Suspendido el desahucio de la calle Macasta por segunda vez

El desalojo de Juan y Valentín, los inquilinos del bajo del número tres de la calle Macasta, se suspende por segunda vez en tres semanas. Ambos permanecerán en su vivienda, por el momento, aunque el Ayuntamiento les tiene reservadas dos plazas en un centro de acogida

09 oct 2015 / 11:19 h - Actualizado: 09 oct 2015 / 19:18 h.
"Vivienda"
  • Valentín (izda.) y Juan Bautista no tendrán que abandonar aún esta vivienda. / Pepo Herrera
    Valentín (izda.) y Juan Bautista no tendrán que abandonar aún esta vivienda. / Pepo Herrera
  • Valentín. / Pepo Herrera
    Valentín. / Pepo Herrera
  • Juan Bautista. / Pepo Herrera
    Juan Bautista. / Pepo Herrera
  • Numerosas personas se concentraron este viernes junto a la casa. / Pepo Herrera
    Numerosas personas se concentraron este viernes junto a la casa. / Pepo Herrera
  • Valentín. / Pepo Herrera
    Valentín. / Pepo Herrera

Son las once de la mañana. En la puerta del número 3 de la calle Macasta queda un grupo de personas de las que se había acercado para apoyar a Juan y Valentín, los vecinos que debían haber sido desalojados a las nueve de la mañana por orden judicial. La situación no es nueva: el pasado 23 de septiembre, el Juzgado de Primera instancia número 23 suspendió el desalojo. Hoy, a falta de confirmación oficial, la información que acaba de empezar a manejarse indica que tampoco esta vez se llevará a cabo el desahucio, lo que ratifica la sensación que desde hace más o menos una hora cundía entre quienes llenaban el pequeño espacio que queda en la entrada del edificio. La Policía tampoco aparecerá. No por ahora.

El caso es que la resistencia de los escasos vecinos que quedan en el inmueble se mantiene. Y eso que hoy contaban con abandonar el edificio. Juan Bautista mostraba sus pertenencias preparadas en un carrito de supermercado. Su compañero de piso, Valentín, explicaba que ya tenía “lista su bicicleta. Mi ropa me la tiene guardada una amiga que vive en la calle Feria”. Su destino era un centro de acogida, donde la Unidad de Trabajo Social del Ayuntamiento les tenía reservada una plaza para cada uno. “Si no vienen, nos quedaremos en nuestra casa”, aseguraba Valentín sin hacerse muchas ilusiones. “No sabemos si se podrá evitar”, completaba su amigo Juan.

El caso es complejo. La situación de ruina es poco menos que incuestionable. El propietario ha demandado a todos los inquilinos por impago continuado de las rentas, y los inquilinos se quejan de que el dueño no cumple desde hace años su obligación de mantener la casa en buen estado.

Participa Sevilla ha apoyado a los vecinos de Macasta, pequeña calle que conecta San Luis con el barrio de San Julián. Ayer se acercó hasta allí la concejal Cristina Honorato, que recordaba “el drama que supone no saber si tienes que abandonar tu casa”. Además, informó de que su formación solicita al Ayuntamiento “que se siente a mediar con el propietario” del inmueble. Respecto a la cuestión de los desahucios en general, explicó que Participa Sevilla prepara una concentración de personas amenazadas por el desalojo de sus viviendas para el 14 noviembre, y volvió a demandar la creación de una mesa de diálogo para atajar el problema.