Velá de Triana 2019

«Triana es un gran corral que suena a gloria bendita»

El escritor e historiador Carlos Valera Real abre una nueva edición de la Velá de Santa Ana con un pregón netamente poético y al compás de soleares y rondeñas

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
21 jul 2019 / 15:52 h - Actualizado: 21 jul 2019 / 15:57 h.
"Velá de Triana 2019"
  • Carlos Valera Real en uno de los pregones que ha dado en Sevilla. Foto: E.P.
    Carlos Valera Real en uno de los pregones que ha dado en Sevilla. Foto: E.P.

Vivaz, elocuente, espontáneo y con una voz de inconfundible registro radiofónico. Carlos Valera Real (Sevilla, 1951) es un sevillano nacido en la calle Feria pero enamorado de Triana, su arte y su gente. Vive en el barrio de la Macarena pero siente el arrabal, donde no duerme pero lo visita a diario siguiendo “el pálpito” que le da el corazón cuando cruza el puente para admirar y alabar de este enclave “la gracia, el ingenio, su conexión con la actualidad o su capacidad de crítica”. Este periodista y locutor de radio, versado en los atriles de la ciudad (Pregón del Arenal, del Ateneo de Sevilla, del Centenario Salesiano de la Trinidad y otras 53 citas más), tiene el honor de abrir con su oratoria una nueva edición de la Velá de Santa Ana. Una designación que agradece “con orgullo” y que considera “un regalo” después de haberse dedicado en cuerpo y alma a entrevistar a numerosos personajes de este barrio “único” y “singular”.

¿Cómo afronta la misión de anunciar la Velá de Santa Ana?

Primero hay que dar gracias, porque es de bien nacido ser agradecido. Este es un pregón que se consigue solamente si de forma democrática los diecisiete miembros de una corporación no municipal, sino totalmente civil, eligen por derecho propio a su pregonero y a su cartelista en absoluta libertad. Y dicho esto no hay momento más emocionante en la vida, que cuando te hacen la llamada por teléfono y te dicen: ‘Ha sido usted nombrado pregonero de la Velá de Santa Ana. ¿Acepta usted ese compromiso?’ Y eso es como sentirse en un cartel de la Maestranza de Sevilla.

¿Dónde ha encontrado la inspiración para dar forma a su intervención?

Entiendo que Sevilla es Sevilla, el puente es la llave y la otra parte es Triana. A partir de ahí, es un mundo diferente. Es la diferencia horaria: es un reloj que corre en Sevilla pero se detiene en Triana. Pero Triana no es Triana, si no tiene la anuencia y la complicidad de los amigos que te enseñen y vivan en Triana. Si tú vienes a Triana a ver las cofradías, la Velá o el Corpus: vienes, te tomas una copa y te vas. Eso no es conocer a Triana. Conocer a Triana es estar con gente que vive aquí y el día a día del barrio.

Algo que usted ha experimentado en primera persona...

Yo siempre digo, y lo diré también al principio de mi pregón, que todos mis amigos de Triana me han permitido sentarme en ese palquillo de la calle San Jacinto, tan representativo como lo es el palquillo de la Campana como la universidad cofrade de Sevilla. Pues, bien, la universidad cofrade de Triana y del mundo de forma popular es la calle San Jacinto. Ahí ves pasar el mundo y la gente parada en el tiempo. Porque aún con las bolsas en las manos, se detienen a hablar contigo. Y eso habla mucho de la humanidad de Triana.

Y desde esa experiencia vital y cotidiana, ¿cómo definiría Triana?

Triana es diferente. Triana es un gran corral, con una humanidad tremenda, desde el puente de Triana limitando con los tejares alfareros hasta el fondo donde se ubica El Tardón y Los Remedios que circunda alrededor. Por todo eso, es lo que forma este gran corral de Triana que suena a gloria bendita.

¿Cuáles son los pilares sobre los que ha construido su pregón de la Velá?

El pregón va a ser todo poético con una duración aproximada de 45 minutos. Mi pregón es un canto a Triana de un hombre que viene desde la calle Feria. Siempre digo que vengo con tintineos de varales de la Virgen del Rosario de Monte-Sión; y, como Juan Belmonte, vengo aquí a Triana, porque mi sueño a partir de la jubilación era vivir en Triana y dormir en Sevilla. Mi pregón se construye desde la Esperanza y en él hablo de la cruz que se traza desde el puente, sigue por San Jacinto y la corta justamente la calle Pagés del Corro, con un final que llega hasta San Martín de Porres, donde los niños muestran la ilusión montándose en los cacharritos que allí hay. No hay que olvidar también que en Triana hay gente muy importante que nos pueden dejar sorprendidos por el amor al barrio y, sobre todo, por su trabajo.

¿Qué lugar ocuparán en su pregón?

Sin duda el lugar que se merecen y que se han ganado. El pregón de Triana habla de sus hijos, de su gente y de su arte. Aquel que pone en pie a una plaza entera con la ovación de un olé. El quejío de Chiquetete en una calle tomando chicharrones y cantando para sus amigos, ni siquiera en un escenario. Es el baile de Manolo Marín, en la misma esquina donde está la placa que reconoce su esfuerzo y su trabajo. También son las manos de Pepe Garduño, que es capataz de vestir a La Estrella. Son sus hermandades, sus comercios tradicionales, sus bares, bodegas y tabernas. Es el comedor de Pagés del Corro, donde se da de comer con una sonrisa. Son las hermanas de Consolación de la residencia de ancianos. El corral de la calle Covadonga, del que se siguen yendo tantos artesanos, que han dejado huella desde el barro hasta la silla, y desde la cerámica hasta las losas pintadas. Es el recuerdo de los Mensaque y de los Pickman. De la Cartuja con su losa fina y de las aristas de esa torre azul de cobalto de la Real Parroquia de Santa Ana. Es la niña marinera del Carmen, primera estación donde se recoge el suspiro de quien llega. O el reloj del puente con toques de la guitarra de Ricardo Miño tocando por soleá para dar los buenos días con duende.

Y hablando de duende y arte, ¿tiene previsto algún acompañamiento musical para el pregón?

Es verdad que tenemos que ser comedidos los pregoneros. El pregón es un espectáculo y ya en sí es una glosa o una prosa o un verso al aire con los conceptos básicos de la soleá de Triana o una quintilla de las sevillanas o una séptima rima. Pero contaré con un regalo hecho voz de Alfonso de Miguel y la guitarra de fondo de Pepe Maravilla por soleares y rondeñas... pues si empleáramos más tiempo no llegaríamos al encendido de la Velá, y si debemos cambiar las cosas, debemos ajustar el tiempo.

Por último, hablando de cambios y de otros temas que seguro están en las conversaciones del día a día de los vecinos: el creciente interés turístico del barrio. ¿Qué recomendaría para mejorar su promoción entre los que visitan la ciudad?

Creo que a Triana le hace falta una promoción turística singular. Creo que se debería cruzar de Sevilla a Triana en barco y no por un puente, para que se empapen un poco lo que es la savia de un río marinero. Porque nuestro río es un río marítimo y no fluvial. Haría además una ruta turística por todas las placas de los hijos adoptivos de Triana y una ruta de la tapa con precios económicos, sin olvidar la ruta por las capillas y las parroquias de Triana, que conservan todo un patrimonio histórico, religioso y cultural.