Hace unos meses han recurrido a la Fiscalía para exponer el problema de la movida...
—Sí, hartos de la situación y como forma de aglutinar todas las denuncias que individualmente habían interpuesto los vecinos ante diversas autoridades, como la delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla, la Gerencia de Urbanismo, la Policía Local o el distrito Nervión.
—¿Cuántos escritos se han presentado este año?
—Estamos hablando de unos siete escritos o denuncias, incluyendo un parte de lesiones a una vecina con fecha 1 de marzo de 2017.
—¿Qué respuesta han tenido?
—Todas las autoridades ante las cuales se han cursado denuncias han hecho caso omiso de las peticiones vecinales. En el caso de que se haya resuelto algún expediente de los iniciados han debido finalizar con resolución favorable al denunciado. Creemos que habrá sido así porque la actividad sigue desarrollando y continúa causando las mismas molestias de siempre. En la mayoría de los casos denunciados, nunca se ha recibido una resolución expresa. Y no hay derecho a esto. Además no se pueden refugiar en ordenanzas anteriores. Es una evasión del derecho. ¿Qué somos? ¿Ciudadanos de tercera?
—¿Qué argumentos avalan vuestra petición vecinal?
—Una discoteca de estas condiciones no puede estar aquí con la actual ordenanza municipal de ruidos. El artículo 18 establece que este tipo de negocios no puede ubicarse en edificios de viviendas ni colindantes a ellas y, en su defecto, establece que sea a un radio de 50 metros. Que alegan que la licencia es anterior, porque el local se lo van pasando de mano en mano y los problemas lo arrastran años atrás; si fuera así, de todos modos se tendrá que adaptar a la normativa actual y eso significa su cierre. Porque con la ordenanza en la mano, no cumple con los requisitos: está en una zona residencial, con edificios de viviendas y oficinas. El local no está insonorizado. Se trata de una calle, Carlos de Cepeda, estrecha, que no tiene muchos metros de anchura, por lo que ni siquiera se dan los requisitos de seguridad para toda la gente que se aglutina aquí.
—¿Hasta dónde estáis dispuestos a llegar?
—Si los resultados de esta primera acción no son favorables, tomaríamos otras ya sean por vía civil o un contencioso-administrativo ante el Ayuntamiento. Si éste mantiene la concesión de esta licencia, creemos que al menos se ha dado irregularmente sin hablar aún de prevaricación, nos tendríamos que dirigir en contra del Ayuntamiento, ya sea por la vía administrativa o, si no fuera eficaz, por lo contencioso-administrativo.