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«Trabajamos en un sector con sus peculiaridades, como cualquier otro»

Los empresarios de la noche destacan el elevado nivel de profesionalización de un ámbito que obliga a un esfuerzo, y a una inversión, de actualización continuos para no perder el favor del público

17 may 2017 / 06:40 h - Actualizado: 16 may 2017 / 23:10 h.
"Ocio","El ocio nocturno a debate"
  • La terraza del Puerto de Cuba, repleta en su envidiable emplazamiento. / El Correo
    La terraza del Puerto de Cuba, repleta en su envidiable emplazamiento. / El Correo

Que el sector del ocio nocturno tiene sus particularidades es una evidencia. Que cada sector tiene las suyas, también, aunque esa obviedad no siempre se tenga en cuenta. «Soy un empresario, como otro cualquiera, que trabaja en un sector con unas peculiaridades, como las tiene el agroalimentario, el aeroespacial..., cada sector tiene las cuyas», resume Manolo Castilla, con 15 años de experiencia en la hostelería nocturna sevillana, y que cuenta también con negocios en Portugal.

El responsable, por ejemplo, del popular Puerto de Cuba, está muy satisfecho con la celebración del Congreso Nacional de Ocio Nocturno en Sevilla, precisamente porque incide en los puntos clave que los empresarios quieren para su actividad: «El ocio nocturno tiene un componente muy importante de seguridad, de responsabilidad y de convivencia con el resto de agentes sociales», cuenta. «Queremos que este congreso, en el que están representados los empresarios más importantes a nivel nacional, sirva para confirmar que abogamos por el cumplimiento de la norma, por la convivencia, y porque se le dé la importancia real que el sector tiene en el turismo y se valore la responsabilidad que tenemos cada fin de semana», cuando miles de personas entran en sus negocios.

El congreso le sirve a Castilla para aportar un dato significativo: los congresos que se celebran en Sevilla tienen un 30 por ciento más de inscritos que los de otras ciudades. ¿El motivo? «Que Sevilla es una ciudad divertida». Porque «uno de los factores más importantes a la hora de decidir un destino para celebrar un congreso o una convención es la oferta de ocio que tiene la ciudad». El dato que se dio a conocer en el congreso cuantifica en un 38 por ciento la cantidad de viajeros que eligen su destino en Europa por la oferta de ocio.

Acompaña a Manolo Castilla Daniel Robles, también empresario hostelero vinculado a la noche, en su caso onubense, tanto en la capital como en Punta Umbría. A punto de cumplir los 14 años en el sector, coincide con su compañero en que «es un trabajo como otro cualquiera, que tiene una organización y una forma de trabajar que te obliga a comerte la cabeza. Nosotros somos comerciales de las copas», apunta, y se explica: «Ha cambiado bastante la tematización de la noche. Antes, a cualquier local le dabas un poco de pintura y funcionaba. Hoy te lo tienes que currar, hay que hacer fiestas, eventos... está todo más organizado. La profesionalidad ha subido, los costes son mayores». Un ejemplo: «Ahora, para una copa cualquiera tienes que tener complementos –ay, esos gintonics–, se pasan bandejas», nada que ver con el sencillo vaso de tubo que dominaba hasta hace no tantos años.

«Es un sector que se mueve mucho por modas. La forma de divertirse no es la misma ahora que hace 15 años», coincide Castilla, que apunta además a un notable cambio horario, porque ahora triunfa también la tarde.

Abunda también la figura del empresario que comparte distintos proyectos con distintos socios, y que poco a poco ha diversificado su actividad. Es el caso de uno de los socios de la discoteca Antique, que anda ya enfrascado también en restaurantes y algún hotel. Entre otras cuestiones, porque el ocio nocturno es duro. «Nos tenemos que reinventar casi mes a mes. Las inversiones se han cuadriplicado, y la oferta también», cuenta sobre la complejidad que requiere «montar conceptos distintos».

Lamenta también el escaso apoyo institucional del que gozan. «Generamos un cinco por ciento del PIB», destaca, y asegura que desconoce las razones de esa falta de empatía institucional, podría llamarse. «Nos tienen un pelín castigados», opina, y sabe de lo que habla, porque en sus manos y en las de sus socios han estado multitud de bares clásicos de la noche sevillana. Que han ido cerrando en muchos casos. La comparación con otros negocios familiares le devuelve una idea que ya ha expresado: hay empresas que pueden vender el mismo producto durante décadas, con la innovación adecuada. En la noche, eso no sirve.

Lo que sí sirve, y en eso también repite el planteamiento de sus colegas, es emplear «el organigrama de una gran empresa trasladado al ocio, pero con la misma jerarquía». Lo dicho, profesionalización para un sector de innegable importancia al que a veces le cuesta encontrar el espacio que ocupa, de forma indiscutible, en el día a día