caro (Efe)
Eliminar la prescripción de los delitos sexuales o, en su lugar, aumentar los plazos. Ese es el objetivo que se ha marcado la asociación Veritas, conformado por mujeres víctimas de los abusos sexuales que, según ellas, llevó a cabo el psiquiatra sevillano Javier Criado. Unos hechos que ocurrieron veintitantos años atrás, pero que se supieron en marzo de 2015, cuando una de las víctimas se atrevió a contar lo sucedido a través de redes sociales. A pesar de los «serios indicios de culpabilidad» que halló el tribunal, tuvo que archivar el caso porque los supuestos delitos ya habían prescrito, ya que el Código Penal establece que la responsabilidad penal en estos casos finaliza a los cinco años o diez en los delitos de agresión sexual.
Hoy iniciamos esta campaña de RECOGIDA DE FIRMAS.
Desde la Asociación de Víctimas de Abusos VERITAS promovemos la modificación del Código Penal para que los delitos de abusos y agresiones sexuales no prescriban.
FIRMA Y COMPARTE, POR FAVOR ??➡https://t.co/g3TokeyctT— Asociación Veritas (@AsocVeritas) 2 de mayo de 2018
Este es el origen de una asociación que este miércoles presentó en la sede de la Asociación de la Prensa de Sevilla la campaña El dolor no prescribe a través de la plataforma digital Change.org, con la que se pide al Gobierno de España que los delitos contra la libertad sexual no prescriban. Según la letrada de Veritas, Inmaculada Torres, esta modificación normativa es posible en tanto que este tipo de delitos «afectan a los derechos humanos», razón por la cual los delitos por terrorismo o genocidio no prescriben. Además, Torres indicó que la situación se agrava por «las secuelas que dejan estos delitos». «El daño psicológico les incapacita para denunciar», explicó la abogada.
En este sentido, Torres afirmó que las víctimas «necesitan un tiempo» para superar «el daño, la vergüenza e, incluso, para reconocer que han sido víctimas de un delito de ese calibre». El miedo es uno de los factores que impiden a la víctima a interponer una denuncia en el momento y, aunque en los últimos meses se observa un cambio de mentalidad en la sociedad, «todavía no es suficiente» y, además, estos cambios tienen que ir «acompañados de cambios en las leyes», apostilló Torres. «Las leyes tienen que acomodarse a la realidad social, que está demandando una modificación del Código Penal en relación a la prescripción de los delitos», señaló la letrada.
Asimismo, Torres reconoció que un cambio normativo en este sentido provocará una multiplicación de las denuncias. «En Veritas tenemos muchos casos que no se han denunciado ni siquiera ante el Colegio de Médicos porque la gente no se atreve», explicó la letrada de la asociación, que reclamó a los partidos políticos que vean «la realidad que está en la calle» para que atiendan una iniciativa que en un solo día en funcionamiento ya supera las 2.300 firmas.
El proyecto El dolor no prescribe no solo busca concienciar a la sociedad de la importancia de denunciar los delitos contra la libertad sexual, sino concienciar «de la dificultad de denunciarlos». Torres entiende que la reforma que solicita Veritas es «necesaria y urgente» y añade que «no se puede dejar para mañana». «El Gobierno no puede dar la espalda a esta demanda social», apostilló la letrada.
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Por otro lado, Torres entiende que el caso de La Manada ha puesto de manifiesto que «el problema está en la ley, por lo que hay que reformar la ley». La letrada entiende que la reforma del Código Penal es «necesaria» para los delitos sexuales se definan «sin que haya lugar a ambigüedades, dudas o interpretaciones».