Tussam incorpora diez autobuses con videocámaras de vigilancia

El alcalde anuncia la adquisición de otros 33 durante este año, tan adaptados a las personas con movilidad reducida que incluso se inclinarán a la derecha

27 abr 2015 / 19:35 h - Actualizado: 27 abr 2015 / 22:42 h.
"Tussam"
  • Parada de autobús en Ponce de León. / El Correo
    Parada de autobús en Ponce de León. / El Correo

La adquisición por parte de Tussam de diez flamantes autobuses con todos los adelantos imaginables, más otros 33 que estarán en camino este mismo año para ir renovando la envejecida flota, planteaba ayer un tema para el debate ciudadano, al incorporar todas estas unidades videocámaras de grabación del interior de los vehículos. ¿Se siente más seguro el usuario o sencillamente más vigilado? Por lo pronto, lo que es seguro es que se sentirá mejor atendido; en particular, las personas con movilidad reducida, porque aparte de llevar rampas los nuevos coches están dotados de un sistema de inclinación lateral que permite ladear el autobús hacia la derecha, facilitando de ese modo la entrada y salida a quienes por su estado físico lo necesiten. Y algo que se echaba mucho de menos en los buses colorados: ventanales correderos para que entre el aire.

El propio alcalde, Juan Ignacio Zoido, llegó ayer a su cita con los periodistas en la acera del Nervión Plaza montado en uno de estos vehículos, de los cuales seis son articulados (18,75 metros) y los otros cuatro son normales (aunque tres metros más largo que los convencionales, hasta llegar a los 15). Los primeros se han destinado ya a las líneas 1, 2, C1, C2 y 3 (esta última, la que más está creciendo en número de viajeros y la que tiene el recorrido más largo de toda la red). Los cuatro restantes se usarán de momento para la línea entre Sevilla y el aeropuerto, aunque sin perjuicio de reasignarlos a otra si fuese necesario.

El gasto total ha sido de 2,8 millones de euros, que es parte de la inversión ya citada para todo este año y que asciende a 11,6 millones de euros. Todo esto lo contó ayer el propio Zoido tras apearse del bus, sin olvidarse de otra tarea que, según dijo, también ha facilitado mucho el acceso y la seguridad de los usuarios de los autobuses de línea, como son los 500.000 euros que ha costado la adaptación y mejora de las paradas de la red de Tussam.

Fue una mañana prolífica en datos, la de ayer: la velocidad comercial de los autobuses sevillanos ha aumentado a 12,9 kilómetros por hora, cosa que no se veía desde hace 18 años, y comparando el pasado mes de marzo con el del año pasado se observa un repunte del 5,12 por ciento más de viajeros. En términos ya más generales, la longitud total de la red alcanza 524 kilómetros que incluyen 986 paradas, dos de cada tres de ellas con marquesina. Y otro más: el 96 por ciento de los paisanos disponen de al menos una parada de autobús a menos de 300 metros de su domicilio.

Pero todo este aluvión de información, que incluyó una calurosa felicitación a los 1.500 trabajadores de la empresa municipal por hacer posibles estos datos, no logró atajar dos visiones críticas: la del PSOE y la del sindicato ASC. Los primeros, alegando que no es oro todo lo que reluce; los segundos, criticando decisiones operativas cuando menos discutibles.

Desde el grupo socialista se enarboló ayer el documento de Tussam 2014-2020 que según ellos va a aprobar el próximo consejo de administración, y en el que se recoge que la flotilla de los buses es «escasa para atender el nivel de oferta previsto»; que 79 de ellos tienen más de 14 años; que «en el periodo comprendido entre 2005 y 2009», gobernando los socialistas, «se produjo una gran renovación de flota que situó la antigüedad media de los vehículos ligeramente por debajo de los cinco años», cuando «al día de hoy, la antigüedad es de 9,1 años».

Por su parte, el sindicato señaló ayer que con «capacidad de maniobra en tiempo real para adaptar o repartir la oferta de líneas que bajan la demanda» trasvasando coches «a líneas o zonas que sí lo necesitan» se conseguiría atender mejor a «los viajeros que se quedan en tierra porque no caben».