Ya hay alguna dosis de realidad cuando se habla del Metro en el pleno. Y eso pasa, precisamente, por descartar al suburbano como una solución a corto plazo a los atascos de la ciudad. El PP quería plasmar ese deseo de ampliar la línea 2 del suburbano como solución al tapón que llegará en cuanto la Torre Sevilla esté a pleno pulmón. A cambio, se encontró con la reestructuración de 31 líneas de autobús (26 del Consorcio Metropolitano de Transportes, procedente del Aljarafe, y el resto de Tussam) en el entorno del rascacielos y una negociación, ya avanzada con Demarcación de Carreteras, para disponer de un BUS VAO –la opción es la autopista A-49– que agilice los tiempos de llegada. Todo por dar razones, crono en mano, al transporte público, como se intentó en una primera fase, y con resultados discretos, con la lanzadera desde la estación de Blas Infante a la Cartuja, con parada intermedia en Torre Sevilla.
El PP inició el debate con el Metro de fondo, pese a que la situación no ha cambiado ni un ápice desde aquel día de 2011 en el que la que fuera consejera de Fomento, Josefina Cruz Villalón, se fotografió con 94 cajas llenas con los proyectos redactados de las líneas 1, 2 y 3. Pero eso no impide que, pleno sí y pleno también, el suburbano sea protagonista. El PP disfrazó ayer el atasco que se prevé con el rascacielos –se prevé un aumento de vehículos del 46 por ciento– para poner en relieve la necesidad de la línea 2. Justo días antes de que el Gobierno local trasladara al Ministerio de Fomento su intención de retomar la ampliación por el tramo de la línea 3 entre Pino Montano y El Prado, para promover la conexión con la línea 1.
La trampa, por así llamarlo, estaba bien preparada. Pero fue desmontada por IU, cuyo portavoz local, Daniel González Rojas, le recordó a los populares que hace nada ya reclamaron la red completa e incluso una línea 5 que ni está pintada en el papel.
IU destapó la estrategia y el Gobierno local aprovechó para hablar de la moción, cuya esencia era la movilidad en el entorno de Torre Sevilla. El delegado de Movilidad, Juan Carlos Cabrera, soltó entonces las medidas, BUS VAO incluido, que tal vez no sean definitivas para rebajar los problemas que se ciernen sobre una torre que se va llenando de trabajadores y que contará en días con un Caixaforum en funcionamiento. Pero son «realistas».
Pero incluso Cabrera tuvo un atisbo de ensoñación y, al citar el Metro, visualizó la hoja de ruta de prioridades más allá de ese tramo anunciado al ministro. Tras el trazado Pino Montano-El Prado, cuyo coste se estima en 700 millones, el Gobierno local tiene pensado, según Cabrera, otros dos tramos: la línea 2 de Sevilla Este a Gran Plaza y la línea 4 de Marqués de Pickman al hospital Macarena.