Tras los pasos de Murillo

Seguir la huella de Murillo en nuestra ciudad supone acercarse también a la Iglesia de Sevilla que tanto amó el pintor, y para la que tanto trabajó

16 sep 2018 / 07:00 h - Actualizado: 16 sep 2018 / 07:00 h.
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Por Antonio Rodríguez Babío. Delegado diocesano de Patrimonio cultural

Una de las iniciativas más atractivas e interesantes de las programadas por el Ayuntamiento de Sevilla con motivo del IV centenario del nacimiento de Murillo es el denominado Itinerario Tras los pasos de Murillo, que partiendo de la Casa Murillo ubicada en la calle Santa Teresa, penúltima residencia familiar del artista y sede de su taller, lleva a los visitantes a realizar un recorrido por la Sevilla del siglo XVII, siguiendo la huella de Murillo en los lugares más emblemáticos de su trayectoria. Este itinerario está formado por 21 espacios vinculados a la vida tanto personal como profesional del pintor, en los que se pueden contemplar más de 50 pinturas originales, así como más de 80 reproducciones que evocan obras encargadas en nuestra ciudad que ya no están en Sevilla por diferentes motivos. Entre estos espacios sobresalen los pertenecientes a nuestra Archidiócesis, como no podía ser de otra manera debido a la gran vinculación de Murillo con la Iglesia de Sevilla. La Catedral de Sevilla, sede de la exposición Murillo en la Catedral.

La mirada de la santidad, el Palacio Arzobispal, el Hospital de la Caridad y la Iglesia de Santa María la Blanca, que conservan obras originales, así como el Hospital de Venerables Sacerdotes, la Capilla del Cristo de la Expiración de la Hermandad del Museo, el Monasterio de San Clemente y el Convento de San Leandro que atesoraron en su día pinturas de Murillo y presentan hoy gracias a esta iniciativa reproducciones de alta calidad, toman protagonismo en esta ruta siguiendo los pasos de nuestro pintor. A estas sedes hay que sumarle la Parroquia de la Magdalena, que conserva la pila de bautismo original en la que fue bautizado el 1 de enero de 1618 Bartolomé Esteban Murillo, y en cuyo archivo se guardan diversos documentos relacionados con su familia, entre los que destacan el asiento del bautismo de Murillo, el expediente de su matrimonio con Beatriz de Cabrera, que se celebró en esta Parroquia en febrero de 1645, el registro de hermanos de la Cofradía del Rosario, en la que ingresa el pintor en 1644, así como otros documentos relativos a sus padres y hermanos.

Como recuerdo del paso por estos espacios vinculados a Murillo, el Ayuntamiento ha editado un pasaporte que se puede sellar en las distintas sedes, cada una de las cuales presenta un sello diferente que reproduce diversos motivos tomados de algunos de los más famosos cuadros de nuestro pintor.

En definitiva, seguir la huella de Murillo en nuestra ciudad supone acercarse también a la Iglesia de Sevilla que tanto amó el pintor, y para la que tanto trabajó, dejando obras de arte excepcionales que, como nos recuerda D. Juan José Asenjo, «son capaces de tocar el corazón de quienes las contemplan, intuyendo en la belleza visible, la belleza invisible de Dios».