El invierno sevillano entiende más de castañas asadas y cisco de picón para los braseros. Pero los tiempos avanzan y, sin perder esas tradiciones, Sevilla también puede convertirse, por unos instantes, en el mismísimo Polo Norte. Y es que a la Avenida de la Constitución esta tarde solo le faltaban esquimales y unas auroras boreales para confundirla con esta región septentrional.
No se piense, dilecto lector, que era por la nieve, que no ha vuelto a cuajar en Sevilla desde 1954. Lo que ha sucedido es que han llegado unos osos polares de dimensiones descomunales. La rosada piedra del Archivo de Indias ha visto pasar por la zona a grandes personalidades de la historia, como Magallanes o Elcano, pero jamás ha visto llegar a su misma puerta animales de estas características.
Tampoco se preocupe si es usted animalista, que estos animales no sufren. En realidad se tratan de construcciones mecánicas, al más puro estilo chinesco, que recrean el ecosistema ártico. De ahí el nombre del espectáculo: Arktika. La música y la luz eran las grandes protagonistas de este pequeño pasacalles.
Un poco más ariscos estuvieron los mayores, que no terminaron de ver con buenos ojos el espectáculo, aunque se trata una opinión muy minoritaria. Muchos de los que estaban disfrutando del centro en Navidad se encontraron de casualidad con tan friolera caravana. «No sabía nada, íbamos paseando y nos hemos encontrado con esto», comentaba entre risas una mujer que, a pesar de peinar canas, le brotó el espíritu joven al ver a aquellos animales.
Si no pudo ver esta tarde el espectáculo y siente la curiosidad de revivir el hábitat polar con la Giralda de fondo, este jueves 27 de diciembre tendrá lugar el segundo y último pasacalles de Arktika. Dará comienzo a las 20 horas en Plaza Nueva y alcanzará el Archivo de Indias en torno a las 21 horas. La hora perfecta para volver a las castañas.