Tras las líneas enemigas: así operó la avanzadilla ‘sanchista’ en Sevilla

La ciudad hispalense acogió a la primera plataforma y al último mitin

23 may 2017 / 23:00 h - Actualizado: 23 may 2017 / 23:00 h.
"Primarias en el PSOE"
  • Celis y su papeleta de Sánchez. / El Correo
    Celis y su papeleta de Sánchez. / El Correo
  • Celebración ‘sanchista’ en la feria de Dos Hermanas, en la noche del domingo 21 de mayo. / El Correo
    Celebración ‘sanchista’ en la feria de Dos Hermanas, en la noche del domingo 21 de mayo. / El Correo

No habían dado las 21.30 del domingo 21 de mayo cuando los sanchistas sevillanos ya sabían que se llevaban el gato al agua. El escrutinio de las primarias socialistas más descarnadas y expectantes de cuantas se han conocido avanzaba inexorablemente, y con él, una victoria rebelde más holgada por minutos. En el cuartel general instalado en la agrupación de Nervión – la de Celis– para seguir la jornada electoral, los adeptos sanchistas recibían desde el cogollo de Ferraz audios de Whatsapp de efusividad incipiente, aunque controlada.

Confirmada la mayoría absoluta de Sánchez, se cerraba también un círculo con muchos aires de vendetta que arrancó el primero de octubre, con el derrocamiento del ahora renacido secretario general electo tras el abordaje de Ferraz por las huestes de Díaz, un hecho que fue también dinamitador para que este grupo de sevillanos insurrectos con el establishment socialista iniciara su camino.

Transcurrieron 232 días. Muchos son los análisis que ahora ponen causas al naufragio de Díaz. El más conspicuo de ellos es precisamente ese, el tiempo, demasiado, entre las dos fechas, suficiente para que el madrileño organizara su estrategia en base a un mensaje con más carga ideológica que programática, con un simbolismo efectista apoyado en el puño en alto y La Internacional y un discurso directo al yunque y el martillo de los socialistas indignados.

Desde primera instancia, los hoy sanchistas sevillanos articularon una plataforma que también fue la pionera de España. Muchos se preguntaron por el hecho de que fuera Sevilla donde se implantara el primer grupo estructurado de militantes con rechazo expreso a la situación del partido. En política, las casualidades no existen: desde el minuto uno, en su tarea de recuperar el mando, el sanchismo ha otorgado un valor exponencial a la capital hispalense, más allá de conocer que en la votación que habría de llegar, sus apoyos estarían muy por debajo de los de su archirrival. Hasta las últimas consecuencias, hasta el punto de cerrar campaña en el Muelle de la Sal.

Pero esta plataforma no brindaba en su génesis un decidido apoyo a Sánchez, cuyo cadáver político estaba por entonces aún caliente. Pero sí buscaba el target: empezaron a trabajarse a esa porción de militante cabreado, aunque más a la búsqueda de alejarlo de las tesis susanistas que de acercarlo a un líder perdedor.

De forma paralela al avance de estas plataformas indignadas, Sánchez esbozaba su plan de retorno con Sevilla, como clave. Para lo cual contó con uno de sus más avezados colaboradores, Gómez de Celis, alto cargo de Díaz en la Junta, conocedor de intríngulis del aparato andaluz y confidente fiel a su causa. Alfonso sería el comandante con la misión de dirigir las operaciones en tierra hostil, a través del establecimiento de una base operativa en el epicentro de federación socialista más poderosa de España, la sevillana, patria y cuartel general del susanismo. «Si logramos más del 25 por ciento de los votos en Andalucía, ganamos las primarias», decían sus cuentas. Y no tanto por el número de votos que se sumarían desde la federación andaluza sino porque eso sería un resultado sintomático de que en el resto de España estarían por delante. Y así fue.

Y de Sevilla a Dos Hermanas, punto caliente del antisusanismo y sede de una importante base de operaciones. Toscano, sempiterno alcalde nazareno e histórico crítico con todo lo que huela a oficialismo socialista en el Sur, se convirtió en otro indudable apoyo del exsecretario general herido. Allí fue dónde Sánchez anunció que volvería a concurrir a unas primarias. Para entonces, ya estaba lanzada la maquinaria de guerra.

La designación de Celis como coordinador de campaña en Andalucía, en pleno mes de marzo, fue también el punto culminante en el que la estrategia oficial de Sánchez y la plataforma de apoyo en Sevilla encauzaron el trabajo, reclutando el ya comandante sanchista del Sur, a los perfiles más interesantes del grupo y ordenando el procedimiento de actuación.

De esa forma se configuró un equipo multidisciplinar donde además de Celis y Toscano, cabezas pensante y jerárquica, se añadieron socialistas del ayer y del hoy con un único denominador común: trabajar en favor de Pedro. Entre ellos destaca la labor de Nieves Hernández, la misma que durante el gobierno de Monteseirín fuera portavoz municipal y que el día de presentación de avales portaba una de las cajas que depositó las casi 60.000 firmas en Ferraz. Otros sanchistas de la avanzadilla han sido la actual concejala del Ayuntamiento de Sevilla, Inma Acevedo; las exediles hispalenses Encarnación Martínez y Eva Patricia Bueno; el exalcalde de Montellano, Paco Salazar; el alcalde de Las Cabezas, Paco Toajas; la periodista ugetista María Iglesias u otro estratega en la sombra, pero clave por su conocimiento exhaustivo de la fontanería socialista, Enrique Cousinou, conocido vierista que fuera secretario de organización del PSOE de Sevilla entre 2010 y 2012, sustituyendo, casualmente, a Susana Díaz, en aquel momento rumbo a la secretaría de organización del regional.

Empezó el machaque en unas redes sociales que fueron creadas con bastante anterioridad a las del equipo de Susana y la tourné por muchos puntos de la geografía sevillana. En la provincia se montaron más de una decena de plataformas sanchistas, recabándose unos 2.000 avales. Firmas que llegaban hasta el plena Feria de Sevilla: el miércoles de farolillos, día antes de la presentación en Ferraz de los avales, a eso de la una de madrugada, seguían recogiéndolos entre rebujitos y sevillanas.

El objetivo era erosionar en territorio enemigo. Superar esa barrera del 10-15 por ciento de votos que el aparato les suponía. Efectivamente, perdieron las primarias en la provincia, pero arrancaron un 26,4 por ciento de votos –2.357– que son más del doble, también porcentualmente, que los cosechados por Díaz en toda Cataluña. Vencieron en Dos Hermanas, Las Cabezas, Brenes y Alanís, y en agrupaciones de la capitalcomo Nervión, Miraflores y Bellavista.

Ahora, además de lograr el objetivo de devolver a Sánchez a Ferraz, exhiben una corriente crítica que se creía enterrada Despeñaperros abajo. El comandante Gómez de Celis será, casi con seguridad, uno de los hombres fuertes de la nueva ejecutiva federal de Sánchez, y hombre clave para articular listas alternativas en Andalucía y Sevilla. En Madrid ya puede empezar a presumir de condecoraciones.