Sin igualdad de género no existe progreso social

Cruz Roja dedica las Medallas de Oro y su Día Internacional a reivindicar que ninguna comunidad avanza si deja atrás a la mitad de la población. La reina preside el acto en Sevilla

11 may 2017 / 18:40 h - Actualizado: 11 may 2017 / 19:52 h.
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  • Los premiados, junto a la reina Letizia y los responsables de Cruz Roja en España y Sevilla, Javier Senent y Amalia Gómez respectivamente. / Fotos: Jesús Barrera
    Los premiados, junto a la reina Letizia y los responsables de Cruz Roja en España y Sevilla, Javier Senent y Amalia Gómez respectivamente. / Fotos: Jesús Barrera

Aunque fue un hombre, el empresario suizo Henry Dunant, quien fundó Cruz Roja hace más de 150 años, la mujer tiene un protagonismo esencial no sólo en el actual funcionamiento de la organización (en España el 56 por ciento de los voluntarios y el 70 por ciento de los profesionales técnicos son mujeres) sino como destinataria de una labor humanitaria destinada a proteger la vida y la salud y defender los derechos humanos (el 65 por ciento de las personas atendidas en España son mujeres). Desgraciadamente, la vida, la salud y los derechos de las mujeres son más vulnerables allá donde hay conflictos bélico y pobreza. Incluso en los países desarrollados, aún hoy existe la desigualdad y, en palabras del presidente de Cruz Roja Española, Javier Senent, «la desigualdad, además de no reconocer la dignidad de las personas, genera vulnerabilidades». O en palabras de la reina Letizia «el progreso social se estanca cuando la mitad de la población del mundo no accede en las mismas condiciones a las oportunidades de crecer y de mejorar».

Si la mitad de la población no avanza la sociedad en su conjunto tampoco. Lo dijeron la reina y el presidente de Cruz Roja en sus discursos, así como la presidenta de la Asociación de Mujeres Gitanas Universitarias Fakali Beatriz Carrillo que los precedió en el atril. Lo recitó Pilar Távora y lo bailó Carmen Távora al interpretar un fragmento de su montaje Medea. Y lo cantó Sole Giménez (ex líder de Presuntos Implicados) al entonar La mujer que mueve el mundo para agradecer, en nombre de los premiados, las Medallas de Oro que cada año concede la organización en el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja celebrado en esta edición en Sevilla con el lema Mujer, compromiso y solidaridad.

Unas medallas que recibieron, además de Giménez, la Asociación de Mujeres Juristas Senegalesas, el expresidente de Cáritas Rafael del Río, el Colegio de Enfermería de Sevilla, la impulsora de la Fundación Ana Bella de ayuda a las mujeres maltratadas, la diseñadora con síndrome de Down Isabel García, la doctora «que cuida de los ojos de África» Elena Barraquer –para quien por encima de cualquier medalla «el mejor premio es la sonrisa de un paciente cuando operado de cataratas vuelve a ver»–, y la periodista Rosa María Calaf, a quien años de recorrer como corresponsal de TVE países en guerra y en crisis humanitarias le han enseñado que «la mujer es la columna vertebral de la comunidad». Por ello «las sociedades avanzan en la medida en que las mujeres adquieren derechos». Y por eso también, atacarlas «se ha convertido en una táctica de guerra porque destruyéndolas a ellas se destruye el tejido social»

Fue el acto de entrega de estas medallas un homenaje a las mujeres que han roto barreras y aquellas que «creyendo en sus hijos y en futuro mejor han hecho la evolución». Como la madre gitana de Beatriz Carrillo que se empeñó en que su hija estudiara y tuviera las oportunidades que ella no tuvo. O la de Sole Giménez cuyo día a día cotidiano le inspiró la letra de La mujer que mueve el mundo. Pero también un recordatorio de que «la igualdad es la mayor conquista social a la que podemos aspirar», según destacó Senent, y de lo mucho que queda por hacer porque «la discriminación persiste, en diferentes grados, en muchos lugares del planeta» y el «peso de los roles tradicionales de género sigue pesando», como advirtió la reina. Doña Letizia destacó la capacidad de Cruz Roja para adaptar sus programas para proteger, velar y reforzar el papel de las mujeres «ajustándose al entorno en el que vivan». «No es lo mismo luchar contra los matrimonios infantiles el algunos países de África que estar –entre nosotros, en nuestra relación con los vecinos o los compañeros de trabajo– atento a comentarios o juicios cercanos a veces expresados de forma inconsciente. No es lo mismo no poder ir a la escuela, ser privadas de una nutrición adecuada o no tener acceso a una sanidad apropiada que no ser remuneradas igual que un hombre al desempeñar la misma labor. La brecha salarial en algunos países europeos es elevada aunque cualquier cifra por encima de cero es alta», expuso.

Y si en algo se insistió también es en que esa tarea pendiente por la igualdad no compete sólo a las mujeres como sus beneficios no son exclusivos de éstas sino que «el avance de las mujeres es el avance de la comunidad». Una tarea para la que la cantante Sole Giménez pidió directamente ayuda a «los hombres sensibles –título de su próximo disco–, que sois la mayoría» no sólo porque el discurso de la igualdad «está cargado de razones y justicia» sino porque «no podemos hacerlo sólo nosotras». «Alzad la voz para hacer un mundo más justo y que no sólo se hable de maltratadores y violadores porque la mayoría no lo sois», reclamó antes de interpretar un tema de Fito Páez muy acorde con el espíritu que inspira a Cruz Roja: Yo vengo a ofrecer mi corazón.

Un espíritu que representan 17 millones de voluntarios que Cruz Roja tiene desplegados en todo el mundo, 5.000 de ellos en Sevilla, como la joven Marina Ríos, de 25 años que junto a otros compañeros fue invitada al acto y con quienes la reina se fotografió y departió. Marina tiene claro qué le hizo hacerse voluntaria de Cruz Roja tras conocer la organización haciendo sus prácticas académicas del grado de Trabajo Social: «No miran ni cultura ni sexo ni nada, miran a la persona en sí y eso me gusta muchísimo». Es lo que inspiró a Dupont a crear una sociedad de socorro para atender a los heridos en el campo de batalla sin mirar el bando.