El Ayuntamiento hispalense, socio único de la empresa Transportes Urbanos de Sevilla (Tussam), ha anunciado este miércoles que merced a la “prohibición expresa” de la Inspección de Trabajo y de modo provisional, los autobuses de las líneas 31 y 32 han prescindido de las paradas correspondientes a las calles Luis Ortiz Muñoz, Padre José Sebastián Bandarán y Madre de Cristo, escenario de los denunciados apedreamientos a los vehículos.

Esta supresión, según el Ayuntamiento, se ejecuta “con carácter inmediato aunque de manera provisional, hasta que se arbitren más medidas de seguridad en favor de conductores y usuarios que permitan la recuperación de los itinerarios habituales y, así, seguir prestando el servicio a esta zona de la capital” marcada por la exclusión social, el desempleo y la delincuencia. Y es que las citadas calles se encuadran en la zona de las Tres Mil Viviendas, el entorno más deteriorado del Polígono Sur.

La Inspección de Trabajo recoge en un informe entregado a Tussam, siempre según el Consistorio, “la prohibición con carácter inmediato para que los autobuses circulen por tales calles”, algo que se ha hecho efectivo este mismo miércoles a las 14,30 horas.

Asimismo, el informe refleja que la prohibición de la actividad laboral de los trabajadores de Tussam en esa zona se llevará a efecto “hasta que quede garantizada la implantación de medidas preventivas efectivas frente al riesgo de golpes o impactos por apedreamiento”. De esta manera, quedan suprimidas las paradas de la línea 31 en Luis Ortiz Muñoz y en Padre José Sebastián Bandarán, y la correspondiente a la línea 32 en calle Madre de Cristo y Padre José Sebastián Bandarán.

Frente al reciente repunte de los apedreamientos de autobuses en dichas calles, la comisionada para el Polígono Sur, María del Mar González, la dirección de Tussam, representantes de sus trabajadores y las policías Local y Autonómica acordaron una estrategia de trabajo para poder mantener sin desvíos el recorrido de las líneas de Tussam, si bien parte de la plantilla de la empresa apostaba por derivar los trayectos para contrarrestar la situación.

Así, todas las citadas partes acordaron medidas de refuerzo de la seguridad, si bien finalmente ha pesado la mencionada directriz de la Inspección de Trabajo.