Menú

Sevilla, una década sobre dos ruedas

La revolución en movilidad que trajo consigo el carril bici en la capital hispalense cumple 10 años

16 jul 2016 / 20:26 h - Actualizado: 16 jul 2016 / 23:40 h.
"Movilidad","Bicicleta"
  • En el verano de 2006 se comenzó a tejer toda la red de carriles bici de la que disfruta la ciudad actualmente. Tras una década de usos, son muchos los tramos que necesitan un mejor mantenimiento. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera
    En el verano de 2006 se comenzó a tejer toda la red de carriles bici de la que disfruta la ciudad actualmente. Tras una década de usos, son muchos los tramos que necesitan un mejor mantenimiento. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera
  • En el verano de 2006 se comenzó a tejer toda la red de carriles bici de la que disfruta la ciudad actualmente. Tras una década de usos, son muchos los tramos que necesitan un mejor mantenimiento. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera
    En el verano de 2006 se comenzó a tejer toda la red de carriles bici de la que disfruta la ciudad actualmente. Tras una década de usos, son muchos los tramos que necesitan un mejor mantenimiento. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera
  • En el verano de 2006 se comenzó a tejer toda la red de carriles bici de la que disfruta la ciudad actualmente. Tras una década de usos, son muchos los tramos que necesitan un mejor mantenimiento. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera
    En el verano de 2006 se comenzó a tejer toda la red de carriles bici de la que disfruta la ciudad actualmente. Tras una década de usos, son muchos los tramos que necesitan un mejor mantenimiento. / Reportaje gráfico: Pepo Herrera

En el verano de hace 10 años Sevilla era, como viene siendo habitual, un hervidero de obras. Pero ese año la ciudad asomaba sus tripas para mutar su piel, llenarse de una red de líneas verdes y convertirse en una de las mejores urbes para ir en bici de todo el mundo.

Hasta entonces había poco más de 12 kilómetros de vías ciclistas, «porque existía una incredulidad absoluta en el tema apostar en serio por la movilidad sostenible y las políticas de la bicicleta», asegura el padre de la criatura, José García Cebrián, que fue el encargado de dar luz al Plan Municipal de la Bicicleta. Pero las primeras pedaladas se dieron un poco antes. Primero fue la inclusión de los carriles bici en el PGOU, luego el diseño del trazado y sus características... Hasta que en 2005 se pronunciaron los sevillanos y 18 de 20 asambleas de la ciudad acordaron, mediante los presupuestos participativos, que querían una red de vías ciclistas. Así fue cómo, llegado el verano de 2006, en la ciudad se comenzó a tejer toda esa tela de araña que conforma hoy la red de carriles bici. Sevilla pasó en un solo año de tener 12 a 80 kilómetros de vías ciclistas. En 2010 eran 120. En 2015, un poco más del doble, 168.

Ese primer año fue el verdadero boom ciclista en la capital hispalense. Las bicicletas se apoderaron de la ciudad. Los sevillanos sacaron sus ciclos de los trasteros, los trajeron de las playas... y en 2008, el 80 por ciento de los hogares tenía al menos una bici. Y para el que no la tenía, y le podía la envidia sana de ver a los demás pedaleando por la ciudad, se implantó el sistema Sevici.

Entre una cosa y otra en unos años Sevilla pasó de registrar un 0,5 por ciento de movilidad sostenible en 2006 al 9 por ciento en 2014. En 2011 los desplazamientos en bici alcanzaron ya los 70.000. Unas cifras casi de récord que venían a demostrar el ansia ciclista que residía oculta entre los sevillanos y que, además, las cosas para transformar los hábitos de movilidad de la capital andaluza se hicieron mejor que bien.

«Sevilla era la ciudad idónea». De tamaño manejable, plana, con buena temperatura la mayoría del año (se pueden excluir las horas centrales del día durante las olas de calor)... Pero, ¿cuáles fueron los motivos para que de la noche a la mañana se pusiera de moda ir en bici? Una red que conecta Sevilla entera. Esta es una de las claves. La urbe se puede recorrer prácticamente entera sin bajarse del sillín. Todos los barrios tienen alguna vía ciclista. A unos 200 metros de cualquier tejido urbano hay uno de los famosos carriles verdes que, además, están conectados entre sí (en la mayoría de sus tramos). Algo que además la hace útil, clave para dejar el coche aparcado y optar por la alternativa ciclista. Las vías además se hicieron segregadas del tráfico motorizado para dar seguridad, con carriles bidireccionales... Una red útil, segura, ágil que garantiza la universalidad. Es decir, que pueda usarlo desde una persona de 80 años a un niño de ocho.

Además, los carriles se proyectaron por las principales vías, «por donde va la gente», porque quien va a usar la bicicleta va a estudiar, va a comprar, a tomar una cerveza... «por lo tanto tenía que estar en los sitios principales, para que además, después se visualice y el usuario invite a los demás a poder incorporarse a la bicicleta. Que les dé envidia porque además seguramente los adelante. Y además hace el paseo más agradable», recuerda García Cebrián.

Así fue como se incorporó al paisaje urbano el ciclista paseando por lugares emblemáticos de la ciudad como la Ronda Histórica, la Avenida de la Constitución o la Alameda. Y así fue también como surgió todo un tejido económico en torno a la bicicleta: talleres, tiendas especializadas, servicio de alquiler, visitas turísticas... No en balde en 2013 Sevilla fue reconocida como la cuarta ciudad del mundo, nada menos, para moverse sobre dos ruedas, sólo por detrás de Ámsterdam, Copenhague y Utrecht. La niña bonita del desarrollo ciclista de nuestro tiempo.

Pero como esto no es como se empieza, al crecimiento ciclista le dio una pájara. Con la llegada del PP al Ayuntamiento en 2011 se cerró la oficina de la bicicleta y el fomento y la promoción quedaron apeados de las políticas municipales. El crecimiento de la red se estancó, quizá también porque ésta ya daba buen servicio a los barrios, aunque se construyeron carriles en zonas nuevas como Sevilla Este o en los parques del Charco de la Pava y del Guadaíra. Con el retorno del PSOE el pasado año a Plaza Nueva, Sevilla volvió a escuchar hablar de políticas ciclistas, de «retomar una seña de identidad y de modernidad como es la bicicleta»... aunque por el momento, y pese a contar incluso con presupuesto este 2016, poco se ha movido en esta materia salvo la renovación del contrato de mantenimiento de los carriles bici, que necesitan un remozado importante en muchas zonas de la red –como puede verse en las fotos que ilustran la página– pues tienen ya una década a sus espaldas, el inicio de las obras de la ansiada Oficina de la Bicicleta y los anuncios de nuevos tramos ciclistas y de un nuevo Plan de Movilidad Urbana de Sevilla. La ciudad sigue pendiente, además, de un Plan Andaluz de la Bicicleta que no termina de llegar y que haría que alcanzara los 197 kilómetros de vías ciclistas. Unas actuaciones que además conectarían barrios especialmente aislados, como Valdezorras. En septiembre del año pasado se anunció la firma del convenio que se pactó con la Junta de Andalucía con Zoido en la Alcaldía y que se presumía que estarían licitados a principios de este año y ejecutados a lo largo del ejercicio.

Lo cierto y verdad es que de momento la capital hispalense sigue sin demarrar para reengancharse a la cabeza de carrera y volver a coronarse entre las mejores ciudades del mundo para andar en bici.