Tapas, copas y cócteles en el parque

Voraz (Los Remedios). Fondo de árboles, rosales y césped como fondo de comedor

10 abr 2015 / 12:00 h - Actualizado: 10 abr 2015 / 13:59 h.
"Alimentación","Gastronomía"
  • Comedor del restaurante Voraz.
    Comedor del restaurante Voraz.
  • Ventresca de atún
    Ventresca de atún
  • Sardinas marinadas
    Sardinas marinadas
  • Tortilla de camarones y merluza
    Tortilla de camarones y merluza

LA FICHA:

Dirección: C/ Santa Fe. Parque de los Príncipes. 41011 Sevilla. Teléfono: 955 514 074. Horario: Cocina de 13:00 a 16:30 y de 20:30 a 24:00. No cierra a mediodía. Copas hasta madrugada. Descanso. Propietario: La Azotea y Puerto de Cuba

Voraz es algo diferente en el panorama de los bares sevillanos, para empezar está dentro de un parque, en el de Los Príncipes de Los Remedios, por más señas, recordando aquellos quioscos de los parques, aún queda el Abilio en el de María Luisa, se actualiza el concepto, algo que quizás quisieron realizar proyectos como Alfonso o Bilindo. Diferente son sitios como La Raza o el bar Citröen. Voraz, decíamos, es otra cosa, una mezcla mejor integrada, el resultado de fórmulas de éxito, cada una en su terreno, por un lado la experiencia y buena trayectoria de La Azotea, uno de los bares de tapas gastronómicas que han marcado la pauta en la ciudad en los últimos años y, por otro, Puerto de Cuba, una de las terrazas de copas más pujantes de la noche sevillana.

Voraz está dentro del mismo parque, desde su comedor, tras las paredes acristaladas, tenemos un fondo de arboles, rosaledas y césped, un comedor, por cierto, de luces cálidas en la noche, moderno, con una chimenea que da un mayor toque de confort, con una barra convenientemente separa de las mesas y una música suave que remata un acogedor entorno. Tiene otro comedor exterior, que se puede unir al anterior, y una terraza con barra y un bonito suelo de pino gallego, donde el local adquiere el aspecto de terraza de copas veraniega, pero tiene también una carta de tapas, más ligera. Tienen un huertito propio de plantas aromáticas y están preparando una carpa para proporcionar comidas con diversión para los niños, vigilados mientras sus padres comen tranquilamente.

El concepto es ir cambiando el servicio con una transición suave, cambiando incluso el personal, desde el bar de tapas al bar de copas, incluso hay una mesa de disc jockey en una esquina que se habilita en unos minutos. Detalles en la decoración como los huevos de avestruz que sirven de lámparas.

Precisamente uno de los fuertes del bar de tapas es su atento y profesional servicio, en particular, las buenas maneras y los conocimientos de los vinos y su acompañamiento con las tapas de la carta de Manuel Adamez, que procede de La Azotea de la calle Zaragoza. Él se encarga de aconsejar y descubrirnos las novedades del día fuera de carta.

Hablando de la carta, Voraz ha apostado en su arranque por traer a sus fogones a quien ha conducido a La Azotea, desde su apertura en la calle Jesús del Gran Poder, al puesto de prestigio que hoy ocupa entre los bares de la nueva gastronomía sevillana, con todos los peros que se le quieran poner a este tipo de bares, pero, qué duda cabe, que han marcado los más altos niveles de creatividad y calidad en Sevilla en los últimos tiempos, luego están otras cuestiones como comodidad, precios de los vinos, sobre todo, y otros detalles que no es el momento ni el sitio de debatir ahora.

Volviendo a la carta de Voraz, fijémonos por ejemplo en uno de sus entrantes, sardinas, aguacate y tomate (4,50/9,00/13,50 euros), sardinas marinadas sobre pan de ajo y romero con guacamole y pico de gallo, con un toque de cilantro, resulta potente y con un punto picante que se superpone a las sardinas. Bien acompañadas por un denso Hermanos Lurton Sauvignon Blanc. En general las armonias entre vinos y platos, conseguidísimas, como el Marqués de Alella Chardonnay Allier con unas tortillas de camarones con merluza de pincho y mayonesa de piparra, quizás el plato más conseguido de la velada, un suave rebozado, con el crujiente del camarón en harina de garbanzos y la delicadeza de la merluza.

Un hallazgo el tinto Bassos de Pinot Noir, un Utiel Requena que alivió el exceso de grasa de la ventresca de atún, que iba sobre un original y rico gazpacho con el toque de pimientos asados.

Un conjunto complicado que sin embargo funciona es el Steam bun (panecillos chinos), cola de toro, huevo de codorniz, ricota y tagarashi (condimento típico de la cocina japonesa) (3,75 eu/unidad).

Por último, entre las carnes se puede probar un Novillo argentino con verduras y patatas cajún, de fantástica guarnición que funcionó bien con un Loidana del Priorato de Garnacha Tinta y Cariñena..

Magnífico colofón fue probar la torrija de miel sobre base de piña y ron con helado de coco con un moscatel Finca Antigua que equilibraba perfectamente la dulcedumbre con una fresca acidez cítrica.