«Tenemos que erradicar el insulto como una conducta normal en el deporte»

Psicólogo y presidente del Congreso Mundial de Psicología del Deporte 2017. Aquel chaval de Los Pajaritos que trabajaba de botones, iba a clase al nocturno y se entrenaba a diario como corredor de fondo, ha logrado para Sevilla un gran evento que tendrá lugar este año

Juan Luis Pavón juanluispavon1 /
02 ene 2017 / 22:12 h - Actualizado: 03 ene 2017 / 11:12 h.
"Deportes"
  • José Carlos Jaenes, en su domicilio, junto a la Alfalfa. / MANUEL GÓMEZ
    José Carlos Jaenes, en su domicilio, junto a la Alfalfa. / MANUEL GÓMEZ

Del 10 al 14 de julio de 2017, se celebrará en Sevilla el XIV Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Psicología del Deporte (ISSP son sus siglas en inglés), convención que se convoca cada cuatro años, y en la que participarán más de 1.000 investigadores y profesionales del deporte de 50 países. Eso va a ser así gracias a la candidatura que puso en marcha y encabezó José Carlos Jaenes con más de cuatro años de antelación. A competir para ello fue en 2013 a Pekín, donde iba a tener lugar el XIII Congreso, sin más apoyo económico para gastos de avión y alojamiento que el de la División de Eventos Deportivos de Viajes El Corte Inglés Andalucía (la que, dirigida por Juan García, capta y gestiona desde Sevilla todos los grandes campeonatos mundiales que se celebran en España). Jaenes hizo de ‘embajador de Sevilla’ y los 15 miembros del ISSP votaron por unanimidad en favor de reunirse en Sevilla en 2017. En vísperas de adentrarnos en ese año con el que había soñado, nos recibe en su domicilio. Cuando llegamos, concluía el envío de 250 correos electrónicos con una carta personal dirigida a expertos de todo el mundo en psicología del deporte, en sus contactos periódicos para informarles de los preparativos y en aras a que formalicen su inscripción y aporten ponencias.

José Carlos Jaenes Sánchez nació hace 60 años en una habitación de La Barzola, la barriada sevillana donde se habían afincado sus padres, una de tantas familias formadas por quienes emigraban a una capital. “Mi padre procedía de Valdepeñas de Jaén, llegó para hacer la mili y se quedó de chico para todo al servicio de don Francisco Javier Loscertales, de la conocida familia sevillana de médicos. Mi madre llegó desde Villanueva del Río y Minas (Sevilla). Cuando yo tenía cinco años, en un isocarro, con las cuatro cosas que pudo acarrear mi padre, nos mudamos a un piso de la calle Gavilán, en Los Pajaritos. Ya empezamos a vivir en un piso gracias a las gestiones que el doctor Loscertales hizo para que se lo concedieran a mi familia. Mi infancia fue muy feliz en Los Pajaritos. Sigo acudiendo de vez en cuando a la calle Gavilán para ver a vecinos de mi generación, y a sus hijos, que ya son mayores”.

De niño, en qué destacaba más, ¿en el deporte o en los estudios?

Me apasionaba jugar al fútbol, solo pensaba en jugar con el balón, no era buen estudiante. Pero tuve la gran suerte, en mi infancia, de conocer a Felicidad Loscertales, ahora catedrática emérita de Psicología Social. Ella ha sido una luz en mi vida, me ha abierto caminos, me ha enseñado a afrontar los problemas y dificultades con una actitud positiva. Tras cambiar varias veces de colegio, entré en Altair y me convertí en buen estudiante. Mi familia era muy humilde, ya éramos tres hijos, y gracias a Felicidad tenía ayuda para comprar libros, para pagar la matrícula,...

¿Cuál fue su primer trabajo?

Con 13 años, en Altair me dijeron que había una posibilidad de trabajar como botones en una empresa de Psicología, Dopp Consultores, y me presenté a la selección. Entré con 14 años, y pasé a estudiar en Altair en el horario nocturno. Acababa a las diez y cuarto de la noche, y como a esa hora ya no podía jugar al fútbol porque no había iluminación, me ponía a correr dando vueltas al campo. Y descubrí que me encantó. Cada vez daba más vueltas, cada vez me gustaba más. Y viendo por televisión en 1972 los Juegos Olímpicos de Munich ya me enamoré del atletismo y se convirtió en una de las vías para encauzar mi vida.

¿Y la carrera académica para hacer carrera profesional?

Como mi espíritu vital es el del maratoniano, avancé sin parar en tres frentes. Estudié del tirón Bachillerato, COU, Historia y Geografía, y Psicología. Mi trabajo de botones dio paso dentro de Dopp al de auxiliar administrativo, y después fui monitor de psicomotricidad. Y además me entrenaba todos los días como atleta de fondo.

¿Cuál fue su mayor logro como atleta?

Fui campeón de Andalucía en 5.000, 10.000 y campo a través. A nivel nacional, fui octavo en un Campeonato de España de cross universitario. Pero más me satisface seguir haciendo deporte con 60 años. He corrido 23 maratones, entre ellos dos veces el de Nueva York, y también he completado el de Boston, el de Londres,... Y mi mayor logro es haber vivido muy joven el ambiente de unos Juegos Olímpicos. En 1976, con 20 años, y con 50.000 pesetas que fui ahorrando, me fui a Montréal con Pepe Lorente, gran entrenador de atletismo y amigo del alma. Dormíamos en los parques pero de día entrábamos en el estadio y en la villa olímpica. Como estaba clasificado para los Juegos el gran fondista sevillano José Luis Ruiz Bernal, nos consiguió un pase de día. Íbamos siempre en chándal, y no había las medidas de seguridad antiterroristas de hoy en día, y con ese pase, aunque no lo permitía, entrábamos incluso en el comedor de todos los deportistas. Buscábamos con la mirada a deportistas importantes, y nos sentábamos a comer y conversar con ellos. Por ejemplo, la gimnasta rumana Nadia Comaneci, la máxima figura de aquellos Juegos.

En su casa, ¿se habla más de psicología o de deporte?

Son indisociables. Mi esposa, Maribel, es psicóloga clínica. Y si estamos con nuestros dos hijos, José Carlos es veterinario y siempre ha hecho atletismo, y Patricia es psicóloga clínica y ha sido una buena remera. Mi vida está rodeada de psicólogos, de salud y de deporte. El deporte me ha facilitado conocer a personas sanas, buenas, honestas, y transmitirle esos valores a mis hijos. Sí, eso es posible, a pesar del dopaje y de otras cosas feas que hay en el deporte. El gran regalo que les hice a mis hijos por culminar sus carreras universitarias fue invitarles a estar en unos Juegos Olímpicos. Él estuvo en Atenas 2004 y ella en Londres 2012. A los dos les impactó muy positivamente.

Como profesional, ¿qué experiencia le permitió también tener una dimensión internacional?

En el curso 1989-90 cumplí otro sueño: dar clases en Estados Unidos. La primera vez fue en el Gettysburg College, en la ciudad conocida por la gran batalla de la Guerra de Secesión norteamericana. Daba clases de español y de civilización española, pero había un departamento muy bueno de Ciencias del Deporte y a él me vinculé también. También he sido profesor invitado en el Connecticut College. Para mí fue importante conocer desde dentro cómo es la sociedad norteamericana.

¿Cómo se gana la vida hoy en día?

Al igual que muchos españoles, necesito sumar tres picos de sueldo para tener un cierto bienestar. Desde 2004 soy profesor a tiempo parcial en la Universidad Olavide. Desde hace 35 años doy clases en español como segunda lengua a estudiantes norteamericanos que vienen a Sevilla. Y trabajo desde 2006 en el Centro Andaluz de Medicina del Deporte como psicólogo que coordina la orientación a los jóvenes. Desde promesas como Javier Doxión, de taekwondo, actual campeón de España universitario, a andaluces que han logrado grandes triunfos internacionales, como María José Rienda en esquí, Blanca Manchón en tablas a vela, Rafa Muñoz en natación y Josué Brachí en halterofilia. Conocer a deportistas como ellos es para mí algo maravilloso.

¿Qué ha aportado usted como investigador a la Psicología del Deporte?

He publicado muchos estudios sobre el concepto de personalidad resistente. Y, sobre todo, he analizado los aspectos psicológicos del maratón. Las emociones y su incidencia en el rendimiento deportivo en el maratón. Me siento orgulloso de que mis clases gustan bastante a los alumnos, ya hay varios que han hecho Psicología como segunda carrera, por la pasión que les he transmitido. Y para mí, gracias al trabajo en equipo de la candidatura local que montamos con José Carlos Caracuel, Rocío Bohórquez y José Antonio Muñoz ‘Anchoa’, el logro del que me siento más orgulloso es haber logrado en Pekín, en 2013, que se nos concediera organizar en Sevilla en 2017 el XIV Congreso Mundial de Psicología del Deporte.

¿Cómo analiza a los maratonianos?

Empecé de un modo sencillo: a cada maratón que yo acudía como corredor, repartía cuestionarios para recabar datos entre muchos participantes que eran corredores aficionados, iniciados a partir de las carreras populares, un fenómeno nuevo que ahora llena las calles. Impensable en los años setenta, cuando éramos cuatro gatos. Ahora estoy preparando una publicación sobre la investigación específica a un solo deportista.

¿Y en alguna otra modalidad?

Una investigación que me ha resultado muy interesante ha sido estudiar el ‘efecto Ringelmann’ en remo. Ese principio indica que, en cualquier deporte de equipo, aunque se considera a trabajar en equipo como lo más importante, cuanto mayor es el número de personas, menos aporta cada uno. Y con José María de Marco y José Carlos Caracuel he analizado si en los botes de cuatro u ocho remeros todos dan o no el 100% de sus capacidades. Ideamos una prueba en los remoergómetros y demostramos que efectivamente, cuando uno lo hace solo da su 100%, pero cuando lo metes en un grupo, ya no da el 100% sino el 90% o el 80%, y el bote pierde. La segunda parte del estudio era trabajar con el equipo español de remo en cuatro ‘scull’ para ver si se podía minimizar el ‘efecto Ringelmann’. Y hemos conseguido que los cuatro remeros mejoraran más sus tiempos cuando estaban en equipo que cuando intervenían individualmente. Yo asesoro a entrenadores de fútbol y, frente a la visión de tratar la mejora del fútbol como un deporte colectivo, yo lo trabajaría como un deporte individual que se realiza en equipo, porque lo importante en el juego son los rendimientos individuales. Que cada jugador cumpla el 100% de lo que debería haber hecho.

¿Cómo influyen los padres en afianzar o malear la personalidad de un hijo con gran potencial deportivo?

Tienen que comprender y asumir una función de padres de apoyo, padres cálidos, padres taxistas. Y no meterse a ser entrenadores que se interponen en el papel de los entrenadores de sus hijos. Su rol de apoyo es muy importante. También tienen que aprender a esperar, a no exigir resultados inmediatos. Hace poco estuve viendo a un chico al que sus padres ven como una posible joya de la corona de nuestro deporte. Pero tiene 16 años, en una modalidad donde el rendimiento máximo se alcanza con 28 o 29. Con una presión excesiva, los chavales se malogran.

¿En qué consiste el proyecto PsyTool, que usted encabeza desde la Universidad Olavide, con apoyo de la Comisión Europea?

Es para promover los buenos valores en el deporte, tanto en la competición como en su entorno. Favorecer la igualdad y el respeto a la diversidad étnica, atajar la discriminación por racismo, etc. Se presentaron a la convocatoria 480 proyectos y fuimos elegidos en cuarto lugar.

¿Cómo materializa esas buenas intenciones?

Formando a los que denomino “agentes del cambio”: entrenadores, padres, directivos, periodistas,... Estamos dando formación y creando protocolos para que sepan cómo actuar con adolescentes entre 13 y 17 años. Por ejemplo, si en un partido entre niños se da un acoso tipo ‘bullying’, saber de inmediato qué hacer con ese problema entre menores: parar o no el partido, decírselo o no a un directivo, comentárselo o no a periodistas, etc. Tenemos que marcar el camino de modo sistemático para que, por ejemplo, el insulto no se tolere como una conducta normal, y no tenga cabida como norma de convivencia.

Loable iniciativa, pero en deportes como el fútbol se insulta continuamente tanto en los partidos de cantera como en los grandes estadios.

A mí me gusta ir al fútbol con una sobrina que es muy forofa. Lo primero que desagrada es cómo se insulta al árbitro antes de que comience el partido. Espectadores que tienen una actitud verbal muy agresiva, y a veces lo hacen teniendo a su hijo al lado. Cuando el padre pierde los papeles, pierde el poder educador en casa. Si insulta a un jugador por el color de su piel o porque no hace algo correctamente, el hijo ve que su padre no es la persona que debería ser. Por eso hay que promover las buenas prácticas de los padres en el deporte. Si no, esa actitud tiene consecuencias para sus hijos en el hogar, en los estudios y en su sociabilidad.

Indique un caso que sirva de ejemplo.

Recomiendo leer la carta que un niño de Granada escribió hace un par de años, diciendo: “Papá, me avergüenzo de ti”. La publicó en su web el Cedifa (Centro de Estudios, Desarrollo e Investigación del Fútbol Andaluz). Y decía: “Tus insultos a mi amigo hacen que mi amigo ya no sea mi amigo”, o “Cuando le gritas al entrenador que quite a mi amigo y me ponga a mí, diciéndole que yo soy mejor”. Tenemos que lograr que los niños comprendan por sí mismos que esas actitudes no son aceptables dentro del espacio deportivo. Así, cuando sean mayores, serán transmisores de buenos valores. En Psicología sabemos que cuanto antes se instauren las conductas más permanentes son en los sujetos. Es muy difícil cambiar conductas pero sí da un resultado estupendo crear conductas nuevas para que se consoliden.

¿Mediante qué colaboraciones van a concretar la realización de PsyTool?

Colaboran 13 entidades de países europeos. Desde la red europea Fútbol contra el Racismo a clubes como el Sporting de Lisboa en Portugal, universidades como La Sapienza de Italia, o Halmstad en Suecia. En España es uno de los socios la Fundación Sevilla Fútbol Club. También he invitado al Real Betis Balompié, y dos de sus entrenadores de categorías inferiores van a formarse como agentes de cambio. Creo que este proyecto, si lo hacemos bien, y es nuestra responsabilidad, va a tener una proyección de futuro. Dentro de diez años, ya habrá entrenadores que hayan sido niños educados bajo PsyTool.

¿Cómo van a captar a padres para recibir esa formación?

Con acciones como asistir a un seminario internacional sobre valores en el deporte, que organizo el próximo 11 de marzo en la Olavide. Estoy intentando promover que acudan muchos padres a la universidad, que debe ser un espacio abierto a la sociedad. Y quiero que en algunos de los talleres que vamos a organizar no solo intervengan estudiantes universitarios sino también padres, que son los que tienen la responsabilidad de educar a sus hijos. En una sociedad donde hay mucha dejadez sobre las obligaciones educadoras de los padres, yo lo noto como psicólogo.

Abunde en esa reflexión.

Mi padre me enseñó que el profesor llevaba razón. Ahora muchos padres postulan que la razón la lleva el niño. Y yo no estoy muy seguro de que eso sea adecuado. Muchos padres no quieren hacerse cargo de los deberes de los hijos en casa porque consideran que es una tarea de los profesores. Vale. Vamos a hacer un intercambio. No nos manden ustedes niños maleducados, no nos manden ustedes niños que no son capaces de estar escuchando, que no son capaces de respetar la figura de los profesores. Ustedes no tienen que hacer el rol de profesores y nosotros no tenemos que hacer el rol de padres.

¿Está en el ambiente deportivo el origen de las premeditadas acciones violentas en grupo y en vísperas de un partido, como la salvajada perpetrada en un bar de Sevilla contra seguidores de la Juventus de Turín?

En esos ataques, el deporte es una excusa. Esas agresiones han de tener sobre todo respuesta policial. El fútbol no promueve que un grupo de violentos destroce un bar de su propia ciudad y ataquen a personas que están tranquilamente cenando. Quienes se unen en esos grupos lo hacen por factores como las drogas y sus frustraciones. Buscan usar el deporte como una coartada que les justifique. Por supuesto, ningún club ha de darles acceso ni cobijo. Recuerdo aquel garrafal error del Real Madrid cediendo en su estadio un espacio para que los ‘Ultrasur’ tuvieran su sede y su almacén.

¿A qué se va a dedicar sobre todo el Congreso Mundial que usted organiza?

A temas de calidad de vida y salud. El escaparate es siempre el alto rendimiento, las figuras que salen en televisión. Pero para nosotros lo más importante es la promoción de la actividad física y el deporte como un proyecto de calidad de vida a largo plazo, más en un país como España que cada vez está más envejecido y en el que, afortunada o desgraciadamente, la gente cada vez tiene más tiempo de ocio y ha de saber utilizarlo.

¿Alguna actividad abierta a la ciudadanía?

Habrá varias. Me hace especial ilusión, porque es un acto de justicia, la exposición dedicada a D. José María Cagigal, el padre de la ciencia del deporte en España, pionero en introducir el estudio del deporte en nuestras universidades. En los años 70, fue el primer presidente de estos congresos mundiales, lo organizó en Madrid. Se ubicará en la Casa de la Provincia, la Diputación está colaborando muy bien con nosotros. Por otro lado, en la Universidad Olavide se realizarán talleres gratuitos y prácticos sobre psicología del deporte, dirigidos a jóvenes.

¿La lengua predominante será el inglés, como en la mayoría de los congresos científicos?

Sí, el Congreso se desarrollará sobre todo en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, pero vamos a realizar también muchas actividades en castellano, como un taller enfocado a entrenadores, y otro específico sobre la intervención psicológica en el fútbol, en el que daremos cabida a muchos suramericanos. No queremos que la psicología del deporte la controlen solo los anglófonos, hemos hecho un gran esfuerzo de promoción para que vengan desde países como México, Argentina, Chile, Uruguay y Brasil, entre otros. Y aprovechen también, al igual que lo fomentamos entre los estudiantes, investigadores y profesionales del deporte sevillano, andaluz y español, la gran oportunidad de hacer contactos personales y establecer colaboraciones.

¿Qué le gustaría poner en marcha en Sevilla a partir de este congreso?

Estamos gestionando crear una Fundación del Deporte. Entre otros fines, para promover programas a largo plazo de buenas prácticas en barrios, y para premiar la gran labor de entrenadores, directivos, padres, etc, en favor del deporte. Hay un déficit de reconocimientos en ese ámbito, porque se tiende a dar premios a los deportistas que han ganado premios: medallas, campeonatos,... Animo a las instituciones, entidades y asociaciones públicas y privadas de Sevilla, Andalucía y España a pensar si les interesa involucrarse en promover perspectivas que no son solo la del éxito de una medalla, sino perspectivas de humanismo, educación y avance social en el deporte y con el deporte. Y compartirlas a nivel internacional. Por ejemplo, desde Brasil están muy interesados en PsyTool para ver cómo pueden hacer algo similar.

¿Las instituciones sevillanas tienen en cuenta en sus planes en 2017 este congreso?

Es un evento de primer orden y todavía las instituciones no acaban de ver el alcance de lo que significa, la gran oportunidad que supone para Sevilla. No solo desde el punto de vista turístico, por lo que comporta en una semana de julio tener alojados en la ciudad a más de mil investigadores y personalidades deportivas procedentes de todo el mundo. Estamos poniendo a Sevilla en el escaparate mundial en una vertiente turística, económica y social que tiene poco desarrollada: su potencialidad como ciudad donde hacer deporte. Le he ofrecido al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía que sea Sevilla la protagonista y beneficiaria del congreso, y que las instituciones sientan esta oportunidad como algo suyo. Nosotros no queremos protagonismo. Y les puede servir para entender qué estrategias vinculadas con el deporte son más rentables para la economía de la ciudad.

¿Qué les recomienda?

Los grandes eventos de estrellas deportivas se han demostrado ruinosos. Los grandes estadios, como el mal llamado olímpico en la Cartuja, son enormes inversiones muy poco rentabilizadas. Aporta mucho más dinero a la economía de una ciudad organizar juegos mundiales de deportistas veteranos, que viajan con familiares y se lo pagan todo de su bolsillo, en comparación con albergar campeonatos de deportistas de élite, donde ni éstos ni su entorno técnico y federativo pagan, y además hay que pagar para tenerlos. Cito dos ejemplos positivos: el Mundial de Remo de Veteranos, en 1999, dejó en Sevilla una gran cantidad de dinero. Gracias a quien lo captó y organizó: José Antonio Muñoz ‘Anchoa’. Y el Maratón de Sevilla, que se está desarrollando muy bien, se consolida como el cuarto evento que más ingresos genera cada año, tras la Feria, la Semana Santa y Sicab. Es mucho mejor promocionar Sevilla como ciudad donde hacer actividades deportivas que pujar por eventos donde se ofrece ser espectador.

Quizá, como en toda España, ¿ha habido más interés en invertir para construir instalaciones que para tener formadores de deportistas?

Mi reflexión va más allá. Yo no he llegado ser atleta de élite aunque lo he intentado, pero soy psicólogo del deporte y vivo de esto. Los ciudadanos a los que le gusta el deporte tienen que darse cuenta de que el deporte es una fuente de riqueza personal, intelectual y profesional. Se puede ser fisioterapeuta, masajista, entrenador, técnico deportivo, psicólogo del deporte, médico, enfermero, gestor deportivo... Genera una amplia gama de profesiones y trabajos. Que no es solo ser Nadal o Messi, es sobre todo ser alguien que trabaja en la estructura deportiva. Es el fin al que tenemos que llegar en cuanto a la profesionalización. Por ejemplo: de cada cien jugadores de las categorías inferiores del Betis o del Sevilla, van a llegar solo dos a la élite. El resto se van a examinar en otras cosas. A quien le gusta el deporte, hay que darle la oportunidad de poder dedicarse al deporte en algunas de sus muchas profesiones, eso sería un gran logro.

El mundo del deporte profesional está en tela de juicio con muchos escándalos: la intrusión de las mafias para sobornar a deportistas y manejar las apuestas; los casos de dopaje tanto individuales como instigados por gobiernos; la corrupción de los ídolos que evaden impuestos; los dirigentes federativos que convierten su ámbito en un cortijo,... ¿Cuánta gente está tirando la toalla y dejando de avanzar en la práctica deportiva porque ya no confía en el sistema?

Es una gran frustración. Como cualquier actividad que genera tantísimo dinero, hay corrupción y hay cosas feas. En España hace falta una reflexión a nivel de ciudadano. Si cuando viene un electricista a tu casa y te dice: “¿Con IVA o sin IVA?”, si le dices “sin IVA” te estás convirtiendo a pequeña escala en lo que son quienes criticamos. La legislación española debe garantizar que un federativo no puede estar de presidente más de dos legislaturas. Y sistemas de control más exigentes para que las cuentas federativas estén más que limpias. Y ejemplaridad ante la sociedad, porque si un ciudadano no entrega el día 20 de enero su declaración fiscal trimestral, al día siguiente ya tiene fijada una multa, mientras que se consiente que los clubes profesionales de fútbol, baloncesto, etc., tengan deudas con la Seguridad Social. España necesita una limpieza de corrupción en todos los ámbitos: políticos, deportivos, sociales,... Con medidas radicales, sin evasivas. Es la única manera de hacer que la gente entienda que eso no es permisible.

¿Quién le pone el cascabel al gato de ‘el que la hace, la paga’?

En Psicología hemos aprendido desde muy al principio que los hechos deben tener consecuencias. Cuando son negativos, castigo o cambio para que esa conducta no se vuelva a repetir. Y cuando son buenos, para que se puedan promover y repetir, se pueda avanzar en ellos. Pero lo que está ocurriendo se resume en una pregunta: “¿dónde está el dinero que desaparece?”. Quienes organizamos el Congreso Mundial de Psicología del Deporte lo tenemos muy claro: no se gasta un euro que no tengamos. Los objetivos del Congreso no son enriquecernos. Y en el proyecto PsyTool que llevamos a cabo por mandato de la Unión Europea, hay unos controles severos sobre cada euro, no se puede ni pasar una cantidad de un concepto a otro del presupuesto general, sin que lo autorice el coordinador. ¿Por qué no sucede así en otras instancias públicas de España y Andalucía? Hay que introducir en nuestra sociedad el control de calidad a la gestión de todo el dinero público: qué se hace, cómo se gasta y para qué sirve.

¿Le ha sorprendido que desde Sevilla se dirigiera una trama de amaños y sobornos en partidos de tenis disputados por jugadores de escaso relieve en el escalafón?

El soborno a jugadores del tenis andaluz me duele profundamente. Sabíamos que eso sucedía en China y Rusia. Ahora ya conocemos deportistas semiprofesionales y jóvenes promesas que han sido tentados. También los hay que saben decir no. Lo más grave es que un joven tenista se deje corromper y que su padre no se lo reprenda severamente. Pensando que “como hay dinero, y como todo el mundo lo hace...”. Hay que combatir esa permisividad. Es la que ha causado que se vaya de su puesto un secretario general del Deporte en el Gobierno de España, tras intentar poner orden en las federaciones, y toparse con mucha gente que no quiere orden, porque en el desorden gana.

e sentido. Y ¿cómo se puede estar 28 años de presidente de una federación sin que se logre ningún éxito deportivo a nivel internacional? ¿Por qué es reelegido si los resultados son malos? ¿Quién tiene interés en su continuidad sin exigir rendimiento?

Como psicólogo, si Sevilla fuera a su consulta, ¿qué le aconsejaría cambiar?

El narcisismo, es el pecado de su inmovilismo. La identidad de Sevilla y el desarrollo de Sevilla no pueden basarse en besarse a sí misma, mirándose continuamente al espejo y diciéndose que es lo mejor del mundo. La ciudad tiene que ser de verdad más abierta, más propicia a la innovación, y debe reflexionar hacia dónde vamos y qué queremos ser.